20 de abril de 2024

Críticas: Searching for Sugar Man

Searching for Sugar Man (1)

El documental del año nos pone tras el rastro de un misterioso ídolo.

Hablar de una película como Searching for Sugar Man sin desvelar el misterio que entrañan sus imágenes se antoja complicado. En casi cualquier reportaje o crítica que pueda consultarse al respecto se aportan unas claves cuyo conocimiento anterior, a mi juicio, resta disfrute a un visionado que en cualquier caso puede resultar muy enriquecedor. Por tanto, la primera advertencia que debe recibir cualquier potencial espectador del documental de Malik Bendjelloul, prácticamente convertido en un fenómeno incluso antes de su estreno en muchos países y de la entrega de unos Oscar en los que parte como gran favorita a Mejor Documental, es ésta.

Resulta recomendable no acudir demasiado informado a un trabajo que presenta una historia inspiradora, desconocida y que sabe transformar muchos de los lugares comunes del género pese a poder sugerirlos de partida. Porque no son pocos los documentales –de alcances y propósitos muy diversos– en los que el consejo debe ser precisamente el contrario, informarse bien del tema antes de acudir a la sala, y seguramente de dicha circunstancia provengan buena parte de los prejuicios y temores de cierto sector del público respecto al género. Ideas preconcebidas contra las que Searching for Sugar Man puede también suponer un potentísimo antídoto.

Searching for Sugar Man (2)

El punto de partida nos sitúa en la investigación a fondo que dos sudafricanos llevan a cabo sobre la vida de Rodríguez, un talentoso músico que pasó desapercibido contra todo pronóstico a finales de los años 60. Desaparecido de la escena o incluso muy probablemente fallecido joven, su profunda huella y legado permanecieron de una forma muy concreta e inexplicable, cuya reconstrucción y salida a la luz son el gran mérito de un trabajo ya formalmente modélico. Especialmente la labor de montaje resulta encomiable, y sabe dosificar a la perfección las pistas que nos conducen a la verdadera identidad del misterioso personaje. Ambiguas imágenes de archivo, testimonios de quienes coincidieron con Rodríguez –de cuyo disco se vendieron únicamente seis copias en territorio estadounidense– y la investigación personal de los protagonistas se entremezclan para conducirnos hábilmente hasta un emocionante y sentido tramo final que es de largo el más trascendente del metraje, y que además induce a una serie de reflexiones que tampoco parece conveniente desvelar en este texto.

Planteada prácticamente como un estudiado juego del que el espectador es partícipe, Searching for Sugar Man esconde bajo una estructura narrativa aparentemente no demasiado atractiva una historia que sorprenderá a los amantes de la música por la incontestable calidad de las grabaciones de Rodríguez, cuya lírica y sonido no tienen nada que envidiar a muchos artistas coetáneos de gran repercusión; y al resto por el simple hecho de que todavía queden historias tan grandes e increíbles por ser contadas. Algo que parece obvio pero tras verla no lo resulta tanto, y que junto con la excepcional banda sonora que tantos años ha permanecido enterrada para la plebe distingue para bien a Searching for Sugar Man de otros documentales biográficos, etiqueta incluso atrevida para un trabajo así.

Malik Bendjelloul ha sido capaz de mostrar nada menos que la construcción de un mito, emparentada directamente con la esencia del mismo y despojada de estrategias comerciales o parafernalias ajenas a él. Es casi un milagro y posiblemente uno de los acontecimientos cinematográficos de la temporada.

3 comentario en “Críticas: Searching for Sugar Man

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