19 de abril de 2024

Críticas: Red Army

Raíces, amistad y equipo.

Red Army - Cinema ad hoc

“En el cine los malos suelen fallar y el final es feliz. No puedo asegurar lo mismo acerca de la película que van a ver”

Quien pronuncia estas frases no es otro que el actor Ronald Reagan. Por su aspecto físico y la textura de las imágenes, estas deben formar parte de alguna presentación del programa televisivo “General Electric Theater”, emitido en los años cincuenta del pasado siglo. Gabe Polsky, director y guionista de Red Army aporta en pocos segundos el contexto histórico de la historia que cuenta su película, situada durante la guerra fría entre Estados Unidos y la URSS, gracias a una figura tan icónica de ese período, un líder tan representativo como sería el futuro presidente de los EE.UU.: Ronald Reagan. Pero además con esas imágenes de archivo marca el tono irónico e incluso humorístico, que tendrá todo el metraje, algo más de ochenta minutos reveladores de una época tan apasionante como es la que se desarrolla entre los años setenta en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y alcanza hasta Rusia, tal como la conocemos en la actualidad.

Red Army (2) - Cinema ad hoc

El largometraje se centra en el equipo soviético masculino de hockey sobre hielo, probablemente el mejor de la historia de este deporte. Un equipo capaz de plantar cara a países tan imbatibles como Canadá y Estados Unidos. Salvo la derrota en  la final olímpica del año 1980 en Lake Placid (Nueva York) ante los sticks y patinadores norteamericanos, la aventura del equipo ruso fue coronada con tres medallas de oro previas a la extinción de la URSS y una cuarta como equipo unificado. Sin embargo, a pesar de estas proezas deportivas, el filme se mueve continuamente en una espiral centrífuga capaz de penetrar en las gélidas capas que cubren este historial de triunfos y nos acercan al corazón humano de sus logros. Y lo hace de esta manera, danzando alrededor de la pista de hielo hasta llegar a la portería del equipo contrario y marcarles un tanto. Forma visual y contenido argumental por los que se desarrolla esta fascinante película, similar a una coreografía sobre hielo en la que cuanto más nos acercamos al interior de sus protagonistas, de golpe y repentinamente volvemos a situarnos en la otra parte del estadio para observarlos de nuevo como un grupo, como un muro inalcanzable.

Red Army (3) - Cinema ad hoc

Este ejército rojo (o Red Army) estaba formado por cinco personas capaces de jugar con la ligereza y precisión de unos bailarines. Con la inteligencia y estrategia de unos jugadores de ajedrez. Y con la solidez y camaradería de un equipo imbatible y admirado por todos los países con tradición en los deportes de invierno. El capitán del equipo era Vyacheslav Slava Fetisov, jugador encargado de la defensa y de administrar la potencia letal del grupo. Desde el inicio de la película Fetisov nos conduce con sus declaraciones y arrolladora personalidad por temas diferentes como son la importancia patriótica de la ya mencionada URSS, la fuerza de la amistad, la corrupción del dinero y la traición. Fetisov se convierte en nuestro guía gracias a una generosidad que no elude su desnudo emocional en varias ocasiones y que se amplía en las declaraciones del resto de integrantes del equipo. Nos da una visión directa de la evolución histórica de la segunda potencia mundial hasta los años noventa y cómo ha seguido evolucionando después de la famosa perestroika con su apertura hacia occidente. Con más justicia de la que suele usar un protagonista directo e imparcial de esa evolución, se tratan otros temas como las diferencias Este/Oeste. La fuga de talentos desde la URSS hasta EE.UU. El empleo propagandístico del deporte en los dos bloques enemigos. Incluso la fuerza de organismos como son la KGB y la CIA. Fetisov se convierte a ojos del espectador en un héroe, ya no únicamente el capitán de ese equipo de hockey sobre hielo legendario, sino en un personaje tan bueno que, de no existir en la realidad, habría que haberlo escrito para la ficción.

Por supuesto, estas últimas líneas son para aclarar, por si todavía no fuera evidente, que Red Army es un documental, pero tan sugestivo y potente como una buena película de suspense, con momentos emocionantes y con giros sorprendentes. Un documental tan bueno que incluso han olvidado nominarlo en su apartado de los premios de la Academia de Hollywood de este año. De todas formas una estatuilla importa poco, cuando muchas medallas de oro avalan este largometraje.

3 comentario en “Críticas: Red Army

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