29 de marzo de 2024

Críticas: Pan (Viaje a Nunca Jamás)

PAN-FP-0318r

Hugh Jackman y los demás en Nunca Jamás.

De nuevo una precuela, reboot, reinvención o como se quiera llamar a la enésima historia basada en una historia, cuento, libro, película… anterior y mil veces adaptada. Se supone que con Pan (Viaje a Nunca Jamás) estamos ante una precuela, un relato de la vida del niño Peter antes de convertirse en Peter Pan (e imaginamos que, tal y como finaliza, se trata en todo caso de una pre-precuela). En todo caso, una precuela que no se desarrolla con las pistas que dejara la historia original sobre el germen de Peter Pan.

El guionista Jason Fuchs toma prestado al personaje que saliera de la imaginación de J. M. Barrie y se inventa una infancia en un orfanato al más puro estilo Dickens, con la salvedad de que sitúa su nacimiento poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Imagina también un país de Nunca Jamás en el que un pirata llamado Barbanegra se dedica a secuestrar a niños de la Tierra para que le ayuden a encontrar polvo de hada, el mismo polvo de hada que hacía volar a Wendy Darling y a sus hermanos. Crea un imaginario en el que el Capitán Garfio es sólo un esclavo más de Barbanegra que ayuda a Peter Pan a encontrar sus orígenes, mientras tratan de evitar que el pirata descubra el mundo oculto de las hadas y acabe para siempre con el país de fantasía en el que se encuentran.

PAN-FP-0307r

Pan (Viaje a Nunca Jamás) se convierte así en una película más de aventuras infantil, demasiado si nos atenemos a la mayoría de los diálogos y los gags; una historia que podía contarse con personajes totalmente inventados y tendría el mismo efecto entretenido durante algunos minutos, para pasar directamente al olvido al salir de la sala de cine. Queda muy poco en la película de Joe Wright de la esencia de ese niño que no quiso crecer; muy poco del carácter inmaduro y egoísta inherentes al personaje; nada sobre el miedo a hacerse adulto y afrontar responsabilidades… simplemente una historia de piratas y mundos fantásticos que, como decía al principio, mucho nos tememos que es sólo la primera de una posible saga pre-Peter Pan al más puro estilo Piratas del Caribe. Con ésta, además de una banda sonora con bastantes reminiscencias a la de Hans Zimmer (o Klaus Badelt), comparte ese halo de infantilismo e histrionismo de su personaje más carismático, en este caso el capitán Barbanegra interpretado por Hugh Jackman. Éste último, el único del reparto que parece saber lo que hace en la película.

PAN-T1-051

Pero quizá lo peor que le podía pasar a este nuevo acercamiento a Peter Pan es precisamente esa falta de personalidad que hace que nos vengan a la memoria otras tantas películas de aventuras mientras la estamos viendo. Una falta de personalidad que además se acentúa teniendo en cuenta el hecho de que, lo que caracteriza al cine de Joe Wright es precisamente su marcado carácter a la hora de crear puestas en escena tan espectaculares y originales como la de su Anna Karenina, y que aquí brilla por su ausencia. Todo se muestra demasiado artificial, demasiado maniqueo, como si únicamente se tratara de colocar la cámara delante de un croma y empezar a rodar escenas de acción sin ningún tipo de interés porque la historia tenga algo más de empaque. Al menos nos queda el consuelo de disfrutar de las, francamente espectaculares, todo hay que decirlo, versiones que de Smell like teen spirit de Nirvana y Blitzkrieg Bop de los Ramones se escuchan a cargo de Barbanegra y los niños perdidos. Algo es algo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *