16 de abril de 2024

Críticas: Sherlock Holmes. Juego de sombras

El trío protagonista escenificando en una de las peores secuencias del film lo que debe hacer el público: huir

Si con Sherlock Holmes Ritchie ya mostraba un claro declive, con esta nueva (e infumable) entrega del famoso detective se ha coronado. De hecho, no sería una exageración en ninguno de los casos decir que el cineasta (aunque esta bazofia pone en duda que de ahora en adelante le podamos llamar así) británico se ha cargado por completo su propia película. De fondo, y como ya sucedía en el anterior episodio de esta saga iniciada con Downey Jr. y Jude Law a la cabeza (y que, por desgracia, parece que se prolongará), está una investigación que allí quizá era el peor defecto de la película por sacar constantemente evidencias y conclusiones a los que era imposible llegar sin antes realizar angulaciones de 360º sobre la cabeza de Holmes y ver lo que él estaba viendo en el mismo instante que él lo hacía. La cuestión, es que si allí era su peor defecto, aquí Ritchie lo transforma en un CSI caro y estético, pero a su vez barato por la increíble incapacidad de la que hace gala para sorprender al espectador en ese sentido casi en la totalidad de su metraje. Es cierto: tampoco hay que quitarle méritos y merece la pena destacar que tiene trabajados ciertos puntos de anclaje, pero tan cierto como que la mayoría de acertijos se suceden en inverosímiles e intragables flashbacks, planos cortos y montajes marca de la casa, de esos que hallábamos en películas como Snatch, pero donde estaban usados con mesura, y que aquí se emplean a discreción bombardeando a un espectador que, en el mejor de los casos, terminará indignado al observar como por quincuagésima vez el pelmazo de Ritchie añade con vaselina otro de sus truquitos baratos.

Continuando con los trucos baratos, también decide encarar más de la mitad de secuencias de acción haciendo uso y abuso de un ralentí especialmente ridículo, con el que se corona en una de las últimas escenas del film pariendo algo más parecido a un anuncio de protección medioambiental (por el contexto) que un momento de acción propiamente dicho. Además, tiene narices que el contenido de ese slow motion sea en más de una ocasión el de intentar anticipar los movimientos que Sherlock realizará para defenderse o calibrando las posibilidades que tiene de vencer, suponiendo que mientras por su cabeza pasa todo ese montón de mierda él mantiene un duelo visual contra un enemigo impasible hasta que no termina el dichoso flashforward de las narices. Por si ello no fuera poco, el resto de acción se encarga de dilapidarla con uno de esos montajes tan en boga estos últimos tiempos, es decir, en los que se entiende o nada, o lo justo, componiendo ese «justo» algo que aproximadamente no debe llegar ni a un 10 % de toda la acción que tiene el film.


No queda ahí el recital de Ritchie, que también se destapa realizando transiciones de esas que tan cojonudamente encajaba en Lock & Stock y que aquí no resultan ni mera anécdota. En definitiva, que en términos de realización se encarga de dilapidar a base de bien las pocas virtudes que ya de por si solo tenía el conjunto, y eleva a la enésima potencia tics que, hasta el momento, habían dado resultado en mayor o menor medida, pero que en Sherlock Holmes 2: Juego de sombras terminan revelándose como algo tan tremendamente inservible como esperpéntico a todas luces, que a lo sumo pueden representar un baladí espectáculo de fuegos artificiales de lo más sofisticados, pero tanto como gratuitos en la mayoría de ocasiones.

De entre lo poco destacable se cuentan determinados instantes donde el autor de Rocknrolla demuestra que sabe hacer algo más que enredar en la post-producción con el After effects, una magnífica ambientación y un entramado que, pese a estar bien entrelazado, termina dando demasiadas vueltas para una conclusión que requería algo más de énfasis y sapiencia en el manejo de los recursos necesarios para lograr que el espectador se creyese alguna de las tretas empleadas por los guionistas, que terminan resurgiendo, como no, en infructuosos golpes cómicos. Y es que en esa supuesta comicidad también residen buena parte de las esperanzas de un Sherlock cuyo humor se pierde en referencias visuales espesitas y diálogos demasiado pobres como para lograr que uno epate con lo que se le está contando. Peor es si nos topamos con una de las interpretaciones más blandas de Downey Jr. (que, a ratos, parece sacado de un cómic de Mortadelo con tanto disfraz y tanta estúpida parafernalia), al que la compañía de un Jude Law más entonado no ayuda en exceso, menos si las nuevas adquisiciones a nivel actoral no destacan ni aun obteniendo papeles con cierto jugo como el de Jared Harris, al que le faltan tablas y carisma.

Curioso fue el comentario de un acompañante a la salida del cine, que nos comentó mientras me ofrecía un pitillo que este tipo de cine también debe existir para ceñirse a determinado tipo de público. Nada que objetar, si no fuese porque he visto películas del ámbito comercial de ésta mucho mejor llevadas y con un pulso digno de ser reseñado, cosa que no llega a obtener casi nunca la siempre entretenida y ciertamente irritante Sherlock Holmes 2: Juego de sombras. Una irritación que subsanó ese pitillo, y es que si algo tengo claro es que el tabaco podrá matar o no, pero lo verdaderamente cierto es que engendros como éste acortan la vida, y de qué manera.

La pareja protagonista brindando no se sabe bien por qué. Como no sea por la pasta que se embolsaron...

9 comentario en “Críticas: Sherlock Holmes. Juego de sombras

    1. Lo que deberían decirle es que o deroga la post-producción en otros, o deja esto del cine, porque en Sherlock 2 ya es incontrolable el muy plasta.

  1. es una buena pelicula y si holmes no es un super heroe pero un genio si, entonces esta pelicula es mas creible q las tonterias de batman o el hombre araña si tu materia gris no es suficiente pues no puedes comprender el hecho de esta pelicula, es buena y es una de las mejores que he visto no como la basura de dichas peliculas antes menconadas

  2. Para NADA de acuerdo, soy muy aficionado a Sherlock Holmes, tanto los libros como las peliculas y las series de TV. Y si, Sherlock ES UN HEROE (no un superheroe, no tiene superpoderes, obvio) no tengo ninguna duda de esto.

    Seguiria diciendo por que me gusto la pelicula, pero gustos son gustos, no tiene nada de malo que no te guste.

    Eso si… Les guste o no, esta confirmada la peli 3 😉 Asi que esto continua.

  3. Al final creo que Juego de sombras es una buena película para comenzar a adentrarse en el mundo de Holmes, que sin duda es un clásico que aún muchos no conocen, las actuaciones son buenas, los efectos también lo cual te hace pasar un momento relajado y divertido al mismo tiempo. Yo si la recomiendo.

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