
Simetrías y remordimientos
Breve historia de una familia es el primer largometraje del director Lin Jianjie que analiza y expone, en este drama íntimo, la vida de una familia china y de cómo los lazos familiares entran en conflicto con las expectativas sociales y ciertos remordimientos no superados.
Tratando de mostrar la fragilidad de los vínculos afectivos y de cómo estos se pueden llegar a tambalear ante la competitividad por la perfección, Jianjie nos presenta en Breve historia de una familia esta historia original desde un punto de vista único que, a pesar de no tener grandes despliegues dramáticos, si que podemos sentir un constante suspense que te obliga a seguir mirando. No solo por el diálogo, sino por la maravillosa composición de planos, que muestran como la relación entre los personajes va evolucionando a lo largo de la cinta.
Si destaca algo a simple vista (nunca mejor dicho) en Breve historia de una familia son, como he descrito antes, los planos. Y es gracias a que Jiahao Zhang ha conseguido plasmar la mente del director a través de una composición de los planos simétricos y equilibrados con un minimalismo exquisito que, en ocasiones, puede recordar a Parásitos de Bong Joon-Ho por sus líneas para separarnos las dos clase sociales presentes en la grabación, pero que va más allá jugando con como se sienten los personajes respecto a Shuo.

Una serie de iluminación de tonos cálidos representantes del lujo y la vida “perfecta” se combinan con los tonos blancos y grises que representan la vida vida cotidiana de nuestro protagonista. De manera que, a pesar de que puede ser un tanto estridente a primera vista, consigue crear esa separación entre estos dos núcleos (la familia y Shuo) y desvanecerla apoyando la evolución de la trama de una forma elegante.
Un ritmo que apuesta por la continuidad y por generar esa conexión emocional con el espectador más que por simplemente impresionar, haciendo unos cambios de planos prácticamente imperceptibles e incitando una vez más a la reflexión y a la conexión entre el espectador y la familia presentada.

La banda sonora que acompaña a este desarrollo, más allá de ser una música notoria que puntualice todo lo que ocurre, es ambiental. Es cierto que en ciertos momentos clave esta música aumenta para reforzar los puntos de incomodidad y de vacío que atraviesan los personajes, pero la mayor parte del tiempo es música ambiental que, como los cortes entre planos, también pasa desapercibida.
Un punto de vista único sobre una historia humana que a pesar de que a simple vista puede pasar desapercibida es sobre todo eso, humano. Presentada con una belleza estética innegable y unos cuantos momentos de tensión que te mantienen, hasta el final, pegado al asiento. Sin duda, un debut fuerte.