30 de abril de 2024

Berlinale 2015: Día 3

Ixcanul

Guatemala también llega a Berlín

Día de contraste en la Berlinale, de los cafetales en los terrenos volcánicos de Centroamérica a las calles de Berlín, de la Francia de la Belle epoque a la Inglaterra victoriana. Mientras, en la calle, en la nuestra, Kreuzberg palpita con su festiva mezcla cultural y nosotros lo celebramos que no sólo de cine trata esto de Berlín. Vamos con la Toma 3.

En una de las imágenes que abren la primera película guatemalteca de la historia en la Berlinale, vemos a un cerdo siendo llevado montaña arriba, camino de la cópula y del sacrificio posterior, la encargada de conducirlo al martirio que luego se desvelará como la protagonista de la película sufrirá, en cierto sentido, un trayecto semejante. El sexo y la muerte aparecen así asociados, unidos indivisiblemente en los campos de café en las laderas del volcán Ixcanul. En realidad el volcán es el gran protagonista de la película aunque creo que en ningún momento llega a verse en su extensión completa, en realidad lo percibimos más por sus efectos: las fumarolas que rodean a los personajes, la fertilidad que otorga a los campos, su posición de bloqueo entre la pequeña comunidad maya y el resto del mundo («¿Qué hay más allá del volcán?» pregunta la joven María). Además del interés antropológico que se le supone al producto y que evidentemente posee, Ixcanul fascina en la descripción visual de mundos que confrontan: lo masculino y lo femenino, lo rural y lo urbano, la realidad y la fantasía, el chamanismo y la medicina. Al final, pese a todo, ninguna de las opciones deja espacio para respirar, el camino que lleva a la cima del volcán y más allá es una vía sin esperanza.

Ixcanul
Ixcanul

De forma bastante desapasionada, en lo visual y lo dialogado. adapta para la gran pantalla Benoit Jacquot la novela decimonónica de Octave Mirbeau, retrato del ascenso social de una joven del proletariado parisino hacia la burguesía de provincias, trepando por la vía de la alcoba, camino habitual, según dicen los que saben de esto, para estos menesteres. La sensualidad natural, que no explotada en todo su potencial, de Lea Seydoux (qué gran marquesa de Merteuil sería) redime un film sometido al campo gravitatorio de su antecedente literario, los mayores éxitos del film no parece pues que se los podamos adjudicar a su director sino al autor del texto que le da origen, el Journal d’une femme de chambre. Una mirada a la Francia de fin de siècle con el deningrante antisemitismo del Caso Dreyfus dando sombra a las luces del Moulin Rouge. Algún acertado toque de humor, una curiosa estructura que alterna saltos temporales con acción en presente y poco más, un relleno que no indigna en la Sección Oficial, vistos algunos casos de los dos primeros días, no es poca cosa.

Journal d'une femme de chambre
Journal d’une femme de chambre

Un solo plano secuencia de dos horas y veinte minutos para una historia de noche berlinesa, de una española solitaria, de un grupo de amigos y de bastantes elecciones poco acertadas. Más allá del evidente esfuerzo coreográfico que supone una película de estas características me parece que varias dudas pueden surgir al respecto, por ejemplo: «¿existe una justificación narrativa que dé sentido a la ausencia de montaje?» Aquí nos decidimos por el sí, Schipper consigue gracias al long take que nos acordemos de esas noches, frisando ya en la madrugada, cargados de alcohol y drogas, en las que las situaciones más inesperadas se sucedían sin solución de continuidad. Contestemos también a la segunda pregunta: «¿el ejercicio de estilo tiene éxito?» Aquí la respuesta no está tan clara, una producción que parece algo limitada y que obliga a la repetición de ciertos escenarios no termina de satisfacer a la mareada platea, o al menos a la parte que aquí escribe. Pregunta final «¿se sostiene Victoria más allá de su subrayado manierismo formal?» Bueno, resulta aceptable, más en los momentos de romanticismo etílico que en los posteriores de A bout de souffle. Buen intento en cualquier caso, Sebastian Schipper.

Victoria
Victoria

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