19 de abril de 2024

Críticas: Bestias del sur salvaje

(Quvenzhané Wallis), (Dwight Henry)

Once there was a Hushpuppy. Este viernes llega a las carteleras otra de las películas nominadas a los premios Oscar de este año, Bestias del sur salvaje, del debutante en la dirección de largometrajes Benh Zeitlin.

Bestias del sur salvaje se ambienta en una comunidad marginal de una zona pantanosa, La Bañera, que tienen que sobrevivir a la crecida de las aguas debido a una gran tormenta. Entre los habitantes de este asentamiento se encuentra la protagonista de la historia, Hushpuppy, una niña de 6 años que tiene que madurar de golpe para afrontar la catástrofe junto a un padre enfermo que trata de enseñarle a su manera a subsistir para cuando se quede sola.

La película, narrada por Hushpuppy como si de un cuento se tratase, tiene un arranque sorprendente y tremendamente poético, que nos presenta esta comunidad abandonada por el resto del mundo, pero al mismo tiempo como si fuera una gran familia que prefieren aguantar juntos en su ruinoso pueblo antes que dejarse ayudar por el mundo civilizado.

(Quvenzhané Wallis)

Con una fotografía espectacular y un guión que, sin ser del todo original, desconcierta por su crudeza en algunos momentos, Benh Zeitlin se adentra en la miseria más absoluta de una manera optimista y a la vez surrealista, mezclando esa misma miseria que a veces parece filmada desde el mismo interior de los personajes, con las bellísimas imágenes de un metafórico despertar de unas criaturas prehistóricas debido al deshielo del planeta. En ocasiones la cámara parece estar rodando un documental, sobre todo en la primera mitad de la película, pero esto no hace más que enfatizar la indigencia en la que viven los pobladores de La Bañera. Sin embargo el guión, que empieza con una fuerza desmedida, va perdiendo fuelle hasta llegar a un final excesivamente sensiblero que a mí me ha recordado a las películas de Disney.

Mención aparte merecen las actuaciones de un reparto totalmente amateur y desconocido. Quvenzahné Wallis interpreta a la niña Hushpuppy con una naturalidad abrumadora, y Dwight Henry, un panadero que tenía que ensayar sus escenas mientras trabajaba, como el padre violento y enfermo de Hushpuppy, parece que ha estado actuando toda la vida.

Ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance del año pasado, y de la Cámara de Oro y el Premio Fipresci en el Festival de Cannes, Bestias del sur salvaje ha entrado con fuerza en la carrera por los Oscars con cuatro nominaciones a mejor película, mejor director, mejor guión y mejor actriz para la pequeña Wallis, aunque personalmente creo que dichas nominaciones son excesivas, y quizá debería haber entrado antes la música de Dan Romer y el propio director Benh Zeitlin, que el de guión, mejor actriz o incluso mejor director por encima del premiado Ben Affleck o de Kathryn Bigelow.

the crew and Sargeant Major's boat on the left, elysian fields on the right

Bestias del sur salvaje es una película extraña que por un lado puede espantar al público más convencional por esa primera parte tan desgarradora y tan poco ortodoxa cinematográficamente hablando, pero que también puede decepcionar al espectador más curtido por ese final un tanto manido y sentimental. A pesar de esto, estamos ante la gran sorpresa del año pasado, con un director que puede dar mucho de sí y al que habrá que seguir la pista en sus próximos proyectos.

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