What the fuck?
Definitivamente en el FICX tenemos un problema con el cine español y debo reconocer que desconozco las causas, quizá porque San Sebastián y Valladolid han conseguido que las productoras/distribuidoras vean sus plazas como lugares más propicios para sus fines y reserven para estos eventos sus productos más destacables, quizás por una mala selección, pero el caso es que, al igual que el año pasado, nos encontramos con las películas más abracadabrantes del panorama cinéfilo patrio en la muestra asturiana. 88, La venta del paraíso y Viaje a Surtsey ya tienen su heredero y es, incluso, de una raza más pura dentro del género de lo deplorable, vamos al lío.
Acudíamos al pase de Blockbuster con la seguridad, casi la certeza, de que lo de la edición del 2012 no se iba a repetir, que realmente nuestro cine iba a tener, al fin, una representante digna en este FICX 2013, tan convencidos estábamos de ello que nos pasamos los 104 minutos de proyección intentando rebuscar claves secretas, códigos ocultos, alguna maldita explicación que diera sentido a tal desaguisado. Nuestra mente navegaba entre lejanas nebulosas conformadas por las más locas teorías aclaratorias: que si todo está visto desde el punto de vista del personaje que interpreta Manuel Zarzo y por tanto es su visión, un tanto arcaica y naftalínica, del cine del Siglo XXI, que si es una autoparodia trash que juega a reírse de sí misma, que si… todo descartado. Parece que Blockbuster fuera una piñata de ideas a la que su director y guionista, Tirso Calero, atizara con palos de ciego sin saber muy bien qué va a caer de tal invento ¿recuerdan la candidez del Ed Wood que retrataba el amigo Tim Burton dando por válida cada idea, cada plano, cada frase? Algo así pasa con esta película, la obsesión por tomarse en serio incluso cuando hace bromas, la necesidad de explicitar cada momento de vergonzante sensiblería (tan diferente, ay, al verdadero sentimiento) en fin, desastre absoluto, sin paliativos ni enmiendas.
La otra película de la sección oficial del día era la canadiense Gabrielle, una aceptable propuesta con un tema que está siendo uno de las banderas de este FICX 2013, las relaciones, a veces hermosas, a veces grotescas, pero siempre conflictivas que se establecen entre la sociedad «normal» y las personas con algún tipo de discapacidad. En la que nos ocupa el acercamiento se da tomando como leit motiv la música, que funciona como un arte integrador que otorga dignidad y objetivos vitales a este grupo humano. Las buenas intenciones de Louise Archambault son, obviamente, innegables y el trabajo de su elenco digno de alabanza, más allá de esas virtudes no encontramos mucho más que destacar, aceptable feelgood movie que sirve de óptimo relleno festivalero a la espera de películas más ambiciosas o de bálsamo de Fierabrás o pastilla de Matrix contra las heridas cerebrales causadas por el espanto hecho cine, en serio, what the fuck?
A mí me parece muy obvio que tras el cambio de rumbo del festival es casi imposible que una película española de nivel decente opte por tener aquí su premiere, porque las que apuntarían al nuevo estilo del FICX siempre preferirán San Sebastián, Valladolid o incluso Málaga, y las más arriesgadas optan por Sevilla, como es natural. Es uno de los problemas de hacer un festival más para-todos-los-públicos, que pasas a competir con los grandes certámenes, pero con muchos menos medios que ellos.
Y por cierto, "Gabrielle" me parece una película flojísima, una historia blandita y mullida, con personajes todos superenrollados (menos uno, que ya entrará en razón) que incluso se van a la India a enseñar a niños. El plano de las dos madres cogiéndose del brazo es lo más ridículo que he visto en lo que llevo de festival (claro que no he visto la española; desde el principio la he dejado fuera de mi programa por las razones que comentaba antes). Representa muy bien el nuevo estilo del festival llevado al paroxismo: películas "humanas", "comprometidas", de visión fácil y digestión express.