El pasado fin de semana, dio comienzo, como es costumbre, en el teatro Calderón, la 56ª edición del festival de cine internacional de Valladolid, la Seminci.
Una velada cargada de humor presentada por el humorista de origen leonés Leo Harlem, apadrinada por el postapocalíptico Bigas Luna y en la que se hizo entrega de la Espiga de Honor al productor, distribuidor y actual presidente de la Academia de Cine Española, Enrique González Macho, quien tuvo palabras de agradecimiento hacía el festival, reconociendo deber mucho más, él a la Seminci, que el propio festival a él.
Se dejaron ver por la alfombra roja del festival, rostros como los de Montxo Armendáriz, María Adanez, Lluis Homar, Fernando Guillén Cuervo, Verónica Sanchez, Sophie Auster, Colm Meany o el encargado de abrir el telón de las salas, Nanni Moretti, con su Habemus Papam, un film que transmite buenas sensaciones en su primera parte de metraje pero que no ha terminado por entusiasmar a los críticos con su desatinado final.
A diferencia de la cinta italiana, El niño de la bicicleta, película que tuvo la oportunidad de pasar por Cannes en su pasada edición, de forma fructífera, tanto que conquistó el Gran premio del Jurado, y Monsieur Lazhar, segunda película en su haber del realizador de origen canadiense, Philippe Falardeau han cosechado las primeras críticas entusiastas por parte de crítica y público.