19 de abril de 2024

Críticas: Bypass

Gorka Otxoa, Bárbara Goenaga y Sara Cózar protagonizan una amable comedia romántica de enredo.

Los bilbaínos Aitor Mazo y Patxo Tellería, ambos actores, debutaron en la dirección de largometrajes en 2009 con La máquina de pintar nubes, un esforzado primer trabajo que apenas consiguió eco en su estreno en cines aunque sí cierta repercusión durante su recorrido por el circuito festivalero internacional. Del iniciático costumbrismo de aquella han saltado a un modelo mucho más comercial con Bypass, en la que se asientan sobre los principios más clásicos del enredo para obtener un producto tierno y esperanzado, en el que la sombra permanente de la muerte no acaba siendo sino el motor que impulsa las acciones profundamente vitalistas de los personajes.

Según las palabras del propio Mazo, la intención con la que nacía el proyecto era la de explotar un modelo de comedia romántica sutil mucho más cercana a los cánones del cine francés que tan a menudo traspasa fronteras que a lo que habitualmente se halla en los productos españoles supuestamente diseñados para triunfar en las taquillas. Lo ha conseguido solamente a medias, porque Bypass revela tanta eficacia en la construcción de su tono –que logra oscilar sin resentirse demasiado entre lo cómico y lo levemente dramático– como desmayo en unos enredos que no por retorcidos y reiterados tardan más en descubrirse agotados y previsibles en su mayor parte.

Todo se sustenta en la mentira bienintencionada que Xabi –un Gorka Otxoa al que el papel sienta bien– hace creer a su amiga enferma terminal María –Sara Cózar, el gran descubrimiento del reparto–, al decidir fingir la confesión de su amor por ella como vía para endulzar sus últimos momentos de vida. Esta declaración acaba contribuyendo a su repentina recuperación, y a partir de entonces se verá obligado a convivir con ella a espaldas de su novia embarazada –Bárbara Goenaga, capaz de alegrar cualquier visionado aunque sea como en esta ocasión en uno de los papeles más insulsos del mismo–. Alrededor de ellos orbitan tres personajes más, que alimentan el embrollo principal a la vez que desarrollan otros circundantes que no logran despertar demasiado interés. Aunque también es de justicia reconocer que ninguno de ellos está mal perfilado de partida.

Quizá el principal punto fuerte de Bypass sea el hecho de cultivar un modelo potencialmente capaz de seducir al gran público aun por encima de sus numerosas fisuras. No se trata de la agridulce óptica adoptada por propuestas más inusuales en nuestra cinematografía de lo que aparentan en principio como Bon appétit (David Pinillos, 2010), sino de una mucho más amable a la par que sencilla en la que el único objetivo –paradójicamente nada fácil de conseguir– es involucrar tanto en el enredo cómico como a nivel emocional a casi cualquier espectador, dirigiéndose en principio a un target amplio. En este sentido juega en su contra el hecho de estar rodada originalmente en euskera –lo que fuera del País Vasco obliga a su exhibición subtitulada o bien doblada por los propios actores–, así como una estrategia de comunicación en relación a su lanzamiento en salas que como tantas otras veces se intuye tremendamente ineficaz a causa de su modestia.

Bypass, en definitiva, acaba revelándose como un producto instantáneamente olvidable y parcialmente fallido pese a contar en su haber con los aciertos comentados. Durante buena parte de su metraje es complicado obviar la sensación de haber vivido ya muchas de las situaciones que sin novedad alguna se suceden a lo largo de 98 minutos, lo que repercute en la frescura de un enredo cuya construcción está lejos de ser deficiente pero que quizá habría requerido de algún contrapunto cómico de mayor enjundia, más alejado de tópicos. Aunque se antoja realmente difícil que cale, también lo será que moleste a alguien o deje mal sabor de boca en los que se supone deben acercarse a verla, habituales consumidores de comedias románticas no solo intrascendentes como la que nos ocupa sino incluso ofensivas a menudo para la inteligencia del respetable.

Un pensamiento en “Críticas: Bypass

  1. Estoy de acuerdo, pero te has dejado de comentar que el doblaje realizado por los propios actores es espantoso, o por lo menos a mí es lo que menos me ha gustado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *