19 de abril de 2024

Críticas: El amor es extraño

El amor es extraño

Las edades de la pareja.

A primera vista, El amor es extraño podría ser el complemento perfecto de Keep The Lights On. Si la cinta previa de Ira Sachs mostraba los vaivenes en la relación entre dos hombres jóvenes, en su quinto largometraje aborda la historia de una pareja de gays maduros que viven como pareja desde hace cuatro décadas y han decidido casarse finalmente. El vínculo entre los dos trabajos se refuerza más si cabe si tenemos en cuenta que las dos son fruto de la colaboración de su director con el guionista Mauricio Zacharias.

No obstante, El amor es extraño supera en ambición y resultados a su precedente. Si allí se centraba más o menos en las relaciones sentimentales dentro de un ambiente gay bohemio, aquí el espectro es más amplio. Hay en el filme un deseo por retratar el amor en sus diferentes etapas de la vida. Así encontramos la relación entre dos personas mayores, un pintor y un profesor de música, que llevan conviviendo mucho tiempo juntos y tienen que afrontar un imprevisto económico que les impide mantener su apartamento conjunto; los problemas matrimoniales del sobrino de uno de ellos, que intenta sobrellevar de la mejor manera que puede el día a día  con su mujer, y el hijo adolescente de esta pareja de mediana edad, un chaval que vive sus primeras experiencias amorosas.

El amor es extraño 2

La película parece mostrarnos los obstáculos que debemos superar a la hora de amar. Así nos encontramos con un matrimonio de ancianos que tienen que vivir separados por su incapacidad de pagar un alquiler en Manhattan cuando uno de ellos es despedido, las pesadas obligaciones de la rutina familiar y laboral que debe superar la pareja al borde de la cincuentena o los problemas de comunicación que tienen que atravesar muchos adolescentes para lograr tener sus primeras experiencias afectivas.

Quizá haya que reprocharles a Sachs y Zacharias que las tres historias unidas por los vínculos de parentesco  no tengan la misma intensidad. La relación entre los dos personajes mayores recién casados acaba apoderándose casi completamente del filme. Se nota que el director, uno de los cineastas más representativos del cine gay norteamericano, se encuentra muy a gusto al mostrar el declive de estos  amantes ancianos. Curiosamente, logra plasmar su mutuo afecto a pesar de encontrarnos en una cinta donde la pareja aparece separada contra su voluntad. El espectador siente el sufrimiento de esas personas acostumbradas a estar juntas que se ven obligadas a dejar su hogar y vivir con familiares y amigos cuando su relación homosexual es reconocida por la ley. Gran parte del mérito reside en las absolutamente magistrales interpretaciones de John Lightlow y Alfred Molina, capaces de hacernos creer que son pareja sin amaneramientos innecesarios. Las miradas entre ambos están cargadas de ternura y las muestras de cariño eluden cualquier tipo de afectación.

El amor es extraño 3

Por otra parte, en un segundo plano, Sachs no elude criticar de manera soslayada a la sociedad que retrata. En este sentido resulta paradójico que el colegio católico donde trabaja uno de los protagonistas acepte su homosexualidad hasta que decida legalizarla sobre un papel. A la vez Sachs plasma de manera perfecta el nuevo concepto de familia, que incluiría como tal a los amigos más íntimos, y muestra los problemas inmobiliarios de una zona como Manhattan donde se ha convertido en prácticamente imposible vivir sin unos altos ingresos económicos.

No obstante, quizá lo más relevante de El amor es extraño es la intensidad emocional del filme, que lo aleja de la frialdad dela sobrevalorada  Keep The Lights On, la anterior película de Sachs.

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