29 de marzo de 2024

Críticas: Hablar

Pongamos que habla Lavapiés.

Hablar (1) - Cinema ad hoc

Por Sergio de Benito:

Al comienzo de Hablar, un rótulo nos indica que lo que vamos a ver es un único plano filmado en continuidad. Resulta un tanto gratuito, incluso incómodo, que se decida hacer el alarde de informar al espectador de la principal peculiaridad de lo que va a ver, en lugar de dejarle respirar por sí mismo y descubrirlo. Este aparente derroche de ombliguismo, refrendado posteriormente durante unos créditos finales en los que se muestran imágenes del rodaje, queda en un segundo plano cuando, esta vez sí, son las palabras las que destapan el sugerente mosaico humano del barrio madrileño de Lavapiés.

La nueva película de Joaquín Oristrell vuelve sobre los pasos de Los abajo firmantes (2003), pieza casi de guerrilla surgida de la reacción colectiva del gremio actoral ante la participación española en la invasión de Iraq, y como aquella propone una inmediata crónica social de claro corte ideológico, esta vez cimentada en el clima de participación y reacción política que la crisis ha generado entre las clases medias y bajas, además de brindar homenaje a un extenso reparto en el que se halla otro de sus principales fuertes. No parece demasiado casual que el nombre de cierta formación política aparezca en los agradecimientos, pero este hecho no coarta los logros de su discurso, relacionados en esencia con la presentación de un caleidoscopio fácilmente identificable con el que puede hallarse en cualquier núcleo obrero.

Sin embargo, el alcance de la apuesta pierde enteros cuando trata de otorgar una continuidad a esos aciertos episódicos, cayendo en vicios como el maniqueísmo o un histrionismo cómico que sólo funciona a veces, sobre todo si se apoya en un retrato cotidiano que sigue una línea de saludable costumbrismo similar a la de las primeras películas de Miguel Albaladejo. Hablar supone, en definitiva, un ejercicio técnico e interpretativo disfrutable, que refleja con fidelidad necesariamente irregular el estado de ánimo de una sociedad dividida y apuesta por reivindicar la palabra como forma de expresión a la par que, paradójicamente, decide rendirse a sus propios logros visuales como una novedad digna de admiración.

Hablar (2) - Cinema ad hoc

Por Arrate Etxebarria:

Hablar es una película dirigida por Joaquín Oristrell. Un plano secuencia en el que participan 21 actores protagonistas, 10 secundarios y 30 figurantes. Hablar es una radiografía del momento en el que se encuentra el país, España, el Estado español o como lo quiera llamar cada uno, a fin de cuentas, la misma “cosa” con distinto nombre. Hablar es una pitada que nace en el barrio de Lavapiés y probablemente no tenga tanto eco como otras que se dan en otros campos, igual de loables pero previsiblemente con más éxito que esta. Hablar frente a la ley mordaza.

En 2003 Oristrell ya se alzaba contra la Guerra de Irak en Los abajo firmantes, una obra de emergencia, una muestra de respeto hacia los actores, y también una colección de cortes imposibles entre plano y plano. Esta vez la elección de un ambicioso plano secuencia evita esa fragmentación. Los cambios de “plano”, de situaciones y de personajes se hacen a través del movimiento de la cámara, entrada y salida de personajes, etc. A veces funciona, otras quizás se ve demasiado forzado el paso de unos protagonistas a otros. No por ser plano secuencia ha de ser fluido. Algunas interpretaciones te las crees, otras quizás no. De tanto forzar el estereotipo, quedan en caricaturas demasiado manidas para ver algo auténtico. De todas maneras, no es descabellado empatizar con personajes como el interpretado por Sergio Peris-Mencheta (que no se sabe si está muy loco o muy cuerdo) o querer pegar un puño (condeno la violencia, por si acaso) al empresario, posible votante de partidos asesorados por el IBEX 35, interpretado por Juan Diego Botto.

Si bien Hablar refleja el paisaje social actual, la propia película es reflejo del mismo. Surgida con pocos medios, con la colaboración de muchas y con clara vocación de protesta. Una pitada más desde un ámbito tan castigado como el cultural.

Hablar (Antonio de la Torre) - Cinema ad hoc

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