29 de marzo de 2024

Críticas: Impávido

Carlos Therón ha reunido a Julián Villagrán, Marta Torné, Carolina Bona, Manolo Solo y Nacho Vidal para hacer largo su premiado corto Impávido.

Uno de los personajes de Impávido (en su versión largometraje) nos indica que el destino ya está escrito, la única diferencia es que hay gente que tiene Tipp-Ex y otros no. No sé si el público pasará su blanquecina y empapada brocha sobre las sensaciones que les deje la cinta de Carlos Therón y la mandé directamente al olvido o se convierta en uno de los éxitos del cine español de este año. Lo que puede afirmar el bastardo que escribe es que no ha encontrado nada de lo que sintió el director al describir su propuesta: ni una montaña rusa, ni eficiente comedia, ni sorpresas, ni giros, ni sonrisas y poco entretenimiento acabado el viaje. Tampoco demasiadas ganas de vomitar, todo hay que decirlo.

Es curioso que Carlos Therón superponga en sus declaraciones sus referencias ochenteras (Scorsese, Zemeckis o Spielberg) frente a la obviedad de su filme. Impávido tiene un tufo a lo Guy Ritchie y Quentin Tarantino que ha quedado impregnando cual pestilente ‘perfume’ de mofeta. En Interruptus prefirió el zapping para eludir la explosión de un coche (con Rodrigo Cortés en su interior) y en Impávido se decanta por el fuera de campo y el efecto digital para recalcar que la única solución ante el bajo presupuesto son las ideas. El inconveniente principal de Impávido es que su look de serie Z y sensación de fan film (o corto de colegas) no le otorga frescura ni originalidad. La vocación e intenciones de Carlos Therónson convertir su película en la nueva Airbag: aquella película que en plena fiebre de los 90 alcanzó la complicidad del público y tuvo pésimas críticas. No debería extrañarse el director de Fuga de cerebros 2 de semejante desequilibrio cuando ya lo vivió con su anterior y exitosa cinta.

La película podría resumirse en ese ‘Impávido’ (mus francés, sin señas ni parejas) en el que la mamada no se ve pero sí la ‘chicha’ antes de desparecer. Digamos que Impávido sugiere muchas cosas en su póster y además cuenta con la presencia de nuestro pene (perdón, pollón) más popular e internacional. Nada es lo que parece: emergen más topless en Sor Citroën… y Nacho Vidal no quiere calentar ni empalar a nadie salvo con sus balas. Obviamente que nuestra porn star por excelencia no quiera hacer de actor porno ni de Nacho Vidal en el cine convencional me parece correcto, pero para aquellos que consideramos una cult movie (y joya de la caspa made in Spain) El potro se desboca (con Poli Díaz y la inolvidable canción de Leonardo Dantés) esperábamos que volviera a la comedia (la película de Justo Pastor sigue siendo la mejor comedia española desde que se estrenó allá por 1997 para que el que escribe) y no a encarnar a un mafioso sociópata y macarra.

No sé si el viaje que inicia el protagonista es hacia la madurez, mediante esa cadena con una cuchilla de afeitar que hace válido aquello de que el dolor mata pero sin el mismo se estaría muerto. Mal de amores y eternas traiciones (y venganzas) parecen ser los giros dramáticos. Impávido se mueve continentemente en una delgada línea entre el ridículo y la vergüenza ajena con sus homenajes a Airbag de Juanma Bajo Ulloa y Snatch, cerdos y diamantes de Guy Ritchie conla búsqueda de provocar placer al espectador. Nos dicen que la información es poder y estar de rodillas tiene ventajas y efectivamente parece que su capacidad final es que el espectador se arrodille rezando para que llegue el final (o al menos salga un pezón de renombre).

Impávido divaga entre la cinta de atracos, el cine negro (con mamada en off) y la comedia alocada y héroe en cangrejeras con un telón de fondo romántico. Sus pretensiones son ofrecer un entretenimiento y diversión a los espectadores, aunque salvo pequeños arrebatos y secuencias no consigue tal fin. El filme nos habla de la suerte y al igual que el protagonista piensa que la suma de decisiones (técnicas y narrativas) incorrectas (tal vez objeto de la mala suerte… y presupuesto) detonará en un ‘happy end’, en el que el público estallará en aplausos y elogios. No puedo leer el futuro pero a más de uno ya se le ha pasado por la cabeza que la cinta de Carlos Therón engrosará la lista de fiascos en taquilla de la producción patria. Al igual que en Airbag, puede que nos equivoquemos. Pura cuestión de suerte.

Un pensamiento en “Críticas: Impávido

  1. seguro que has visto la misma pelicula que yo?????, no estoy para nada de acuerdo con la critica, la pelicula es entretenida y con risas de vez en cuando, acaso esperabas una superproducción???, yo recomiendo verla por que merece lapena

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