20 de abril de 2024

Berlinale, día 4

 

Se llega al ecuador de la Berlinale con dos nombres que empiezan a destacar entre los aficionados al cine. Son el de James Marsh, director de la aclamada Man on Wire ahora pasándose a la ficción; y el del filipino Brillante Mendoza, director entre otras de la premiada en Cannes Kinatay, que parece haber conquistado hasta al sector cateto de nuestra crítica… pero no adelantemos acontecimientos, pasen y vean:

 

«Marsh ha saltado del documental a la ficción en Shadow Dancer, una ópera prima mas que interesante, en la que al igual que en Man on Wire te mantiene fascinado mientras que la ves y al final te deja un regusto amargo, te hace pensar en la complejidad que posee la conducta de esos personajes trágicos. (…) Marsh crea una atmósfera opresiva, sabe transmitir sensaciones tan violentas como perturbadoras.

Pero me ha ocurrido algo fascinante con la última película de Brillante Mendoza, titulada Captured. Y es que además de estar iluminada comprendo lo que me está narrando. (…) No han aparecido los aplausos al final de la proyección. Los fans de Brillante Mendoza deben de haberse sentido estafados y traicionados, juzgarán con decepción que su ídolo ha elegido el camino convencional y fácil en vez de seguir experimentando con su deslumbrante estilo anterior. A lo peor es que Mendoza ha decidido que no le compensa lo suficiente ser considerado un genio solo en este tipo de eventos, que lo que él pretende a partir de ahora es algo tan demencial como que su cine se proyecte en las salas comerciales, que pueda ser apreciado por eso tan despreciable conocido como el público normal.»

Carlos Boyero – El País

«Tanto el guión absolutamente de madera (improvisado, dicen algunos) como la vistosa incapacidad para que el texto fluya al ritmo que marca la aventura, pues de eso va, hacen de Captive una obra fallida. Tan energética y vibrante como finalmente imprecisa. En cualquier caso, la imperfección es sinónimo de Brillante. Lo que no es exactamente un juego de palabras, pero casi.

Marsh consigue invertir la jugada hasta transformar un ‘thriller’ milimétrico en un jirón de piel arrancado a la realidad. Las retina se empapan de nicotina, de desesperanza y del sentido profundo del absurdo. Un violento absurdo. En sus manos, la pantalla se vuelve turbia, los personajes se intercambian los papeles de héroes y villanos, y el terror es mucho más que un simple estado alterado de la consciencia. Brillante (de brillar) hasta el último gramo de vida. Pues de eso se trata, de pura, sucia, húmeda e imperfecta vida.»

Luis Martínez – El Mundo

«El director de Kinatay trabaja en un solo registro, el de la realidad que pega un grito pasado de decibelios. La histeria es su mejor amiga, vive en un permanente clímax dramático, y eso acaba por ser contraproducente. El gran espectáculo de la película es ver a Isabelle Huppert, que interpreta a una cooperante católica que cae en manos de los terroristas, como un pulpo en un garaje.»

Sergi Sánchez – La Razón

 

Bonus track: Extracto de Captive

2 comentario en “Berlinale, día 4

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