El dinero manda, y la gran recaudación de Insidious consigue que se empiece a trabajar en su secuela.
Los fantasmas venden y por lo visto si están en manos de James Wan, más conocido como padre de Saw, son muy rentables. Así lo demostró con Insidious, que con un bajo presupuesto consiguió una más que abultada recaudación en taquilla en todo el mundo, y a los productores se les han transformado los ojos en símbolos del dólar, por lo que no han dudado en crear el remake. De momento se está negociando que repita el director, que está ahora trabajando en su nueva película, también de toques sobrenaturales, The Conjuring (que posiblemente tendrá un cambio de título) con Vera Farmiga, Ron Livingston, Lili Taylor y el protagonista de la primera parte que aquí nos ocupa, Patrick Wilson, con quien también desean contar en el remake.
Los sustos con subidones de volumen incluídos se ganaron al público el año pasado, pero yo espero que gane el protagonismo que se merece aquel reloj en mitad del pasillo de la casa de familia Lambert, que sufría los ataques a su hijo en coma por parte de lo desconocido que campaba a sus anchas en su nueva casa.
Continuará…
