29 de marzo de 2024

American Horror Story: 1ª Temporada

Es buen momento para revisar y revivir los temores y terrores ofrecidos en la primera temporada de la exitosa American Horror Story.

Sus nominaciones a los Globos de Oro y el reconocimiento alcanzado por Jessica Lange han supuesto los trofeos obvios, brillantes y visibles de la nueva serie de Ryan Murphy. Su finalización en EEUU es todavía reciente y su paseo fantasmal por nuestros televisores en su emisión en España no hace más que dejar, pese a posibles críticas, su vigencia catódica. Es momento de repasar y hacer un contraste entre los logros, virtudes y defectos de American Horror Story, uno de los éxitos de público y crítica del 2011.

Para hablar de esta primera temporada de American Horror Story, no es necesario destripar los doce capítulos que la componen aunque sí es obligatorio constatar las claves que la han catapultado entre el Olimpo de muchos seriéfilos:

1) El arte del refrito: Los propios creadores de la serie, Ryan Murphy y Brad Falchuk, querían hacer algo distinto. Murphy escapar del algodón de Glee y Falchuk apuntalar el género de terror, aunque la inspiración, homenajes y/o conexiones abarcan desde La semilla del diablo a El resplandor bajo la mirada conductora de Dark Shadows en la atmósfera. Pese a sus múltiples referencias, American Horror Story ha generado su propio estilo desde los créditos de Kyle Cooper, la banda sonora que acompaña a cada capítulo o sus referencias a la cultura popular, oscura y negra norteamericana de diferentes épocas con asesinatos en serie en institutos de principio de los noventa, Richard Franklin Speck o la Dalia Negra.

2) Sin CompetenciaDexter y The Walking Dead van por otros derroteros y, ¿se acuerda alguien de Fear Itself o Masters of Horror?

3) Jessica Lange: Guste o no la serie tanto su papel como su actuación son dignas de admiración. Constance Langdon se mueve entre la malicia, lo sibilino y bipolar y el amor maternal como bandera y ceguera enfermedad crónica.

Mis reacciones ante los episodios de American Horror Story y su seguimiento contradicen muchas veces el entusiasta y universal punto de vista de los telespectadores. Esos mismos que la han aupado a ser una de las series fijas para cualquier seriéfilo que se precie. Pero un objeto del deseo es la audiencia y otro (del terror para el creador) es convencer a todo aquel que se interesa, bien por el género en el que está encuadrada la serie de FX o por ficciones televisivas que apuestan por otro tipo de llamativas presentaciones. Guste o no, hay que reconocer a Ryan Murphy su capacidad de marketing absoluta ya que ha conseguido realizar uno de los mejores productos del género de terror y con impecable acabado que puede generar la televisión de cable actual. El creador de la serie ha guardado un as secreto en la manga que ha desvelado al finalizar la primera temporada y no es otro que el de aumentar la vigencia de la serie e incluso de compensar la compra de temporadas sueltas de la misma. American Horror Story, con ese as desvelado, se ha convertido en una serie de cambios y renovaciones constantes de cara a su desenlace definitivo. Tal vez un arma demasiado potente escondida convenientemente para afianzar el efecto de una longevidad pretendida… salvo que el terror de la segunda temporada espante espectadores…

American Horror Story ha sido una serie de recursos, clichés y licencias inverosímiles (hasta para los fantasmas) durante su primera temporada para convertirse finalmente en una antología donde cada temporada tendrá un inicio un desarrollo y un final y supuestamente un elenco renovado. Todo lo anterior quiere indicarnos claramente que con el éxito que tiene actualmente la serie veremos desfilar seguramente a la plana mayor catódica y seguramente alguna estrella de Hollywood será seducida por este movimiento del creador de GleeNip/Tuck, a golpe de bisturí. Un muy buen invento, desde luego. Pero con todo lo anterior es necesario repasar en qué ha consistido realmente esta temporada,  ver sus méritos y sus desmedidos recursos en algunas ocasiones.

El retrato en sí de esta primera temporada ha sido la reconciliación de la familia Harmon tras un aborto de la mujer, una infidelidad del marido con una alumna y una hija autodestructiva y suicida. Esa reconciliación es inviable en el mundo de los vivos y aparece el elemento que produce la catarsis: una casa encantada y asesina, que como curiosidad… ¡ha estado a la venta en nuestro mundo mortal al otro lado de la pantalla! Se llega al génesis fantasmal pero no se explica pese a contener numerosos flashbacks reveladores del pasado de los vivos y muertos. La maldición es quién muere en la casa se convierte un alma errante en la misma por toda la eternidad. No es válido con ciertos espectadores que nos hemos quedado patidifusos al ver en la batidora las siguientes referencias en un popurrí del terror: House, una casa alucinante, The Amityville Horror, La semilla del diablo, El resplandorPoltergeistEntre fantasmas y para colmo Beetlejuice. ¿Funciona? ¡Desde luego que sí! ¿A qué precio? Al de creerte que los fantasmas sea etéreos o asesinos a voluntad del guión, claro. En resumen, como la cobertura de los móviles en la gran y pequeña pantalla, que no depende del operador sino del guionista.

Ahora han comenzado los virales, noticias, declaraciones y avances de la segunda temporada. Se comenta desde que Jessica Lange será directora de un psiquiátrico hasta que el líder de Maroon 5, Adam Levine, aparecerá… Pero eso ya es, claro, otra ‘Story’.

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