Repasamos la última jornada del Festival 4+1.
Fuera de concurso, y como única participación española en todo el certamen, venía Hollywood Talkies de Óscar Pérez y Mia de Ribot. El documental basa su historia en la irrupción de actores españoles en el cine americano de los años 30, cuando las todopoderosas Majors comenzaron a hacer versiones españolas de sus grandes producciones. Con la sencillez formal que la escuela catalana lleva como estandarte para trascender el lenguaje cinematográfico y bucear en nuevos caminos expresivos que el audiovisual ofrece, el realizador Óscar Pérez, se apoya sobre los conceptos del vacío y de la ausencia con el fin de generar la fantasmagoría de aquellos que estuvieron una vez y jamás se supo nuevamente. Así, se opta por neutralizar la obra mediante una narración en la que imagen y voz over pocas veces van de la mano. El plano largo y el sonido logran evocar el vacío de esos espacios que en el contexto de la época estuvieron en plena ebullición. Con un ritmo pausado, Hollywood Talkies sintetiza el discurso a lo más básico posible. Todo vestigio de aventura queda substraído, la ausencia lo llena todo.
Volviendo de nuevo a la sección oficial del festival, se proyectaba Les Éclats (Ma gueule, ma révolt, mon nom) del director francés Silvayn George, aunque denominarle como director es un tanto inapropiado, ya que él mismo también es camarógrafo, montador, productor y guionista; excepto la música, casi podría decirse que George hizo el documental de manera individual. Este film es una especie de continuación de su anterior obra Qu´ils reposent en révolte (des figures de guerra), y es que el hecho de haber pasado cuatro años rodando en Calais en permanente contacto con inmigrantes ilegales, hacía suponer que tendría muchísimo material aún por descubrir y armar. Rodada en blanco y negro, en cámara de vídeo y con el viejo formato del 4:3, George ofrece una visión observacional sin dejar apenas huella de su presencia, cede todo el protagonismo a los personajes y a sus opiniones, lo que ayuda a aumentar la verosimilitud y a hacer un relato lo más honesto posible.
Y para terminar la jornada, llegó el apocalipsis al festival de la mano de Abel Ferrara y su película 4:44 Last day on Earth que, por difícil que parezca, posiblemente se trate de su trabajo más intimista hasta el momento. La historia relata las últimas horas de una pareja de artistas (Willem Dafoe y Shanyn Leigh) que deciden afrontar el fin del mundo juntos. A lo largo de las horas, los estados emocionales se irán sucediendo en una puesta en escena que roza lo teatral y en la que Dafoe pasa por todos las etapas existencialistas mediante los temas que el director neoyorquino suele tratar: redención, violencia y drogas. Estética y formalmente, la película está anclada en los noventa, sin embargo, Ferrara sigue haciendo gala de su libertad e independencia como cineasta. Aunque no es su mejor película, el director parece buscar una redención consigo mismo expresándola a través del personaje de Dafoe, haciendo que la película se vuelva honesta sin necesidad de intelectualizar o hacer grandes disquisiciones.