Echamos el telón a la Berlinale.
17-02-2013 Aún en Berlín, pero ya despidiéndonos. El hotel Hyatt donde se encontraban las oficinas de prensa, el ticket counter para gente con acreditación, la sala de las ruedas de prensa… No quedaba ni rastro de ello esta mañana, se había convertido en un hotel común de nuevo. Ni siquiera la zona wifi hablitada en el Berlinale Palast estaba disponible. Por la calle sí había mucho ambiente, de hecho la organización dijo que hoy domingo era el día de más afluencia de público. Dieron otro dato realmente bestial: se habían vendido el 99´8% de todas las entradas del festival. Una lástima que no dure un par de semanitas más, nosotros aunque estemos con cierta fatiga, nos quedaríamos sin pensarlo dos veces. Más allá de lo que te ofrece la propia Berlinale, lo que rodea al festival: la ciudad, la gente, el ambiente, las fiestas… Por todo ello, estamos enamorados de Berlín y ya queremos volver al año que viene.
Pero entremos en materia y hablemos del palmarés, por empezar por el tema que siempre resulta más controvertido. En líneas generales, las decisiones del jurado presidido por Wong Kar-Wai nos han gustado bastante. Ha habido bastante reparto entre los premiados, algo muy positivo que habla de la existencia de mucha variedad y buen nivel entre las competidoras. El Oso de Oro a Child´s Pose de Calin Peter Netzer fue una elección muy predecible y creemos que acertada, junto a Gloria de Sebastián Lelio eran las grandes candidatas, casi cualquier otra ganadora hubiera sido una gran sorpresa. El cine rumano puede estar de enhorabuena ante el momento que están viviendo sus cineastas, Cristian Mungiu no es el único director rumano que tenga repercusión en muchos festivales fundamentalmente europeos: Crulic – The Path To Beyond de Anca Damian Mejor Película Annecy 2012 y mención especial en Locarno; Califormina Dreamin’ de Cristian Nemescu ganó el premio Un Certain Regard de Cannes en 2007; El Concierto de Radu Mihaileanu estuvo nominada en los Premios del Cine Europeo en 2010, ganó dos César y estuvo también nominado en los David Di Donatello; Si quiero silbar, silbo de Florin Serban ganó el gran premio del jurado en Berlín precisamente en la edición de 2009… Es decir, estamos ante una cinematografía naciente de mucha relevancia. Nosotros apostamos por Pardé, que finalmente se llevó el mejor guión, así que en cierta manera contentos.
Siguiendo con lo positivo a nuestro juicio, Paulina García como mejor actriz. Era sin duda el Oso de Plata más competido de todos, lo que eleva aún más la excelsa interpretación de la protagonista de Gloria. Da un auténtico recital actoral, la enorme profundidad y complejidad que le da al personaje es increíble. Más allá de la historia y la puesta en escena, que también funcionan muy bien claro, ella brilla de manera diferente y más notable. Verdaderamente merecido. Binoche, Deneuve, Pauline Ettienne y demás, tendrán que esperar otra oportunidad para llevarse el galardón a casa.
Una de las sorpresas que recibimos con gran agrado fue que David Gordon Green resultara ganador del Oso de Plata al mejor director. A nosotros nos había gustado mucho Prince Avalanche, y temíamos sobremanera que se fuera de vacío por ser en apariencia una obra cinematográfica más liviana, de menos calado que otras. La tendencia actual de los festivales, en regla general, es a valorar más el drama por encima de la comedia. Algo muy absurdo, pero muy común. De hecho, esta edición vuelve a ponerlo de manifiesto en su palmarés. Aparte del gran trofeo que es el Oso de Oro, An episode in the life of an iron picker de Danis Tanovic es otro drama durísimo que resultó vencedor del segundo premio más importante: el Gran premio del jurado.
Y con ello empezamos los desencuentros con las designaciones. El largometraje bosnio no nos convence hasta el punto de ser merecedor de este Oso de Plata, nos parece muy exagerado. En la crónica del día VI explicamos más en detalle nuestros motivos, aunque el básico es la incidencia del director elaborando las escenas más dramáticas. La cotidianeidad de la familia está muy bien descrita, con un tono documental certero y muy logrado. Sin embargo, eso lo pierde todo cuando fuerza la realización de varios planos en una misma secuencia y haciendo un montaje propio de la ficción. La realidad de la que hacía gala y que estábamos viendo, queda aquí fragmentada y por tanto rota. La línea en la que se mueve de pasar de la ficción a la no ficción no nos resulta justificada dramáticamente, es más una cuestión de concepto que de ejecución.
Aunque lo peor no es que la película fuera premiada, esto lo supera que su protagonista Natzif Mujic ganara el Oso de Plata al mejor actor. Una acción más de caridad que otra cosa. Es duro decirlo así, pero este señor ni siquiera es actor. La durísima vida que vemos que lleva en el film, será más o menos parecida a la de su realidad. ¿Hasta qué punto podemos considerar esto como interpretación? Además, de ser considera como tal, daría más razón al argumento en el que estamos insistiendo sobre la excesiva dramatización de muchas secuencias. Y una vez más, volvemos al distinto rasero con el que se mide el tono cómico y el dramático. A todas luces, Emile Hirsch y Paul Rudd habían sido los intérpretes masculinos que mejor habían hecho su trabajo. Suponemos que no solo hay que otorgar galardones a la excelencia y al mejor trabajo realizado, también habrá otros factores alrededor.
El Alfred Bauer Prize (a la película que abre nuevas vías narrativas) fue para Vic+Flo Saw a Bear de Denis Cote. Nosotros fuimos incapaces de entrar en ningún momento en la atmósfera que genera el director canadiense. No pillamos nunca ni su tono, ni las motivaciones de los personajes. Lo que ellos han premiado como original, a nosotros nos resultó anodino. Pensábamos que aquí Harmony Lessons iba a ser la vencedora, finalmente el film kazajo tuvo que conformarse con el premio a técnico a su director de fotografía Aziz Zhambakiyev.
Y para cerrar ya el tema de premios, en Panorama sucedió lo que todo el mundo esperaba: The Broken Circle Breakdown de Felix Van Groeningen se llevó el gato al agua. Sobre esto no había ningún tipo de duda. Más ha sorprendido que no se colora ninguna estadounidense ni siquiera en el podio. Upstream Color no tenía ninguna oportunidad de colarse entre las favoritas, pero sí esperábamos que Frances-Ha y Don Jon´s Addiction estuvieran por ahí.
La 63ª edición de la Berlinale ha dejado muy buenas sensaciones, ofreciendo un gran nivel cinematográfico. Ciertamente, nos hemos tragado algunos bodrios que no queremos ni recordar, pero la tónica general ha sido mucho más positiva que negativa. Lo peor tal vez sea ese debate que ronda el ambiente sobre su pérdida de mercado e importancia internacional, aquello que comentábamos en una de las crónicas diarias sobre la alargada sombra de Sundance sobre Berlín. Hemos tenido un número muy escaso de premieres mundiales, es decir, el dato referencial a la hora de evaluar la actualidad de un festival. Si los grandes directores siguen estrenando sus nuevos proyectos en otros festivales, la dirección de la Berlinale tendrá que plantearse muy seriamente qué dirección seguir.