29 de marzo de 2024

Críticas: Plot for Peace

Plot for peace

La cara menos conocida del fin del apartheid.

Durante casi la totalidad del siglo XX, los habitantes de Sudáfrica sufrieron un sistema de segregación racial impuesto por los colonos blancos de origen holandés y británico contra la población autóctona, llevado a cabo por medio de leyes promulgadas a tal efecto. Los blancos de origen “afrikaner”, término con el que se conocía a los colonos, desarrollaron estas leyes para poder conservar su poder en los territorios ocupados aun siendo minoría con respecto a la población negra, e instauraron normas en las que se establecía un registro racial obligatorio con la sola intención de procurarse un hábitat únicamente ocupado por personas de raza blanca donde ni siquiera los negros podían acercarse. La segregación fue total en todos los aspectos de la sociedad, ningún negro podía optar a un cargo en el gobierno por descontado, no podían abrir negocios ni estudiar junto a los blancos, bañarse en las mismas playas, comprar en las mismas tiendas o viajar en los mismos autobuses hasta que finalmente se establecieron guetos-estados especialmente construidos para mantenerlos alejados que recibieron el nombre de bantustanes, siendo considerados extranjeros en su propio país.

Esta discriminación ascendente llevó al Congreso Nacional Africano formado por sudafricanos negros a crear un plan de desobediencia pública contra estas leyes entre cuyas filas se encontraba el que casi 30 años después de ser detenido y encarcelado de por vida por traición, sería galardonado con el Premio Nobel de la Paz y proclamado presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela.

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Pero para conseguir abolir estas leyes raciales y la liberación de Mandela, durante muchos años hubo luchadores en la sombra de los que nadie ha oído hablar debido a la censura del régimen del apartheid. Uno de estos héroes anónimos fue un tal “monsieur Jacques”, un hombre misterioso que sonaba en todas las historias de intervención entre distintos países africanos y del resto del mundo para acabar con el apartheid. La directora Mandy Jacobson consiguió finalmente conocer la identidad de este personaje que fue fundamental en la abolición de la segregación racial en Sudáfrica, y decidió contar por boca de esta persona el documental que junto a Carlos Agulló preparaba sobre las circunstancias que llevaron al país africano a derogar unas leyes centenarias que violaban los derechos humanos.

Plot for Peace es el título del documental que, en forma de thriller, narra en primera persona Jean-Yves Ollivier, nombre real de “monsieur Jacques”, contando como sus buenas relaciones diplomáticas con jefes de estado y de gobierno de todo el mundo, le ayudaron a mediar con los gobiernos de Sudáfrica y Namibia para evitar que el apartheid desembocara en una guerra sin cuartel como la que el propio Ollivier sufrió de niño en la Argelia ocupada por los franceses. Con testimonios de varios ex jefes de estado africanos y de políticos estadounidenses y cubanos, e incluso de la propia Winnie Mandela, el documental intercala numerosas imágenes de archivo tanto de las guerras en los territorios africanos como de las brutales palizas que recibía la población negra en los años 80 cuando empezaba a hacerse oír. A pesar de presentar toda la crudeza de las imágenes reales, Plot for Peace no se recrea en las atrocidades vividas por los negros en una Sudáfrica dominada por personas que, según palabras de Ollivier, parecían sacadas de una película norteamericana de los años 50, sino que plantea la historia a modo de thriller político dotando a la narración de un dinamismo pocas veces visto en un documental de estas características.

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Sin embargo, los directores pasan por alto la contextualización de los hechos y sobre todo de la mayoría de las personas que aparecen contando su versión de la historia. Durante la mayor parte del documental somos ignorantes sobre el papel exacto que jugó cada uno de ellos en su lucha contra el apartheid y, al margen de poder seguir la trama como si fuera una película de ficción, la realidad es que pocas veces se explica el porqué de cada conflicto bélico que aparece en la pantalla y la influencia que tuvieron sobre el gobierno afrikaner a la hora de conseguir que se abolieran las leyes segregacionistas.

Plot for Peace es un documental ameno que nos ofrece una parte largamente escondida de la historia a la que es necesario acudir, pero se pierde a la hora de explicar lo que realmente estamos viendo, restringiendo así el interés de quienes no conozcan los conflictos que asolaron el continente africano en el siglo XX.

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