11 de octubre de 2024

Entrevistas: Anochece en la India

Chema & Javier

Charlamos con director y actor de Anochece en la India.

Ganadora de dos premios en el pasado Festival de Málaga, a mejor actor para Juan Diego y al mejor montaje, Anochece en la India es la historia de un parapléjico que decide viajar a la India por carretera con su asistenta rumana, para saldar una deuda pendiente de los años en los que hacía ese mismo viaje llevando hippies desde España.

La película se estrena en los cines el próximo día 11 de abril y para presentarla hemos hablado con su director Chema Rodríguez y otro de los actores que participan en ella, el últimamente prolífico Javier Pereira. En una entrevista junto a varios compañeros de otros medios, Rodríguez y Pereira nos han hablado entre risas de la película, de Juan Diego y de sus nuevos proyectos.

– ¿Cómo fue el proceso de realización de una película con tantas localizaciones como esta?

Chema Rodríguez: Esta película, Anochece en la India, está basada en un libro que escribí en 2002, cuyo protagonista es Lorenzo del Amo, un tipo que llevaba hippies a la India en los años 60/70. En los 80 tuvo un accidente en el río Níger en África y se quedó parapléjico, pero se trataba de un hombre con una vitalidad, una fuerza y una energía brutales, y yo me pregunté “¿qué ocurriría si Lorenzo decidiese volver a la India en su estado actual?” Así surgió la historia del guión, luego todo lo demás fue llegando poco a poco. Pensar en Juan Diego fue desde el minuto 1 y cuando vi a Clara Vodâ en Si quiero silbar, silbo, que es una película que ganó el oso de plata en Berlín hace unos años, me imaginé lo que podría ser ver a 2 actores, uno tan explosivo como Juan Diego y la otra con una vida tan interior como Clara Vodâ, cómo juntar a estos dos personajes en una historia y con un guión para que hicieran un recorrido desde la oscuridad hacia la luz como hacen aquí.

– ¿Cambia mucho la historia de la novela a la película?

C. R.: Muchísimo. De hecho la película empieza donde acaba la novela, está basada en el personaje de la novela. La novela en realidad es una mezcla de libro de viajes y narración, realidad y ficción, y acaba en un punto en el que no se sabe qué va a ocurrir con el personaje.

– ¿Cómo convenciste a Juan Diego para hacer un papel con tanto esfuerzo como el de Ricardo?

C. R.: El esfuerzo físico que hace Juan Diego no os lo imagináis, yo creo que en la pantalla no se llega a percibir. Sólo hay un plano en toda la película en el que tiene un doble y a punto estuvo de querer hacerlo él también, pero todo lo demás lo hace el propio Juan. Tiene una fuerza interior brutal, tenía más energía que los eléctricos, que el director de producción, más energía que ninguno de los que estábamos en el rodaje, y canalizar eso a veces costaba. Es un actor brutal en lo físico, como se ve en la película, y en lo emocional da unos matices y unas miradas en secuencias que son un poco de comedia pero que él permite con un silencio llevarlas a otro territorio más oscuro o viceversa. Es la grandeza de lo que aporta un actor como Juan Diego.

Chema Rodríguez
Chema Rodríguez

– ¿Cómo consigues la financiación con la idea de una película para dos personajes en la India?

C. R.: ¿Cuánto tiempo tenemos? (risas) A ver, esta película se planteó desde un principio como una coproducción internacional con Rumanía y Suecia, y llegó un momento en el que estuvo muy bien financiada. Teníamos todo lo que necesitábamos, el guión gustó en Europa, conseguimos financiación por Euroimages, aquí sacamos del ICAA, la Junta de Andalucía, Canal Sur, etc…teníamos casi todo lo que la película podía necesitar, era una idea que gustaba, pero a mitad del rodaje el productor quebró y la financiación se vino abajo, parte de las subvenciones que teníamos sobre todo en Andalucía se cayeron y como consecuencia de que la mayor parte de los fondos estaban a nombre del productor que quebró, pues todos los documentos y los contratos no valían para nada. Hubo que levantar la financiación, me quedé solo en mitad del océano, no podía tirar para atrás porque habíamos gastado ya el 80% del presupuesto en rodar la parte más barata y lo que nos quedaba era sólo con un contrato de Canal Sur, que cuando iba a los bancos con ese único contrato les entraba un ataque de risa… Sería largo de contar cómo conseguimos al final todo el presupuesto pero fue con ayuda de mucha gente, de muchos amigos. El viaje de financiar y producir la película ha sido más duro que el que se hace en la propia película, pero no conozco ningún viaje que merezca la pena que no sea duro y por fortuna este está acabando bien porque las posibilidades en todo ese proceso de que no hubiese película fueron muchas, y ahora la película está ahí, ha ganado premios, se estrena en cines…

– ¿La introducción de actores y actrices rumanos y suecos ha sido obligada por ser una coproducción con estos países?

C. R.: No. Primero conocí a Clara, vi que con ella podía hacer un tour de force muy interesante con el personaje de Ricardo y a partir de ahí construimos ya la coproducción. No fue algo muy complicado, yo me limité a escribir a las diez o doce productoras rumanas más importantes, me contestaron cinco y una de ellas era la misma productora de la película con la que Clara había ganado en Berlín, y conseguimos sacarles 200.000 euros a los rumanos, cosa de la que estamos muy orgullosos (risas).

– Javier, tu papel es muy pequeño en Anochece en la India, ¿estabas desde el principio en el proyecto?

C. R.: De hecho iba a hacer él el papel de Juan Diego (risas)

Javier Pereira: Sí, todo surge porque Chema hizo otra película hace unos años en la que estuvimos a punto de trabajar juntos, no fue posible y la peli no salió finalmente, y nos apetecía trabajar juntos en ésta aunque fuera un personaje pequeño. Los dos estábamos encantados de colaborar y de apoyarnos mutuamente, con lo cual sí estaba desde el principio. Luego se intentó incluso que el personaje volviera a salir, pero distraía de la trama principal y no venía a cuento, así que muy inteligentemente no se hizo.

C. R.: Es que el personaje te pide volver a salir e intentamos ver la manera de hacerlo pero era muy forzado. De todas formas, yo he hecho dos cosas de ficción y en las dos ha estado él, así que…

J. P.: …no hay dos sin tres (risas)

Javier Pereira
Javier Pereira

– Tu carrera hasta ahora ha consistido en la realización de documentales, ¿cómo te ha resultado el salto del documental a la ficción?

C. R.: Para mi ha sido un salto natural. Cuando hago documental siempre utilizo técnicas de ficción y al hacer ficción siempre estoy pensando en nutrirme de la realidad para contar historias. No lo veo como dos mundos tan radicalmente distanciados. La siguiente película que estoy pensando se rueda en Guatemala y también es una ficción pero hay mucha realidad metida ahí. A la hora de hacer documentales, cuando hay personas de por medio, para que realmente pueda funcionar y narrativamente al público le pueda atraer, tienes que jugar con la ficción. Al final todo es contar historias, cada historia requiere unas herramientas distintas pero todo viene de la realidad.

– ¿Nos puedes hablar de ese proyecto en Guatemala?

C. R.: Se llama Siete horas, es una peli muy pequeñita con un presupuesto muy bajo y basada en una historia real con un trasfondo muy duro que es la guerra en Guatemala. Es de un niño robado que vivió durante tres años con el hombre que mató a su familia, aunque en realidad la historia es la relación entre el niño y su madre adoptiva y otro niño más. Es una película muy tierna y emotiva a la par que dura. Lo de Guatemala tiene además un cierto sentido, hice mis primeros documentales allí y hacer una ficción en ese país me facilita el proceso de financiación, y a mi personalmente me apetece porque es un lugar que conozco.

– En la película se toca un tema tan controvertido como el del suicidio asistido, ¿cómo te planteaste ese tema para no caer ni en su defensa ni en su censura?

C. R.: No quería que fuera una película sobre el suicidio asistido pero está ahí de fondo. Durante todo el proceso estuvimos en contacto con la Asociación Derecho a morir dignamente porque sí queríamos que lo que hubiese sobre el tema en la película estuviese bien hilada y que no cometiésemos ningún error importante porque es un tema muy delicado.

– Javier, ¿cómo ha sido para ti que te dé la réplica un actor como Juan Diego?

J. P.: Es un placer tener a uno de tus referentes interpretativos, a uno de los más grandes que tenemos vivos ahora mismo en España, y poder disfrutar de él en un personaje tan característico como el suyo. Además él es muy generoso con los compañeros y se aprende mucho, es una clase magistral gratuita con lo cual encantado.

– ¿Se tuvo que preparar mucho Juan Diego para tener que estar todo el rodaje en silla de ruedas?

C. R.: Estuvo meses. Le llevamos la silla de ruedas a su casa meses antes de empezar a rodar y él iba a la compra en silla, la gente le paraba para ver qué le había pasado. Cuando llegó al rodaje con ese nivel de preparación, todo resultó más fácil. Él tenía un control absoluto de la silla, es un profesional impresionante, cualquier cosa que se le pida me imagino que lo hará con la misma obsesión y con la misma energía.

Anochece en la India
Anochece en la India

– En el viaje de la película se pasa por países como Turquía o Irán, ¿habéis rodado en esos países? ¿Y el rodaje en la India fue difícil?

C. R.: No, hemos rodado en la India, en Turquía, en Rumanía y en España. Lo que se ve de Irán está rodado en la India y en Almería porque el desierto de Almería era el tipo de desierto que necesitábamos, más pedregoso como es ése. Es cojonudo, no me extraña que en los 70 se viniesen aquí a rodar películas del oeste. Podíamos haber alargado dos semanas más la estancia en la India y haber rodado allí las tomas del desierto porque era más barato, pero visualmente era mucho más potente este.

Rodar en la India sí fue complicado, sobre todo por falta de entendimiento entre la producción india y nosotros. Yo estuve casi tres años e hice una veintena de viajes a la India para preparar la producción, y un mes y medio antes de rodar tuve que despedir al productor indio porque no nos entendíamos. A todo te dicen que sí pero luego todo son problemas. A través del ministerio de cultura de allí, me pusieron en contacto con un chico que había hecho la producción para Slumdog millionaire, nos entendimos muy bien, le expliqué lo que necesitaba y me dijo que lo podía hacer. Tuvimos esa suerte pero cuando llegó el momento de rodar, el problema era que para lo que nosotros necesitábamos a 4 personas, ellos necesitaban a 25 porque trabajan por castas, es decir, los que hacían el decorado no cargaban en el camión, y los del camión tampoco cargaban porque hay castas de cargadores. Nos costaba entendernos en cuestiones culturales.

– Javier, hace unos días has estrenado otra película, La sangre de Wendy y vas a estrenar Anochece en la India, ¿cómo estás viviendo este pico de trabajo después de Stockholm? Después de tantos años de trabajo, ¿cómo se lleva el haber ganado el Goya a mejor actor revelación?

J. P.: Bueno, esto ya sabes que son rachas. La sangre de Wendy la rodé hace un año, ésta hace dos años y medio, antes incluso que Stockholm. Luego ha coincidido que se han estrenado seguidas y como digo son rachas. En cuanto a lo del Goya, yo estoy encantado igualmente pero todo parte de una norma en la que la primera vez que te nominan vas directamente a actor revelación, da igual las películas que hayas hecho, con lo cual, yo que no contaba con eso, me lo han regalado, ha sido una experiencia maravillosa y a disfrutarla.

– ¿Cuál es para ti el proceso de una película desde que escribes el guión como en ésta?

C. R.: Primero escribo una primera versión del guión, una segunda, una tercera…y a partir de ahí lo que hago es buscar a alguien que lo complemente. El proceso de una película empieza en el guión evidentemente, pero a mi me parece que es muy bueno que intervengan varias personas con distintas sensibilidades que puedan aportar elementos, luego el guión lo pillan estos señores (señalando a Javier) y ahí es donde empieza el proceso de recreación. Luego entre los actores, el director de fotografía, etc…se mete todo en una coctelera y de ahí sale la autoría. Cuando se dice “una película de…” a mi me pone muy nervioso. Sé que es el convencionalismo pero una película es creativamente como mínimo de una docena de personas.

Juan Diego es el personaje principal y quien lleva la mayor parte del peso de la película, pero también mucho de ese peso lo lleva Clara Vodâ, ¿cómo ha sido rodar con ella?

C. R.: Ella no hablaba español antes de empezar el rodaje y yo no quería que lo aprendiera mucho para que se viera su acento en la película. El trabajo con ella ha sido brutal, es una mujer encantadora, ahora la ha fichado el representante de Russell Crowe y mi película la ha catapultado totalmente (risas).

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