25 de abril de 2024

Entrevista: Toni Servillo

Toni Servillo

Entrevistamos a Toni Servillo.

Casi recién bajado del escenario de los Teatros del Canal madrileños donde ayer estrenó Le voci di dentro, la obra que dirige y protagoniza, el actor italiano Toni Servillo ha recibido a los medios para promocionar su nueva película. Se trata de Viva la libertad, una comedia dramática en la que Servillo interpreta un doble papel, el de Enrico Oliveri, líder de un partido político en la oposición a quien el cargo le queda demasiado grande por lo que decide desaparecer sin dar explicaciones, y a su hermano gemelo Giovanni Ernani, un excéntrico escritor que acaba de salir del manicomio y que por unos días sustituye al mando del partido a su hermano. Para hablarnos de la película, de su obra de teatro y de la situación política europea, quien fuera el inolvidable Jep Gambardella de La gran belleza nos ha dedicado unos minutos de su tiempo que hemos compartido con otros tres compañeros de sendos medios.

– En Viva la libertad interpreta a dos hermanos gemelos, ¿ha sido un reto para usted como actor hacer este doble papel?

Toni Servillo: Creo que todo actor espera tener esa suerte de poder interpretar a dos gemelos, porque es la mejor manera de verificar, no tanto de demostrar, el propio talento. He intentado no ofrecer una imagen de virtuosismo, sino interpretar cuánto de un personaje existe en el otro para que el espectador al ver a uno de ellos pensara en el otro.

– En los últimos años ha interpretado a Giulio Andreotti de la Democracia Cristiana en Il Divo, a un personaje de Il Popolo della Libertà en Bella Addormentata y aquí a un político que pertenece al Centro-Sinistra, cada uno de ellos situado en un bando distinto de la política italiana, ¿con cuál de ellos se ha sentido más cómodo?

T. S.: (risas) No es que adore interpretar a políticos, pero digamos que he amado a todos los personajes naturalmente, aunque el de la película de Marco Bellocchio (Bella Addormentata) lo he amado particularmente porque es el que tiene un conflicto interno entre su convencimiento político y sus propias convicciones que le suponen un problema de conciencia. Fue muy hermoso interpretarlo.

– ¿Cómo construyeron a estos dos personajes entre él y el director?

T. S.: La película está basada en un libro del propio Roberto Andò, Il trono vuoto, que tiene ya una estructura dramática muy sólida así que el guión era un material muy fértil para la imaginación de un actor. Primero quise interpretar toda la tarde de Ernani, el gemelo extrovertido, sólo interpreté partes de los dos personajes 3 o 4 días, para que de su personalidad pudiera salir la introversión de Enrico. Al interpretar los dos personajes por separado podía pensar en lo que podía añadir a la hora de interpretar al otro.

– El personaje de Ernani de entrada tenía quizá una predisposición a ser más loco, a que la película tomara un camino mucho más cómico, pero sin embargo su excentricidad está muy contenida, ¿esta contención venía ya de la novela o del guión o fue algo que surgió entre el director y usted?

T. S.: Este era ya un objetivo del guión con el que yo estuve de acuerdo de una manera entusiasta incluso, porque ambos gemelos tenían que ser personajes problemáticos y que la excentricidad de Ernani no fuera sólo un recurso cómico con el que el intercambio de personajes hubiera hecho convertir la película en algo banal y solamente comercial. Tenía que mantener la estructura dramática.

– En España no hay una tradición de cine político al contrario que en Italia o en Francia, de donde hemos visto recientemente Quai D’Orsay, ¿cree que hay una necesidad ahora mismo en Europa de hablar en el cine de la clase política?

T. S.: En Italia es una tradición muy fuerte en el cine italiano el enlazar con el tema político. Hay obras maestras de Francesco Rosi o de Elio Petri como La clase obrera va al paraíso con Gian Maria Volonté… Cuando rodábamos Il Divo con Sorrentino pensábamos en Todo Modo de Petri, que está basada en una novela de Sciascia. Hay un filón para la filmografía italiana muy rico durante mucho tiempo en hablar de la clase política.

Viva la libertad3

– ¿Considera que esta película hace una crítica hacia los políticos de izquierdas sobre la incapacidad de comunicarse con el pueblo?

T. S.: Sí, yo creo que esta película comunica muy bien el hecho de que la izquierda muchas veces presume de tener una capacidad extraordinaria de interpretar y resolver los problemas del pueblo pero, y lo digo como hombre de izquierdas, después tiene una incapacidad enorme para demostrarlo.

– Además de para presentar Viva la libertad, la otra razón que le ha traído a Madrid es la de estrenar la obra de teatro Le voci di dentro en la que usted, además de actuar, dirige. ¿Se ha planteado dirigir cine también?

T. S.: No. No pienso en ello, soy un actor de teatro que dirige una pieza teatral como si fuera un primer violín que lee la partitura dentro de la orquesta. Me gusta mucho ser actor de cine pero conozco poquísimos casos de grandes actores que han dirigido y hayan sido geniales como Orson Welles, De Sica, Chaplin… Muchas veces hay actores que se aburren de su profesión y quieren ser directores pero fracasan en el intento.

– ¿Se ha basado en alguna persona o personaje para interpretar a Ernani?

T. S.: No, sólo seguí el guión.

– ¿Y para Enrico?

T. S.: ¡En muchos! (risas).

– Hablando de personajes, con una carrera tan amplia en teatro y en cine, de repente le llega uno tan potente y con tanta repercusión como Jep Gambardella, ¿cómo sobrevive un actor a un personaje tan icónico como éste?

T. S.: Anoche fue el estreno de Le voci di dentro, entré en el escenario con un fuerte latido en el corazón y con las piernas temblando. Esta es la única manera para evitar que cualquier personaje por mucho éxito que tenga te convierta en un idiota (risas)

– Con el enorme éxito de La gran belleza y ahora con el que está teniendo también esta película, ¿cree que está en uno de sus mejores momentos artísticos?

T. S.: No lo pienso, no pienso en esto cuando me levanto por las mañanas. Pienso que seguramente como no soy ya un chiquillo, lo que puedo decir es que trabajando con el grupo de teatro y con la gente con la que trabajo en el cine, sólo recogemos lo que hemos sembrado. Los premios y los reconocimientos sólo amplían la posibilidad de seguir haciendo lo que uno cree que tiene que hacer y lo que quiere hacer con más libertad.

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