25 de abril de 2024

Festival de cine alemán 2014: Día 2

El extraño gatito

Alemania también es arty.

Metidos de lleno en el Festival de Cine Alemán, que ayer dio comienzo con la película Exit Marrakech de la que ya os hablamos, reconforta encontrarse con películas que a pesar de diferir en cuanto al resultado final, sí tienen en común el tener unas pretensiones originales y atractivas en su planteamiento. Si en la película de inauguración el protagonista era un adolescente en plena búsqueda de emociones, en las tres cintas que hemos visto hoy también está muy presente la rebeldía juvenil, e incluso infantil, a distintos niveles.

La película con la que hemos empezado esta segunda jornada del festival arranca con muchísima fuerza para ir cayendo poco a poco en un producto algo simplón. Querida Courtney propone la hipótesis de que la canción que catapultó a la fama a Nirvana, Smell like teen spirit, fue plagiada por Kurt Cobain al escuchar la maqueta de un adolescente alemán que la compuso para conquistar a la chica de sus sueños. Paul Thomas, el compositor en cuestión, iniciará la búsqueda incansable de Cobain para reclamarle sus derechos durante una gira por Alemania en la que también actúa de telonero el nuevo novio de su amada. La frescura y el humor con los que se trata la presentación de Paul, su obsesión por Saskia desde que eran unos niños y la convicción de que podrá enamorarla con sus canciones a pesar del desdén con el que ésta le trata, hacen pensar que estamos ante una comedia romántica inteligente a partir de la excusa del improbable plagio de la canción más famosa del grunge. Sin embargo, su director y guionista Rolf Roring no logra aprovechar el tirón de esos primeros minutos y desarrolla la road movie en la que se convierte en una sucesión de situaciones muy traídas por los pelos, sólo para transformar los viajes de Paul en una forma de crecimiento personal en cuanto a la percepción del amor se refiere. Querida Courtney es como decía demasiado simplona y desaprovechada para lo mucho que prometía al empezar. No esperéis tampoco escuchar ninguna canción de Nirvana, ni siquiera la que encierra el sentido de la película.

Querida Courtney
Querida Courtney

En la primera película del ciclo ArtHaus de cine indie hecho en Alemania, que dedica este año el Festival, hemos encontrado la belleza dentro de lo cotidiano, la realidad hecha poesía a través de la concepción formal con la que su director realiza una verdadera obra de arte. El extraño gatito es de esas películas en las que uno debe dejarse llevar por la experiencia de estar siendo testigo de un derroche de talento audiovisual portentoso e innovador, más que por tratar de entender qué es lo que se nos quiere contar o de buscar en ella un planteamiento, nudo y desenlace convencionales. Rodada en su totalidad mediante planos estáticos, los personajes entran y salen de cuadro sin que por ello dejemos de saber qué está ocurriendo dentro de la casa en la que prácticamente sitúa la acción. El debutante Ramon Zürcher crea personajes que en sí mismos plantean cada uno de ellos multitud de incógnitas que ni quiere ni necesita resolver, y los va “soltando” durante un día completo en el cual se prepara una cena familiar. Zürcher rompe con cualquier tipo de convención narrativa incluso desde la propia (no)presentación de sus personajes, de los que nada sabemos y sólo intuimos que son familia, y utilizando únicamente la música para las transiciones temporales en las que sólo aparecen planos fijos de los objetos que anteriormente han formado parte de las conversaciones. La mirada objetiva que Zürcher imprime con tanto cuidado y tanta delicadeza a un hecho tan liviano como una cena, sin necesidad de utilizar recursos explotados hasta la saciedad para plasmar la cotidianeidad de una familia, conforma una de las películas más bellas, originales e interesantes que hayamos visto en mucho tiempo. Es imperativo amarla.

El extraño gatito
El extraño gatito

Y de la fascinación por el riesgo artístico de Zürcher al tedio y a las risas no pretendidas de otra ópera prima, la del director Grzegorz Muskala Susurros tras la pared. Sinceramente, y por muchas risas que nos echemos, llega un momento en el que se hace muy cuesta arriba entender por qué es tan difícil encontrar thrillers que no caigan en excesos de todos aquellos tópicos y lugares comunes tan sumamente explotados en el género. La notable factura técnica y el argumento con el que se presentaba la película de Muskala, no impide que sea lo que realmente es, una película alemana hecha para televisión con el agravante de ser definida como thriller erótico, ahí es nada. La historia es la de Martin, un universitario que busca piso de alquiler y como por arte de magia le ofrecen un cuchitril tirado de precio. Cuando va a llevarle el contrato a su casera, ésta se lo beneficia allí mismo porque para eso es su casera y está buena. Un novio que siempre está mirándole desde el piso de enfrente de manera amenazadora, un diario escondido plagado de dibujos obscenos del anterior inquilino desaparecido en extrañas circunstancias (y que más tarde aparece en circunstancias aun más absurdas), y una sucesión de situaciones grotescas que acaban, entre polvo y polvo, por descubrir a la psicópata que hay dentro de su objeto de deseo, constituyen toda una serie de despropósitos que por muchas referencias a Hitchcock o a Lynch que tenga, no consigue más que la burla en lugar de la inquietud esperada.

Susurros tras la pared
Susurros tras la pared

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