20 de abril de 2024

Festival de San Sebastián 2021: Crónica 6

Adolescentes españoles en el 69SSIFF.

Pesos pesados del cine español como Icíar Bollaín, Fernando León de Aranoa y Paco Plaza han presentado sus nuevas películas a competición en esta última edición del Festival de San Sebastián. No obstante, y pese a ser buenos o notables obras, finalmente la mejor película española ha sido la del cineasta más joven: Jonás Trueba y su proyecto cinematográfico reconvertido en película Quién lo impide. El director de La virgen de agosto presentó cuatro episodios, de entre 60 y 80 minutos de duración, de su proyecto en el Festival D’Autor de Barcelona en 2019. Ahí ya expresó su voluntad de convertir todo este metraje en una película y puso en valor su condición de ser una obra inacabada, en constante transformación. Quién lo impide 2021 es el retrato de la adolescencia más honesto y lúcido de los últimos años.

Pablo y Candela, los jóvenes actores de La reconquista, son el nexo romántico y nostálgico de este caleidoscopio plagado de adolescentes sincerándose sobre sus temores, sus inquietudes, sus posicionamientos ideológicos, sus preocupaciones sociales, sus vergüenzas y, cómo no, sus amores. Jonás Trueba usa el tiempo como herramienta fundamental para capturar y observar cómo las ideas mutan en el proceso de cambio de la adolescencia, esa etapa de entrada a la edad adulta. Cuando madurar lo significa todo y en realidad no significa nada. Una edad en la que todo es mucho más visceral, se vive todo mucho más enérgicamente (ese concierto con la canción de Rafael Berrio) y todo desprende un halo esperanzador. Jonás Trueba ha encontrado, pandemia mediante, el desenlace definitivo a este ejercicio cinematográfico, capturando toda este amalgama de temas y dotándolos de una cohesión narrativa a medio camino entre la ficción, la representatividad deseada y el documental más clásico. Quién lo impide es una de las mejores películas del año.

Las leyes de la frontera

El cine español ha puesto el punto y final al Festival de San Sebastián con Las leyes de la frontera, el nuevo trabajo de Daniel Monzón, basado en la novela homónima de Javier Cercas. La Girona quinqui, en el verano de 1978, es el escenario de esta historia romántica a destiempo entre Ignacio, un adolescente de familia migrante, y Tere, una joven de clase obrera, condenada a sobrevivir a base de pequeños hurtos junto a su banda. A su vez, la película también es una emotiva relación de amistad entre Ignacio y Zarco, el líder del grupo quinqui con el que el protagonista pasa un verano absolutamente revelador en cuanto al significado de la vida se refiere. Monzón combina acertadamente los lugares comunes del thriller criminal y el coming-of-age en una obra formalmente impecable.

Lo mejor de la película es lo bien definidos que están los personajes, especialmente el trío protagonista, bajo la pluma de Jorge Guerricaechevaría. La camaradería y amor (romántico y fraternal) que se establece entre ellos tres es el motor de este homenaje al cine quinqui que, si bien no es ni mucho menos una película redonda ni especialmente deslumbrante, sí convendremos que es un buen entretenimiento con alma. Y unas de las mejores clausuras del certamen donostiarra de las últimas ediciones. El director de Celda 211 y El niño no suele fallar y aquí tampoco. A destacar también las interpretaciones de Marcos Ruiz, Begoña Vargas y Chechu Salcedo. Por último, como dato curioso, en la escenas iniciales y finales del filme, el personaje de Ignacio es interpretado, en el presente, por Javier Beltrán en una mimetización con Javier Cercas: mismo peinado, gafas, porte, ropa… Un guiño divertido. Probablemente la historia sea semiautobiográfica: el espacio, la época, las sensaciones en la adolescencia… Este cronista duda que haya traspasado las leyes de la frontera. Tampoco traspasan la frontera los jóvenes de Quién lo impide, el mejor retrato de la generación adolescente de nuestro tiempo.

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