Esto se acaba.
San Francisco, 13 de julio de 1988. Este es el punto de arranque de The disaster artist, dirigida por James Franco, que cuenta con una sólida carrera no solo como realizador, sino como actor, y que compite en Sección Oficial. Esa es la fecha en la que comienza una amistad, en la que todo empieza. Es la fecha en la que Tommy Wiseau (interpretado por James Franco) y Greg Sestero (interpretado por Dave Franco), se conocen en unas clases de interpretación. Por lo que se ve durante esa clase, uno intuye que ninguno de los dos es ni será nunca un gran actor, pero eso no les aparta de sus sueños.
A los pocos meses de conocerse deciden instalarse en Los Ángeles para llevar a cabo su sueño de convertirse en actores, y a pesar de consejos como “solo con desearlo no basta para conseguirlo” (cuando la veáis, no perdáis ojo de qué conocido director, guionista y productor de cine estadounidense les dice eso -guiño, guiño-), ellos hacen oídos sordos y Tommy decide hacer su propia película. Se pone con el guion y en mayo de 2001 lo tiene listo para enseñárselo a Greg, que por supuesto será el coprotagonista. Tommy, además de escribir el guion, dirigirá, producirá, y protagonizará la cinta. Ya tenemos The Room en marcha, que se estrena en 2003 y llegará a convertirse en película de culto, siendo considerada una de las peores películas de la historia del cine.
Franco nos cuenta las vicisitudes del rodaje de The Room, pero The disaster artisit es más que un making off. Es un canto a la amistad verdadera, a la lealtad, un empujón para aquellos que persiguen sueños imposibles y un homenaje a las peores películas de la historia del cine. ¿Qué importa que sea una de las peores películas de la historia del cine, si nos hace pasar uno de los ratos más memorables delante de una pantalla? ¿Es tan importante que las cosas sean perfectas para disfrutarlas? Sinceramente, yo opino que no. Que la imperfección está llena de cosas bonitas y disfrutables y a veces no somos conscientes de ello.
Además, nos muestra cómo es Tommy Wiseau; una bellísima persona, un soñador empedernido, un luchador y un loco maravilloso. Ojo, que también le gusta mantener el halo de misterio que siempre le ha rodeado y eso lo hace todavía más especial.
La cinta está basada en el libro que escribió su amigo del alma Greg Sestero, “The Disaster Artist: My Life Inside The Room, The Greatest Bad Movie Ever Made”, que desde luego pienso leer en cuanto vuelva del festival. Y si me aceptáis el consejo, ved The Room, si puede ser en sesión con colegas como hice yo justo al empezar el Festival, y luego ya os lanzáis a por The Disaster artist. Creo que así os resultará todo mucho más gozoso.
Todo esto es The disaster artist que, también hay que decirlo, nos ha hecho pasar el rato más memorable dentro de la Sección Oficial a concurso. Desde aquí pido encarecidamente la Concha de Plata al mejor actor para James Franco y, por qué nos vamos a soñar, la Concha de Oro a mejor película. Mr. Malkovich, en sus manos estamos.
Y con este buen sabor de boca, ya despido las crónicas desde Donosti por este año. Quiero dejarlo aquí porque tengo la sensación de que este año la Sección Oficial ha sido muy flojita, y el resto de secciones, por desgracia, la han acompañado. Así que prefiero terminar con algo molón.
Si tuviera que hacer una quiniela, no podría ya que no he encontrado nada verdaderamente destacable en las secciones a competición. Cosas que me han gustado desde luego que sí. En general he disfrutado mucho las Perlas, no os perdáis Call me by your name de Luca Guadagnino, Tres anuncios a las afueras de Ebbing, Missouri de Martin McDoncgh y 120 pulsaciones por minuto de Robin Campillo. Este año, la película polémica ha sido Mother!, de Darren Aranovsky, como no podía ser de otra manera, que ha despertado pasiones y odios a partes iguales.
En cuanto a Sección Oficial a concurso me quedo con The disaster artist de James Franco, El autor de Manuel Martín Cuenca (también me parecería muy bien la Concha de Plata a mejor actor para Javier Gutiérrez) y Handia de Jon Garaño y Aitor Arregi.
De Zabaltegi-Tabakalera me gustaría destacar Ex libris: New York Public Library de Frederick de Wiseman y The day after de Hong Sang-soo.
De Nuevos Directores y Horizontes Latinos dejaré que sea mi compañera Irene la que os siga contando como han ido por allí las cosas pero para que no digáis que no me mojo, de Nuevos Directores me quedo con Alberto García Alix. La línea de la sombra de Nicolás Combarro y de Horizontes Latinos destacaré Una mujer fantástica de Sebastián Lelio.
Solo me queda deciros que el año que viene, más y mejor y que espero que hayáis disfrutado estos días de Festival.