Clásicos del terror y futuras promesas.
Nocturna 2017 está llegando a su fin y ya sabemos el palmarés completo de esta (corta) edición en la que la gran ganadora ha sido Dhogs y que, por supuesto, en CAH aún no hemos visto…Tranquilos, que en Nocturna son así de majos y mañana la proyectan de nuevo para aquellos que como nosotros tengan la costumbre de no ver las películas ganadoras subsanen su torpeza.
Pero antes de terminar con las crónicas os contamos que comenzábamos la tercera jornada de Nocturna 2017 con la proyección de uno de los clásicos contemporáneos del cine de terror, la película que William Lustig en 1980, Maniac, y que protagonizaron Joe Spinell y Caroline Munro. Precisamente ésta última es una de las premiadas este año con el premio Nocturna de Honor, y por ello fue la encargada de presentar el film y comentaba, a sus 68 años, que tanto ella como la película están viejas. Ni una cosa ni la otra. Caroline Munro, no estamos de acuerdo contigo: sigues igual de estupenda y Maniac, a la que obviamente se le notan las costuras de una producción de muy bajo presupuesto, sigue siendo tan interesante y terrorífica como cuando se estrenó.
La atmósfera malsana, la tensión palpable durante toda la película, la escalada de violencia y la complejidad de la psicología del asesino hacen que a día de hoy la historia del repulsivo Frank Zito se mantenga viva y atemporal a pesar de tener 37 años a sus espaldas. Aunque por aquí somos mucho más fans del remake de 2012 con Elijah Wood.
Tras el clásico llegaba el turno de la nueva película del director madrileño Sadrac González, un sugestivo thriller que combina los viajes en el tiempo con la ciencia ficción. Ambientada prácticamente en un único escenario, una laberíntica casa un tanto futurista y el bosque que la rodea, la acción tiene lugar cuando una pareja de hermanos llega malherida a la casa en la que viven un padre, su hija y una perra que la niña está convencida de que es su madre muerta, y con la que un día paseando por el bosque descubre una gran caja negra a través de la cual tiene la oportunidad de volver al pasado y evitar que la tragedia vuelva a hacer mella en ellos. Tanto la premisa de Black Hollow Cage como la narrativa en bucle espacio-temporal a la que recurre González dotan a la película de un interés que por desgracia va decayendo a medida que avanza debido quizá al alargamiento innecesario de varias secuencias y a la poca profundidad que ejerce al tratar la dicotomía entre el bien y el mal y entre las acciones moralmente injustificables en pro de un bien mayor. Sin duda lo más destacable de esta cinta es la presencia de la joven Haydée Lysander que hace totalmente suya la película.
Y para terminar, otro clásico. En este caso la presencia siempre infalible de Robert Englund en una película cuya historia y ambientación remiten a un terror del todo convencional. Al presentar la película, el nuevo director de Nocturna nos decía precisamente que Nightworld era una película de terror al estilo clásico y llegó incluso a compararla con El resplandor en un símil absolutamente impensable después de verla. Por supuesto, Nightworld tiene reminiscencias a El resplandor en el sentido en el que un hombre es contratado para cuidar de un edificio vacío y, oh sorpresa, se encuentra con los fantasmas de dos niñas gemelas aunque sea en sueños, pero hasta aquí la similitud con la película de Kubrick. Se trata pues de una historia contada infinidad de veces, un relato de un hombre que para superar su pérdida lo deja todo y se pone a trabajar en un edificio en el que comienzan a suceder extraños fenómenos que solamente un hombre puede resolver: un ex vigilante ciego interpretado por Englund. Tópica, predecible pero eso sí, al menos entretenida para pasar la noche del viernes en Nocturna (o la hora de la siesta en el sofá).