19 de abril de 2024

Festival de San Sebastián 2018: Yuli y Dantza

El día que Donosti nos hizo bailar.

Hoy la cosa va de danza. Vamos a empezar con Yuli, de la realizadora Icíar Bollaín. La directora es de todos conocida ya que desde que debutó con Hola, ¿estás sola? (1995), no ha dejado de regalarnos su visión del mundo. En este caso, y dentro de la Sección Oficial a competición, nos presenta Yuli que narra la vida del bailarín cubano Carlos Acosta (quien se interpreta a sí mismo), desde sus orígenes en un barrio humilde de La Habana, hasta convertirse en la estrella de una de las más grandes compañías de ballet del mundo; el Royal Ballet de Londres. Y hasta aquí las similitudes con Billy Elliot (2000) de Stephen Daldry, que también nos contaba la historia de un niño de un barrio marginal en el condado de Durhan (Inglaterra) y también se convierte en primer bailarín del Royal Ballet.

Estos días he escuchado mucho que Yuli es el Billy Elliot cubano y no puedo estar más en desacuerdo con esa afirmación. La gran diferencia es que Billy quería bailar (de hecho la película en España se estrena con el horrible título de Billy Elliot (quiero bailar), lo que ya de por sí lo dice todo), y Yuli no quiere bailar. Yuli (que es el apodo familiar de Carlos) se ve obligado a bailar por su padre, que ve en él un potencial enorme para la danza, y a su vez, intenta hacer realidad, a través de su hijo, su propio sueño de salir de Cuba y escapar a la miseria y escaseces que padece la familia. Sin embargo, Yuli no quiere ser bailarín, solo quiere llevar una vida normal y estar con su familia. Esta frase, la repite varias veces a lo largo de la cinta, pero su padre no quiere entenderlo y le fuerza a que desarrolle sus condiciones naturales para practicar el ballet clásico, haciendo que tome lecciones en la escuela del Ballet Nacional de Cuba. El conflicto entre padre e hijo está servido.

La cinta está contada con flashbacks, de los que Icíar Bollaín hace un gran uso ya que los intercala con una gran naturalidad dentro de la película, mezclando pasado y presente de una manera fluida y muy orgánica. La cinta da comienzo con Carlos Acosta preparando las coreografías de su nuevo Ballet en el que contará la historia de su vida. Así se entremezclan las coreografías de la Compañía de Carlos Acosta, con sede en La Habana, en las que se bailan ciertos pasajes de su vida, con los momentos de su vida desde pequeño hasta llegar a la cima de la danza clásica. Las coreografías son una extensión de su historia. A lo largo de toda la cinta, está muy presente el conflicto con su padre y su relación de amor odio, que es el hilo conductor de la misma. Pero Icíar Bollaín, no deja escapar la oportunidad de hablar de otros temas sociales como la vida en Cuba, los balseros, el bloqueo…

Uno de los retos de la cinta era encontrar a un niño que pudiera dar vida a Yuli en su infancia y juventud, y hay que reconocer que la elección del niño Edilson Manuel Olbera Núñez y del joven Keyvin Martínez, no podía ser mejor. Están soberbios en sus interpretaciones. El otro reto era el tema de la danza. No solo por ver bailar al Carlos niño y joven, sino por las coreografías que bailan los bailarines de la compañía de Carlos Acosta, en las que él interpreta a su propio padre. Estas coreografías debían ser muy narrativas, ya que cuentan pasajes de su vida, pero sin perder el punto de modernidad que necesitan. De ellas se encargó la coreógrafa María Rovira que hace un gran trabajo, apoyándose en la grandiosa música de Alberto Iglesias para las piezas de danza.

La cinta es muy recomendable, así que no dejéis escapar la oportunidad de ver como Carlos Acosta se convierte en el primer bailarín negro en bailar el papel de Romeo en el Royale Ballet de Londres, además de haber bailado con el Ballet Nacional de Inglaterra, el Ballet Nacional de Cuba, el Houston Ballet y el American Ballet Theatre.

Dantza

La otra peli de la que os hablo hoy es Dantza de Telmo Esnal. También en Sección Oficial pero dentro de las proyecciones especiales, por lo que no compite. La propuesta no puede ser más interesante y arriesgada, lo que es muy de agradecer. En esta cinta no hay diálogos, todo se cuenta a través de la danza. Y lo que nos cuenta es la vida misma y como todo es un ciclo.

Arrancamos en una tierra árida, en la que tras una jornada de trabajo estalla una tormenta (hombres con azadas bailan sobre el polvo) que hace que la tierra se empape, permitiendo así el nacimiento de la vida (un maravilloso árbol formado por mujeres unidas al mismo por un cordón umbilical). El fruto madura y escapa de las plagas (hay una danza en la que se enfrentan la vida y la muerte), convirtiéndose en la manzana que da lugar a la sidra. La danza de la conversión de la manzana en sidra es totalmente espectacular. Llega el momento de celebrar la cosecha y en esa celebración llega el amor, que también es celebrado por todos.

Telmo Esnal homenajea las danzas ancestrales, nuestras raíces, la naturaleza como fuente de toda vida. Y lo hace con una propuesta maravillosa. Con una puesta en escena y una fotografía espectaculares, nos guía a través del ciclo de la vida pero anclándonos en las tradiciones.

La coordinación y supervisión de las coreografías por parte de José Antonio Urbeltz es un plus interesante. Folclorista e investigador, Urbeltz ha publicado obras fundamentales para la recuperación de indumentarias, instrumentos, formas orquestales y coreográficas de la cultura tradicional vasca, lo que se refleja en esta cinta. La música de Pascal Gaigne, Mikel Urbetz y Marian Arregi, nos transporta también a nuestros ancestros. A través del montaje, el realizador consigue un gran ritmo que nos hace viajar con ellos. Y la dirección de producción del artista plástico y escultor, Koldobika Jauregi, es la guinda del pastel.

Así que no me queda más que recomendaros que disfrutéis de esta propuesta maravillosa, que os transportará a vuestras raíces para, desde allí, haceros crecer.

Un pensamiento en “Festival de San Sebastián 2018: Yuli y Dantza

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *