Confusa reflexión sobre la amistad y la muerte
Pedro Almodóvar, quien ha explorado temas como el dolor, la pérdida, la belleza y la locura, frecuentemente a través de la perspectiva femenina, en sus películas, vuelve a hacerlo en La habitación de al lado. Basada en la novela Cuál es tu tormento de Sigrid Nunez, marca el primer largometraje en inglés de Almodóvar. La película número veintitrés de Almodóvar, que le ha valido el León de Oro, es más suave y delicada que muchos de sus proyectos anteriores.
La historia sigue a Ingrid (Julianne Moore), una escritora que descubre que su amiga Martha (Tilda Swinton), una ex corresponsal de guerra está hospitalizada con cáncer. Ambas amigas se reencuentran, compartiendo recuerdos, relaciones pasadas y reflexiones sobre la vida y la muerte. Ingrid, quien tiene un profundo temor a la muerte, enfrenta una prueba emocional cuando Martha le pide que le acompañe mientras toma una pastilla de eutanasia para terminar su vida en sus propios términos. Ingrid accede, pero está invadida por el miedo y la ansiedad al ver cómo Martha afronta con serenidad el final de su vida.
Moore y Swinton llevan el peso de La habitación de al lado, destacándose en sus interpretaciones mientras transitan este drama introspectivo. Moore encarna a una mujer llena de nervios y emociones. En contraposición, Swinton transmite una calma absoluta, como alguien que ha aceptado la muerte hace mucho tiempo y la ve como su último acto de control personal.
La habitación de al lado no busca ser un debate sobre la eutanasia o el derecho a morir con dignidad. Más bien, es una sincera exploración de la amistad: su familiaridad cálida, su profundo afecto y la inevitable sensación de que nunca llegamos a conocer completamente a otra persona. Pese a esto, sí que existe un subtexto en el que se muestra que solo las personas con una situación social y económica altas pueden elegir acabar con su vida dignamente.
La interpretación de estos momentos probablemente dependa del grado de comodidad de cada espectador con la muerte. Los temores de Ingrid se sienten profundamente, mientras observa con atención las últimas películas o libros que Martha elegía disfrutar. Ingrid intenta entender la decisión de Martha, sin embargo, finalmente se da cuenta de que no se trata de comprender, sino de estar presente.
La amistad entre Ingrid y Martha refleja que conocer completamente al otro es casi imposible, pero lo que realmente importa es acompañarse mutuamente, incluso en los momentos más confusos o difíciles. Swinton da vida a Martha con una serenidad irritante en ocasiones, pero convincente, como alguien en paz con sus decisiones, incluso con las cuestiones sin resolver, como su distanciamiento de su hija Michelle. Tanto Moore como Swinton ofrecen actuaciones impecables, aportando una profunda introspección a sus personajes. Ver a estas dos grandes actrices simplemente coexistiendo en la pantalla es motivo suficiente para ver la película.
John Turturro también aparece como Damian, un escritor preocupado por el inminente colapso del mundo debido al cambio climático. Su visión nihilista contrasta con la aceptación serena de Martha, quien sigue disfrutando de la belleza del mundo natural por última vez. Turturro aporta una mezcla de encanto y cercanía, integrándose en la trama de forma cómoda.
La habitación de al lado se desarrolla mayormente en planos cercanos y medios, permitiendo que el público se sumerja en la relación de estas dos amigas mientras enfrentan algunas de las preguntas más complejas sobre la vida y la muerte. Almodóvar opta por una aproximación sobria, permitiendo que la profundidad emocional de la historia hable por sí sola. Sin embargo, su característico uso de colores vivos sigue presente, especialmente en los vestuarios y en la dirección de arte, con atuendos brillantes y escenarios vibrantes que contrastan con el tema sombrío de la historia. Esto resalta la naturaleza reflexiva de la película, subrayando la vitalidad de las protagonistas mientras nos invita a ver la muerte como algo más que una simple tragedia, además de como parte de la propia vida.
Pese a todas sus virtudes, en ocasiones La habitación de al lado ofrece diálogos chirriantes. Bien es cierto que Almodóvar no acostumbra a ofrecer diálogos realistas, pero en La habitación de al lado los mensajes políticos que el director manchego suele introducir en el subtexto de sus cintas, aquí lo hace con diálogos expositivos sin complejos. Es así como la película oscila entre la brillantez propia del director y la confusión. El máximo exponente de esto es la decisión de que la propia Tilda Swinton encarne también a Michelle, la hija de Martha.
A pesar de su enfoque en la muerte, La habitación de al lado no es una película deprimente. En realidad, es sorprendentemente optimista, celebrando la belleza de la vida y las conexiones significativas en medio de la muerte, con un tono meditativo y profundo. Almodóvar nos entrega una película que nos puede hacer sentir como su personaje Ingrid, confusos. Pero a la par, una película para reflexionar, para admirar.