28 de marzo de 2024

Críticas: 30 minutos o menos

Ruben Fleischer (Bienvenidos a Zombieland) trata de recuperar a Jesse Eisenberg para su nueva comedia, pretendiendo revivir el relativo éxito de su debut. 

30 minutos o menos es una comedia. Con Jesse Eisenberg. Suponemos que este último quiere devolverle el favor al director, que le dio un buen empujón hacia la fama. Favor devuelto, porque protagonizar esta película sólo se puede considerar sacrificio.

Es toda una tarea tratar de rellenar una crítica sobre una película que tiene tan poco que decir. Mi lema crítico es «Señor, líbrame de las películas mediocres, que de las malas ya me ocupo yo». Es decir, que cuando una película es mala de verdad, al menos te suele llevar a un estado iracundo en el que los improperios contra ella fluyen con facilidad. Pero las mediocres, las «ni fu ni fa» son las peores. Estamos, además, en un caso de mediocre muy bajo, justo en la frontera que lleva a la película auténtica y genuinamente mala.

Cuando no se tiene nada que decir, es frecuente recurrir a contar la película, lo cual siempre me ha parecido un ejercicio estéril. Jesse Eisenberg es un pringado… sorpresa, espectadores. Se mete en líos, tiene un colega, hay una subtrama de «conseguir a la chica». ¿Qué más da que tenga que atracar un banco?

Paso de hacer chistes con el título, aunque es cierto que dura bien poco y se agradece, porque la película en realidad está resuelta en unos 50 minutos. Entonces los colegas guionistas (¿Han sido necesarios dos? Sí y la hierba que tenían no era gran cosa) se dan cuenta de que hay que estirar un poco más. Seguimos con indiferencia, algún chiste puntual nos hace sonreír.

Se ven las costuras por todas partes. «Aquí hay que aumentar el conflicto», «Necesitamos una historia de amor»: las motivaciones de los personajes resultan siempre forzadas. De esto, si la película fuera realmente divertida, nadie se daría cuenta o se pasaría por alto. Pero el humor de la película es tan de instituto, tan «Eh, ¡Podemos meter palabrotas y referencias sexuales!», «¡Este personaje es muy estúpido! ¡Éste TAMBIÉN!» que cualquiera que haya pasado los 14 la va a ver rutinaria. La personalidad de los personajes no tiene ninguna importancia más allá de ser vehículos de poco inspirados gags; son todos planos y bobos.

La película se acaba. Salimos del cine esperando que haga un calor infernal, pues acabamos de ver una de esas pelis malas de verano a las que se va para disfrutar del aire acondicionado del cine. Pero no, estamos en noviembre y hace frío. Mucho frío.

6 comentario en “Críticas: 30 minutos o menos

  1. Danny McBride es uno de los tíos con menos gancho que he visto en una pantalla de cine. Da mucha grima verle y cada vez me pone más nervioso. Lo cual es extraño porque en televisión está muy bien en Eastbound & Down, serie que recomiendo verla.

    Solo me hizo gracia el gag de la pistola en el banco. Todo lo demás nada de nada.

  2. Que por cierto, hay una línea de diálogo en plan guiño cachondón: cuando le preguntan a Eisenberg por su cuenta de Facebook, y le dice que se ha quitado, que está "off the grid"

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