18 de abril de 2024

Críticas: The Woman

Jauría humana busca jaula donde encerrarse.  Los interesados pueden dirigirse a la casa de campo de Lucky McKee.

Hay afortunados que llevan una vida solitaria, otros simplemente se encargan de retratarla. No conozco la verdadera lógica que sigue el director Lucky McKee, pero su filmografía tiene destellos de fascinación por ambas opciones.  En su primera película decidió crear unas pautas a seguir.  La primera fue la creación de personajes extraños, oscuros y que tienen un mundo propio en la privacidad de sus mentes. También decidió versar las atrocidades como un modo de curiosidad en la naturaleza humana, con dominación y perversidad social.  Por último se unió a la actriz y directora ocasional Angela Bettis, que tiene una perturbadora mirada y una belleza simple y casual perfecta para la dureza e ingenuidad que necesitaba.  Desde May (2002) no se ha alejado demasiado de sus pasiones iniciales, y qué bien le sientan a The Woman.

CAH - La familia siempre unida y feliz

La película no surgió de la nada.  Aunque funcione perfectamente como algo individual, fue una propuesta de continuar a la poco agraciada Offspring (2009) donde una tribu de caníbales hace de las suyas.  Basada en una novela de Jack Ketchum, Lucky McKee decidió ir un poco más allá y crear una nueva historia adaptada a sus métodos que impactó tanto al escritor como para hacer una segunda parte de la novela entre ambos, además de esta película.  Así que tengamos en cuenta que estamos avisados, nos plantamos ante una película de terror y nos prometieron sangre, para esto somos fáciles de contentar, pero The Woman es de esas aventuras en las que te embarcas sin saber por dónde te van a atacar.  La lucidez la aporta el título al dirigirnos hacia el protagonismo velado del sector femenino, que poco a poco se descubre como único, amplio y divergente en caracteres.  En el mundo de solitarios que siempre crea McKee nos encontramos dos apartados totalmente opuestos a contemplar.  Está la mujer, un ser parco en palabras y que funciona cumpliendo pautas básicas con un instinto totalmente animal, muy salvaje, su hábitat es el bosque, todo empieza y acaba en ella.  En otro punto se encuentra la familia, que funciona como un grupo cohesionado, una unidad rígida con un líder, el hombre, un tipo de leyes que alecciona a los miembros para que el trabajo en cadena funcione.  Su hábitat, el hogar familiar en el límite de la civilización.  No hay modo de posicionarse en un bando como un lugar óptimo de supervivencia mental.

El conflicto comienza en el momento que la música cambia de ritmo, ambos mundos se encuentran por casualidad y la tensión crece de un modo abismal, porque se crea un nuevo vínculo entre ellos, el cazador y la presa van a convivir en condiciones desiguales, pero sin conocer cuál será el vencedor.  Todo parece normal dentro de la compleja historia, hasta que McKee aplica sus pautas.  Los personajes son cada vez más extraños y retorcidos desde el punto de vista animal y el de aceptación social.  La misoginia del patriarca hace mella en el resto al incluir al nuevo juguete en la familia y la mujer debe dejar en letargo su esencia salvaje a la expectativa de los acontecimientos, sin posibilidad de confianza en lo que conocemos como seres civilizados.  Angela Bettis, con alguna arruga impostada sigue un segundo plano igualmente inquietante haciendo de madre amantísima y dócil, como parecen ser los hijos de esta unidad familiar tan perfecta.

Lo que sucede en el sótano no vinculante de esa casa es algo que se debe descubrir pero no desvelar, dejando como resultado un relato totalmente trastornado donde se da un cariz especial a la figura femenina tanto por formas como por el resurgir de sus necesidades, sin olvidar las crudas reacciones del terror y con alguna patada entre las piernas de las que resultan dolorosas para los hombres.  Poco a poco se van dejando cabos sueltos que despistan en cierto modo cuando te das cuenta que no te dan pie a solucionarlos, dándole al conjunto un nuevo aspecto, que se compensa con el renacimiento a modo de premio que aparece en pantalla al finalizar los créditos.  La película me pareció sorprendente y original, con unos actores que estuvieron a la altura de los retos tan asfixiantes que proponen, algo que no pasó desapercibido en el festival de Sitges 2011, donde consiguió el reconocimiento a mejor guión.

En definitiva, una película para mirar con admiración o dejarla olvidada en los bosques.  Se admiten apuestas para ver quién es más animal de todos.  Yo voy con las mujeres.

2 comentario en “Críticas: The Woman

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