19 de marzo de 2024

Críticas: Dictado

Antonio Chavarrías firma este thriller psicológico en el que los traumas de la infancia aparecen en forma de niña buena, para desgracia de Juan Diego Botto.

Chavarrías nos adentra en una historia en la que un trauma infantil vuelve a la cabeza de Daniel (Juan Diego Botto), un profesor de primaria relacionado en su infancia con la muerte de una niña. Todas sus obsesiones resurgirán con la entrada en escena de Julia (Mágica Pérez), una niña adoptada por él.

Si bien no se puede decir que no hayamos visto anteriormente películas que nos recuerden a Dictado, la originalidad de ésta radica en que no se pretende vender de manera ostensible a la niña como la personificación del demonio, sino que se intenta que evolucione falsamente a través de los ojos de Daniel como la personificación de su trauma interior. La niña en realidad no evoluciona durante el filme, sino que es Daniel el que nos hace pensar que lo hace. Botto nos hace creer en la maldad de la inocencia como el que nos convence de que unas monjitas pretenden asaltar una joyería.

Dictado juega con el terror psicológico a través de Daniel de una forma algo repetitiva pero definitivamente bien llevada a cabo, gracias a un personaje con un arco simple pero que no pierde la coherencia en ningún momento. Botto, sin ser el Marlon Brando del siglo XXI, hace creíble un personaje cuya escalada evolución interior y precipitación hacia la locura lo hacían difícil de manejar. El hispano-argentino sale ileso del reto al igual que su compañera de reparto Barbara Lennie, con la que ya coincidió en Obaba (Montxo Armendáriz, 2005), y que actúa como complemento conciliador de la trama, como sostén de Daniel dentro de la realidad turbia que vive durante todo el metraje.

La película funciona muy bien cuando se acerca al mareo emocional que sufre Botto y su forma introvertida de afrontar el trauma, en escenas en las que la emoción llega a través de la oscuridad del personaje y de unos flashbacks mínimos colocados en los momentos justos. El suspense nos lo brindan Daniel y sus paranoias ya que es a través de él como la película avanza dentro del género de terror.

Si algo se le puede achacar a Dictado es la falta de matices que enriquezcan la historia, haciéndola en ocasiones repetitiva y tediosa, ofreciéndonos una y otra vez escenas que cuentan lo mismo y que hacen estancarse a una historia con un hilo argumental tan simple que a veces lleva al aburrimiento. Dictado convence más por su coherencia argumental que por su estilo narrativo tedioso y simplón, en el que los clímax son flojos para estar hablando de una película de suspense. Pero, teniendo en cuenta la cantidad de barbaridades argumentales que se encuentran en este tipo de películas, dentro y fuera de nuestro país, se agradece y mucho que Chavarrías tenga el detalle de no tomarnos por tontos.

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