Los cuarenta según los miembros ad hoc

Continuamos nuestro particular viaje hacia atrás y llegamos ahora a los años cuarenta.

LOS CUARENTA SEGÚN MALDITO BASTARDO:

1. Roma, ciudad abierta (Roberto Rossellini, 1945)

2. Dies irae (Carl Theodor Dreyer, 1943)

3. Laura (Otto Preminger, 1944)

4. Ladrón de bicicletas (Vittorio De Sica, 1948)

5. Ser o no ser (Ernst Lubitsch, 1942)

6. Vida en sombras (Lorenzo Llobet-Gràcia, 1948)

7. Retorno al pasado (Jacques Tourneur, 1947)

8. Ocho sentencias de muerte (Robert Hamer, 1949)

9. Carta de una desconocida (Max Ophüls, 1948)

10. Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)

La Segunda Guerra Mundial no sólo marcó a nivel cinematográfico la década sino la historia del cine con la llegada del neorrealismo y generando clásicos populares como Casablanca, El gran dictador, Tener y no tener, Náufragos o Los mejores años de nuestra vida. Por no hablar de grandes obras de Roberto Rossellini. Los 40 serán recordados por la perfección de Jacques Tourneur en cintas como La mujer pantera y sus reversos en La séptima víctima de Mark Robson. David Lean alzó la tragedia del amor en Breve encuentro y Monsieur Verdoux, Los niños del paraíso, Los viajes de Sullivan alcanzaron el recuerdo inconmensurable. El cine negro logró cimas como Perdición y la arriesgada animación musical de Fantasía también. En China ya hacían obras capitales como Primavera en un pequeño pueblo. De esa década nacieron pequeñas joyas para todos los gustos: Historias de Filadelfia, Las uvas de la ira, Rebeca, Loquilandia, El halcón maltés, Gentleman Jim, La torre de los siete jorobados, La mujer del cuadro, Iván el terrible, Días sin huella, Perversidad, La vida en un hilo, Detour, Qué bello es vivir, A vida o muerte, Duelo al sol, El beso de la muerte, Jennie, Carta a tres esposas,  El perro rabioso y un largo y provechoso etcétera.

LOS CUARENTA SEGÚN MARTÍN CUESTA:

1. Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)

2. El tercer hombre (Carol Reed, 1949)

3. Encadenados (Alfred Hitchcock, 1946)

4. Yo anduve con un zombie (Jacques Tourneur, 1943)

5. Ladrón de bicicletas (Vittorio de Sica, 1948)

6. Qué bello es vivir (Frank Capra, 1946)

7. Carta de una desconocida (Max Ophüls, 1948)

8. Iván el Terrible Parte I (Sergei M. Eisenstein, 1944)

9. Murieron con las botas puestas (Raoul Walsh, 1941)

10. Que el cielo la juzgue (John M. Stahl, 1945)

Hagan el esfuerzo (en caso de que sea necesario) de acercarse a esta lista desde el punto de vista del historiador o el antropólogo y déjenme que les haga unas preguntas: ¿cuántos libros caben en una película? ¿Se puede saber más o sentir mejor la terrible postguerra europea que contemplando El ladrón de bicicletas o afrontando la cínica mirada de Orson Welles en El tercer hombre? ¿Alguien que viera Qué bello es vivir percibiría automáticamente el optimismo de los pujantes Estados Unidos, su arrolladora fuerza juvenil? ¿Se aterrorizaría con el grandilocuente absolutismo estalinista de Ivan el Terrible? ¿Podemos, en definitiva, conocer de una forma más precisa una época tan concreta que a través de su cine? Pero permítanme terminar contándoles otra historia, la de la época dorada de los estudios, la de un jovenzuelo descarado que había aterrorizado a todo un país narrando por radio una presunta invasión extraterrestre y que iba a mostrarnos la historia de un hombre que lo tenía todo menos aquello que era imposible de recuperar. Menuda época, señores.

LOS CUARENTA SEGÚN PABLO PELUCH:

1. Casablanca (Michael Curtiz, 1942)

2. El manantial (King Vidor, 1949)

3. Pasión de los fuertes (John Ford, 1946)

4. Luz que agoniza (George Cukor, 1944)

5. El sueño eterno (Howard Hawks, 1946)

6. Dies irae (Carl Theodor Dreyer, 1943)

7. Incidente en Ox-Bow (William A. Wellman, 1943)

8. Juan Nadie (Frank Capra, 1941)

9. Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)

10. Rebeca (Alfred Hitchcock, 1940)

Con un star-system más que establecido, el de los 40 es un decenio de lucimiento para los tipos duros del cine; esto incluye a individuos tan icónicos como Gary Cooper o Humphrey Bogart que tuvieron durante esos años algunos de sus papeles más inolvidables. Década para búsqueda de la identidad de los estadounidenses, ciudadanos de un país joven, que pueden encontrarse en películas como El manantial o en los abundantes westerns de la época, entre los que destacan Pasión de los fuertes o la revulsiva Incidente en Ox-Bow. También gran época de intrigas y chicas confusas que dudan qué es cierto y qué no: Luz que agoniza y, claro, Rebeca. Y con estas tramas en las que no se sabe dónde quedan el bien y el mal surge uno de los picos del cine negro: la imposible de seguir El sueño eterno… cuya liosísima trama queda en anecdótica ante sus otras virtudes. La década nos ha dejado películas que se han convertido en símbolo de la pasión cinéfila y basta con un fotograma de Ciudadano Kane o Casablanca para que sepamos de qué estamos hablando: curiosamente ambas poseen un final agridulce. Cosa que también nos brinda el sentimental Capra con su Juan Nadie, un Capra, como siempre preocupado por el estadounidense común… aunque en este caso fuera Gary Cooper. Un pequeño apunte fuera de los EEUU: Dies irae, de Dreyer… cine conservador de mensaje conservador… y notable en ello.

LOS CUARENTA SEGÚN ANDRÉS ARANDA:

1. Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)

2. Roma, Ciudad Abierta (Roberto Rossellini, 1945)

3. Qué Verde Era mi Valle (John Ford, 1941)

4. Casablanca (Michael Curtiz, 1942)

5. El Tercer Hombre (Carol Reed, 1949)

6. Alemania, Año Cero (Roberto Rossellini, 1948)

7. La Soga (Alfred Hitchcock, 1948)

8. El Tesoro de Sierra Madre (John Huston, 1948)

9. La Legión Invencible (John Ford, 1949)

10. Al Rojo Vivo (Raoul Walsh, 1949)

La segunda década del cine sonoro supone la entrada del séptimo arte en la modernidad. Dos nombres propios simbolizan este trayecto: Orson Welles y Roberto Rossellini. El primero, con Ciudadano Kane, de 1941, realiza un verdadero análisis de la condición humana, la reivindicación de unos valores que rijan una sociedad y la necesidad de su protección para el mantenimiento de la misma. El minucioso control de cada aspecto de la producción y la innovación narrativa y visual colocan a la obra de Welles como uno de los acontecimientos más importantes de la historia del cine. Mientras, en Italia, Rossellini crea el cine de las personas: el neorrealismo nace como una necesidad para convertirse en un cine trascendental que pervive hoy en día como documento de valor incalculable y que abrió al cine caminos por los que aún sigue transitando. Una película y una corriente para crear el cine moderno y que han llegado hasta nuestros días con una frescura y vigencia sorprendentes. Pero la década fue más, mucho más. Marcada por la Gran Guerra, el cine se convirtió en una industria que ya funcionaba a nivel mundial. Hollywood y sus estudios se convirtieron en el refugio del talento. Las grandes producciones, los mitos, el cine negro, los directores más personales y las grandes estrellas hicieron de la colina dorada un refugio maravilloso de creación alejado de un mundo que por momentos se iba al garete. La recuperación del cine francés en la última mitad de la década, el cine documentalista soviético, el nacimiento del festival de Cannes, la edad de oro de los Estudios Azteca en México, el estreno de la primera película del genio Kurosawa o la aparición en el último tramo de la década de su compatriota Yasujiro Ozu suponen otros hitos inolvidables que marcaron una década clave en el desarrollo de la historia del cine.

LOS CUARENTA SEGÚN RIZZO:

1. Las zapatillas rojas (Powell & Pressburger, 1948)

2. Río Rojo (Howard Hawks, 1948)

3. La mujer pantera (Jacques Tourneur, 1942)

4. Al rojo vivo (Raoul Walsh, 1949)

5. Fantasía (Ben Sharpsteen, 1940)

6. Encadenados (Alfred Hitchcock, 1946)

7. Ladrón de bicicletas (Vittorio De Sica, 1948)

8. Monsieur Verdoux (Charles Chaplin, 1947)

9. Había un padre (Yasujiro Ozu, 1942)

10. Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)

La década de Orson Welles y todo lo que ello conlleva. Dirige un puñado de películas memorables -entre ellas, por supuesto, El tercer hombre de Carol Reed- y se coloca como el más grande, y no sólo de tamaño, puesto que ahí está Hitchcock, del momento. A su lado tenemos a un Chaplin pasando con acierto al cine sonoro, el neorrealismo italiano con Rossellini a la cabeza, a Billy Wilder consagrándose con Perdición y Días sin huella, a Robert Wise sirviendo de inspiración con Nadie puede vencerme a películas posteriores de boxeo, a Mankiewicz haciendo, junto a Casper, la mejor película sobre un fantasma y a Cary Grant en Luna Nueva siendo fascinante y todo. Disney ya comenzaba a traumatizar a los chiquillos de entonces con sus Bambi, Dumbo, etc. Mientras tanto, Rebeca y Laura luchaban por ver quien era la mujer más fascinante de entonces. Acabó ganando La mujer pantera. Muy reñido, eso sí, con La mujer del cuadro. Y Burt Lancaster lo cruje en Forajidos, Fuerza bruta y El abrazo de la muerte. Y gracias a los 40, cada vez que veo un ángel le corto las alas. Si yo no puedo volar, los demás tampoco.

LOS CUARENTA SEGÚN MNEMEA:

1. Carta de una desconocida (Max Ophüls, 1948)

2. Los niños del paraíso (Marcel Carné, 1945)

3. La mujer del cuadro (Fritz Lang, 1944)

4. La mujer pantera (Jacques Tourneur, 1942)

5. Las zapatillas rojas (Powell & Pressburger, 1948)

6. Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)

7. La soga (Alfred Hitchcock, 1948)

8. El gran dictador (Charles Chaplin, 1940)

9. Pinocho (Ben Sharpsteen, Hamilton Luske, 1940)

10. Alemania, año 0 (Roberto Rossellini, 1948)

El prejuicio del elitismo se nos presenta al contemplar tantos nombres conocidos como imprescindibles en una misma lista, tal vez cuanto más nos alejamos de la actualidad nos volvemos selectivos y necesitamos conocer esas grandes obras del cine para saber qué se entendía como cine en una época determinada. Cierto es que muchas veces nuestra opinión coincide con la mayoría, vemos grande lo que muchos aprecian, quedándose con nosotros, con la sensación de poder defenderlas aunque pasaran setenta años más. Esos nombres suenan a Jacques Tourneur, Orson Welles, Alfred Hitchcock… algunos de los que por inercia repetiría en esta misma lista como personajes singulares de la historia que sentaron unas bases en el cine, que, de un modo paralelo a las circunstancias sociales que tanto marcaron las películas de esta época (aunque en algunos casos fuese la base de su esencia), supieron hacer disfrutar del celuloide creando referentes culturales y obras magistrales que se convierten en atemporales por momentos. Cruzar la Segunda Guerra Mundial y sobrevivirla cinematográficamente debía quedar marcado a fuego entre peripecias estilísticas y realismo hiriente y fantasías insumisas.

LOS CUARENTA SEGÚN TARKO:

1. El gran dictador (Charles Chaplin, 1940)

2. Monsieur Verdoux (Charles Chaplin, 1947)

3. Iván el Terrible Parte I (Sergei M. Eisenstein, 1944)

4. Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)

5. Casablanca (Michael Curtiz, 1942)

6. Las uvas de la ira (John Ford, 1940)

7. Primavera tardía (Yasujiro Ozu, 1949)

8. Roma, ciudad abierta (Roberto Rossellini, 1945)

9. Perdición (Billy Wilder, 1944)

10. La tierra tiembla (Luchino Visconti, 1948)

En esta década se encuentran muchas de las obras que copan las habituales listas de mejores películas de la historia. Una década convulsa, la II Guerra Mundial, marcó el rumbo de la industria cinematográfica y, tras su estallido, el cine se convirtió en un arma propagandística. Siendo Chaplin la primera voz que desde América se alzó contra el nazismo. Pero no sólo en el otro lado del charco el cine se movilizó por el conflicto; baste recordar a Rossellini o al propio Eisenstein, con su Iván el terrible, que escondía la figura de Stalin y que si en la primera parte tuvo buen acogimiento por parte del régimen, en la segunda parte se ganó las iras de Stalin por sus semejanzas con las purgas estalinistas. Se podría decir que es una época de contrastes, mientras Chaplin realizaba su primera película completamente hablada, Orson Welles y Roberto Rossellini inventaban posiblemente el cine moderno con Ciudadano Kane y Roma, ciudad abierta. Pero, por encima de todo, me gustaría destacar a Chaplin, con dos nuevas obras maestras. El Gran Dictador está repleta de momentos imborrables que han pasado a la historia del cine, entre ellos ese alegato final: no es el barbero judío ni Hynkel, es el mismísimo Charles Spencer Chaplin el que dirige al mundo un histórico alegato pacifista, trasciende la pantalla en un intento optimista por revertir la situación, que demuestra lo gran humanista que siempre fue. Y en Monsieur Verdoux vemos a un Chaplin completamente distinto, más amargo y desconsolado, desilusionado con la sociedad en la que vive y con un alegato final implacable y que de alguna manera cerraba el círculo.

LOS CUARENTA SEGÚN CRISTIAN PERELLÓ:

1. Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)

2. Qué verde era mi valle (John Ford, 1941)

3. El tesoro de Sierra Madre (John Huston, 1948)

4. Qué bello es vivir (Frank Capra, 1946)

5. Primavera tardía (Yasujiro Ozu, 1949)

6. El tercer hombre (Carol Reed, 1949)

7. El gran dictador (Charles Chaplin, 1940)

8. Roma, ciudad abierta (Roberto Rossellini, 1945)

9. Vida y muerte del coronel Blimp (Powell & Pressburger, 1943)

10. Ser o no ser (Ernst Lubitsch, 1942)

Tras una década de transición del cine mudo al sonoro, los años cuarenta, la década más representativa del cine clásico si hubiera que elegir sólo una, supusieron la consolidación de los estilos emergentes de los años treinta. Y aquí estaba Hollywood para encargarse de la batuta. Cierto es que el neorrealismo italiano es fundamental para la historia del cine y que dio obras indispensables en esta década, y cierto es que grandes maestros de otros lugares del mundo crearon joyas del séptimo arte, pero, sin duda alguna, Hollywood dominó, y con más autoridad que en ningún otra época. Eso sí, sus más destacados cineastas no eran todos estadounidenses, ni mucho menos, sino que genios y artesanos de toda Europa contribuyeron sustancialmente a hacer de Estados Unidos el país donde se facturaron la inmensa mayoría de obras maestras de la década.