25 de abril de 2024

Críticas: La vida de Pi

En arte, como en religión, el salto de la fe nos lleva más allá del pensamiento racional.

1)

Pi es indio. Su padre es dueño de un zoológico. Lo envuelve un mundo panorámico en 3D. Un día, ha de cruzar con su familia y animales el Pacífico. Naufraga el barco y su viaje se convierte en una fábula de La Fontaine. Navega en aquel bote salvavidas de Alfred Hitchcock. Su aventura es la de Nemo –el capitán de Verne, el pez de Pixar–. Su alma es indomable.

En el poema La pantera Rainer Maria Rilke evoca la jaula del felino. Detrás de sus barrotes, nada existe. Pero Ang Lee disuelve la jaula delante de nosotros. Suprime fronteras y horizontes. Contradice a Rilke y nos ofrece un mundo exuberante, panteísta: imágenes a tumba abierta desbordando en las retinas del espectador.

El universo como esfera de diámetro infinito y cuyo centro es cualquier alma. Si yo muero, muere el mundo. Si sobrevivo, el mundo sobrevive. He de vivir: estoy salvando el universo.

Al fin, todo viaje es interior y acaba en uno mismo.

2)

Pi es un muchacho. Cree que los animales –un tigre, un cocinero– tienen alma. Es cristiano, budista y musulmán. Su padre habla con la voz de la Razón. A su tío, coleccionista de piscinas, le debe el nombre. La técnica 3D nos retrotrae hasta los toscos decorados teatrales en que naufragaba la ilusión de espacio tridimensional. Una sucesión de capas planas… mucho más plana, en conjunto, que cualquier lienzo de Velázquez.

Un narrador convencional conduce el hilo. El hombre que le escucha –un escritor en dique seco– nos da la clave explicativa, tal vez innecesaria.

No he recibido el don de la creencia religiosa. Pero el cine, el arte en general, consigue situarme muy cerca de la fe. Alguien dirá que Dios elige velarnos los misterios de su estilo. Habrá quien sólo vea en esta cinta pirotecnia visual y misticismo bobo; tigres de papel o falta de tijera. Yo me conformo con pedir prestadas las palabras de Robert Bresson: “¡Oh, Piscine Patel, para llegar hasta ti, qué extraño camino he tenido que tomar!”

2 comentario en “Críticas: La vida de Pi

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