27 de abril de 2024

Cartas desde Iwo Jima: A Pedro Vallín (I)

CAH carta

Estimado Pedro:

Motivado por la publicación de tus artículos en la web divertinajes (lectura recomendada, obviamente, para quien haya dado con esta epístola) en los que, con la excusa de hablar de la ganadora de los Oscars de este año, aportas tu opinión sobre diferentes temas, he creído oportuno contestar algunas de tus aseveraciones, no con el afán de polemizar gratuitamente (que también) sino para exponer el mío propio que me temo no representará a nadie más, en caso de que así sea prometo no cobrar derechos de autor sobre lo que aquí desarrollo:

1. Oscars vs. Festivales. No entiendo muy bien esa necesidad de elegir entre los premios que otorgan las Academias de cine y los que otorgan los Festivales ¿por qué debemos guiarnos por unos premios, independientemente de la naturaleza de éstos? El hacer distinciones entre ambos para justificar los gustos propios es algo que carece de sentido, los únicos premios que deberían contar serían los que otorgamos nosotros mismos. Dicha esta obviedad vamos con otra, en casi todos los Festivales existe algo llamado Premio del público, incluso en algunos certámenes como Toronto, este galardón es el oficial al no haber un jurado al uso, algo que sin duda sabrás y que, en línea con tu encendida defensa de la democracia representativa, hará que lo sitúes un peldaño por encima del resto de eventos de este tipo. Por mi parte adoro los Festivales, no porque éstos otorguen una guía sobre qué cine debe gustarme en base a su discutible (como todos) palmarés sino por la oportunidad que suponen de compartir con amigos y el público en general películas que, usualmente, no llegamos a paladear aquellos que vivimos alejados de las capitales. Apelas contra el espíritu de los Festivales como antidemocrático pero ¿acaso hay algo más igualitario que crítica y público (luego hablaremos de estos dos conceptos) compartiendo los mismos espacios, viendo las mismas cintas, riéndose con las mismas comedias y llorando con los mismos dramas?¿no es también la forma más elevada de democracia que películas que normalmente no podemos ver en las salas tengan también su oportunidad de ser disfrutadas?¿qué tipo de democracia es la que otorga representatividad en función del origen? Desde luego no es la mía y, por lo tanto, defiendo los festivales en su conjunto, no por ser menos democráticos que los premios de las academias sino por ser precisamente lo contrario.

CAH Sitges
Las antidemocráticas masas esperan su turno para acceder a una sala de Sitges.

2. Oscurantismo y manipulación. Comparto en parte tus argumentos sobre la existencia de cierta (y deleznable) obsesión conspiranoica para buscar lo que no hay en algunas películas, así como que el compromiso ideológico de una película pueda ser una tabla con la que medir su calidad, además ¿acaso El triunfo de la voluntad o Amanecer rojo no son un ejemplo claro de un cierto compromiso político? En lo que parece que diferimos es en que, según creo entenderte, una obra es sólo lo que parece, carece de subtexto y no es, en cierta medida, un reflejo ideológico de su autor, así las dos anteriores serían un documental átono sobre un congreso de un partido alemán y una cinta de acción al uso sobre unos chavales en un pequeño pueblo de los Estados Unidos y, por situarnos en el extremo opuesto del espectro ideológico, a Costa-Gavras siempre le salen unos films contestatarios, digamos, eventualmente. Las “manipulaciones burdas” son en efecto un oxímoron pero no los “intentos burdos de manipular”, la naturaleza del intento lleva implícita en su seno su propio fracaso. En Argo también vemos un interés por lanzar su mensaje, en este caso establecer que el cine es un lenguaje universal, el único capaz de superar las barreras culturales, religiosas, idiomáticas o políticas que nos separan (hay una escena en el aeropuerto muy representativa en ese sentido) y discúlpame si caigo en esa defenestrada necesidad de buscar mensajes ocultos pero creo que, cuando alguien elige conscientemente contar una historia concreta y la forma en la que la va a contar, lo hace por unos motivos determinados y no por fruto del azar.

ARGO

2 comentario en “Cartas desde Iwo Jima: A Pedro Vallín (I)

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