28 de marzo de 2024

Entrevistas: Marc Fitoussi

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Entrevistamos al director de Luces de París.

Mantuvimos una charla relajada y generosa con el director de Luces de París, durante su visita a España para promocionar el estreno de su film.

– ¿El guión, su idea,  parte solo de usted o está escrito junto a la coguionista?

Marc Fitoussi: No, lo escribí yo solo y después una mujer, Sylvie Dauvillier, se leyó el guión. Lo repasó porque yo tenía curiosidad por conseguir un punto de vista femenino acerca del texto.

– ¿En el caso de ella es el primer guión en el que colabora y el cuarto guión suyo?

M. F.: Ella lo releyó sin más pero la historia es estrictamente mía. En mis cuatro films escribí yo el guión.

– ¿Qué le atraía más al escribir la historia? ¿Los personajes o hablar sobre la situación personal de ellos, sobre la crisis de pareja?

M. F.: Bueno, en primer lugar yo quería renovarme, planteándome algo dentro de un entorno que desconocía, que es el entorno rural. Es mi cuarta película y no es como si yo fuera un anciano o un combatiente que lo haya hecho todo ya, pero quería volver a plantearme algo nuevo.

-¿Pero siempre dentro de la comedia?

M. F.: Sí, una comedia siempre agridulce, con tintes a veces muy graves, muy serios, pero sobre todo sin impedir que nos emocionemos. Aunque sea comedia no había que tener miedo a despertar emociones.

-¿El guión estaba muy cerrado al terminar de escribirlo, era muy férreo? ¿Se permitió la intervención de los actores después, mediante improvisaciones?

M. F.: Todo estaba muy escrito, muy marcado. Nunca hemos recurrido a la improvisación. A veces yo mismo en el rodaje aportaba ciertas modificaciones porque de repente no conseguía la resonancia que yo quería. Pero yo mismo me permitía eso de vez en cuando. Y por ejemplo hay algunas secuencias que forzosamente se prestaban a la improvisación, como es la secuencia que muestra el parto de la vaca. Donde se sabe lo que va a pasar, pasará así como lo he escrito pero no necesariamente de la manera en que está plasmado, puede ser un poco más largo o más corto al depender de un acontecimiento real.

Luces de París
Luces de París

– De todas formas sí existe una sensación de que el guión es muy libre a la hora de verlo en pantalla. No es solo un planteamiento, nudo y desenlace.

M. F.: Mejor que sea así, gracias. Que la película parezca tener esa soltura. Pero es cierto que la libertad que parecen tener los personajes no la tenían del mismo modo los actores.

– Es su primera película estrenada aquí en España. Pero al ser ya su cuarta película, de nuevo una comedia como las anteriores, queríamos saber ¿qué referentes tiene en cuanto a este género cinematográfico, sean films franceses, españoles, de otros países, del cine clásico, etc?

M. F.: Pues Maridos y mujeres de Woody Allen, que se supone que no es su mayor comedia. Te doy un ejemplo de ese film, con el personaje de Judy Davis en la película de Allen, que es una mujer que le ha dejado su marido y ha quedado para una primera cita con otro hombre. Va a ser una cita muy romántica y en medio de la cena ella no puede evitar llamar a su marido para contar qué tal va todo. Entonces ese momento me parece muy gracioso pero parte de una situación sumamente triste. Se supone que es muy triste y ese es el tipo de comedia que me interesa. Porque ves una escena romántica en la que ella trata de colocar los cacahuetes, los platos, presentar la cena, mientras le da gritos por teléfono al marido y no puede librarse de la vida anterior.

– También parece que tiene influencias del estilo de directores como Jean Renoir en films como French Cancan o La regla del juego, ese estilo de comedias.

M. F.: Son películas que me encantan pero yo confieso que también necesito quitarme ese peso de encima. A lo que me refiero es que no quiero tener que ver con la operadora algunos films para hacer de esa manera la película, a ver si el tipo de fotografía encaja con ese estilo de comedia. Porque no, no vimos ningún film antes de rodar, nos queríamos librar del peso de ese bagaje.

Ahora doy clases en una escuela de cine en París y mis alumnos siempre me indican referentes en los films que vemos, que eso está en este film, aquello en este otro. Yo siempre les digo que no se puede estar pendiente, ir así, porque está todo hecho y rodado. Si vais siempre indagando cómo se ha hecho algo, nunca vais a hacer nada nuevo. Y yo creo que tengo la suerte de que todavía, cuando hago una película, tengo la capacidad de poder pensar que estoy haciendo la primera película de la Historia del cine, al menos creer que puedo intentar hacerla.

– La referencia no la vemos por el lado formal, por copiar planos o escenas, sino por ese espíritu agridulce que existía en aquellas películas, un espíritu presente también en Luces de París.

M. F.: Que después todo aquello actúe de forma inconsciente, pues seguramente es así. Pero no me doy cuenta a priori, sino después de hacer la película.

Luces de París
Luces de París

– Una pregunta rara. Como en París parece que llueve mucho ¿cómo se mantiene fuera del cine siempre esa lluvia de allí?

M. F.: Voy a revelar un secreto. La lluvia, lo que es rodar la lluvia resulta muy caro. La lluvia falsa es carísima. Y cuando llueve de verdad, nunca dura el tiempo que uno quiere para las secuencias, entonces nos vuelve locos. Entonces ¿qué pasa? Que esperamos que salga el sol, que haga buen tiempo y así rodamos en París. En esta película, si me acuerdo bien, hay una secuencia en la que llovía y tuvimos que colocar tejados artificiales. Es la secuencia en la que Isabelle Huppert compra fruta al chico indio en la calle. Entonces llovía y tuvimos que colocar un tejado artificial porque si no hubiera sido imposible rodarla. Y teníamos que gestionar a las actrices, que si tenían el pelo mojado, incluso con un sombrero así.

– ¿Y qué proyectos futuros tiene?

M. F.: He hecho una película nueva que estamos montando ahora. Terminamos el rodaje a finales de enero y creo que acabaremos el montaje en abril. Yo creo que se estrenará en Francia a finales de año.

-¿Se trata de una comedia también?

M. F.: Comedia agridulce también, pero más agria que dulce.

– Por último nos gustaría saber algo sobre cuando flotan sobre el agua los protagonistas, la razón de que cada uno esté hacia un lado.

M. F.: Bueno, para mí, lo que yo veo es una secuencia concebida para que cada espectador la interprete como quiera. Para mí es la fusión de dos cuerpos que flotan, dos entes insumergibles que no hay manera de hundirlos, a pesar de todo lo que les pasa, siempre siguen flotando. Pero hay espectadores que me han dicho que parecían dos cadáveres en el Ganges. Es una escena parecida al espectáculo del trampolín, en el que caen y se vuelven a levantar. Caen y se vuelven a levantar.

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