Charlamos con el director de Clan salvaje
Clan salvaje (Mange tes morts) segundo largometraje de Jean-Charles Hue pasó por el Festival de Sevilla 2014 y además recibió el Premio Jean Vigo el mismo año. Con motivo del estreno en varias salas y posteriormente en VOD, entrevistamos al director para hablar de la película, sus actores y otros proyectos. Jean-Charles ya conocía nuestro país por visitas anteriores y habla un español fluido, así que la conversación resultó bastante dinámica.
– Tanto en el film anterior, La BM du Seigneur, como en el actual, Clan salvaje, trabajas con el mismo equipo de actores interpretando a gitanos. ¿Te has planteado una trilogía siguiendo esta temática?
Jean-Charles Hue: Sí, me gusta el concepto de trilogía ¿por qué no? En realidad tenemos previsto un proyecto de serie, ya escrita, pero si no funciona, si no pudiera producirse, entonces haría una tercera película. En el nuevo guión hay varios personajes que no son sólo gitanos. Se trata de algunos que viven en la ciudad y que tienen contacto con amigos que son payos y vemos cómo se desenvuelven y relacionan comercialmente.
– En La BM du Seigneur (no estrenada en España) ¿desarrollabas los mismos personajes, ya que los cuatro principales y otros aparecen en los dos films?
J-C. H.: Jason aparece en dos escenas del primer film, no con el mismo papel, sino más secundario. Jason es el hijo de Frédéric en la vida real. Y Frédéric es el actor protagonista. La BM du Seigneur contaba las vivencias de Frédéric que, en un momento de la historia, se encontraba con un ángel que le aconsejaba retirarse de la mala vida. Fue el primer proyecto que teníamos juntos Frédéric y yo en común, y fue posible grabarlo.
En Clan salvaje contamos desde el principio con Frédéric, Jason, Moïse, Mickaël, Joseph y la madre. Ellos son una familia y lo que varía en cada película son las relaciones entre ellos, porque a veces son hermanos, primos y otras veces son amigos.
– ¿Pero, son actores profesionales?
J-C. H.: No, no son profesionales. En el caso de Jason que es más joven y tenía menos experiencia, rodamos la película de manera cronológica, casi en su totalidad, para facilitar su interpretación. Normalmente los gitanos son más extrovertidos, como Moïse o Mickaël. Pero yo tenía un poco de miedo porque el personaje de Jason no llegara a conseguir esa misma fuerza, aunque en el fondo la historia del personaje de Jason es la de un joven que va evolucionando y eso también queda reflejado en su manera de actuar en el film.
– ¿Cuánto tiempo duró el rodaje?
J-C. H.: En total, seis semanas.
– Aunque se nota un estilo muy veraz, casi documental, el guión presenta una estructura cerrada. ¿Estaba completo antes de rodar la película?
J-C. H.: La película es una ficción, está escrita como un guión cinematográfico de largometraje con diálogos y secuencias. El guión es una mezcla de una noche que vivimos Frédéric y yo y de otros momentos como el del bautizo. Es una ficción total que los actores desarrollan como si fueran actores profesionales. Claro que la historia habla de la vida que tienen, pero ampliada con otras tramas. En el caso de Frédéric sí es su pasado pero en los otros casos es una composición de los personajes y actores.
– Es importante la visión que logras de una población marginal y nómada situada en el extrarradio de una gran ciudad y cómo la retratas. ¿Se trata de romanís o de gitanos?
J-C. H.: No, no, son diferentes. Yo tengo conocidos y amigos aquí en España. He pasado tiempo en Barcelona, Sevilla y Granada. Me encanta el flamenco y sé cómo viven aquí, más o menos, que es de una manera distinta a los de Francia. Los gitanos españoles proceden de la India originalmente. En cambio los que yo ruedo son yeniches, más parecidos a la denominación inglesa, a los travellers o nómadas. Y no parecen de una etnia determinada ni por el color de la piel, o por tener el aspecto calé. No tienen tampoco una música famosa que los identifique. Tampoco hay muchos libros publicados acerca de los yeniches, apenas hay tres ensayos antropológicos que hablen de ellos. Casi nadie los ha filmado como a los otros gitanos en los films de Emir Kusturica o Tony Gatlif, por ejemplo. Los yeniches provienen de Centro Europa y tienen los mismos problemas que los demás gitanos. Hay mucho racismo, incluso los yeniches son tratados de forma diferente por los propios gitanos, como si fueran payos para los demás.
– ¿La película está rodada en París o en las inmediaciones?
J-C. H.: A setenta kilómetros de París, en el norte. Y todo lo que sucede por la noche lo rodamos en otros lugares, en el centro de Francia porque teníamos apoyos para rodar allí.
– ¿Te planteaste Clan salvaje con una mezcla de géneros cinematográficos como el western, el polar o también el cine de aventuras?
J-C. H.: No de una manera consciente al hacer la película, desde el planteamiento, pero sí son géneros que me gustan. Me gusta el polar de los años setenta en Francia, el cine de Jean-Pierre Melville. O los westerns de John Ford, Anthony Mann y sobre todo Sam Peckinpah. Por eso me gusta el título con que se estrena en España, parecido al Grupo salvaje de Peckinpah.
– En cuanto al título original Mange tes morts, ¿se trata de una expresión o una frase hecha en Francia?
J-C. H.: Es una frase típica gitana, es como una amenaza. Si un gitano le dice esa frase a otro gitano, se pelearán y será peor porque podría haber hasta algún muerto en la pelea. Es una expresión muy dura porque es como decir que “vas a comerte tus muertos”. Es hablar sobre los muertos y el pasado de los gitanos. Yo presencié una pelea al principio de tratar con ellos, incluso con rifles y disparos y todo se originó porque un gitano le dijo a otro esta frase. No hay una expresión tan fuerte en el resto de la sociedad. Este dicho está asociado a las brujas, al mal de ojo, es un vaticinio de que todo va a cambiar.
Sin embargo para el título, cuando comencé a escribir el guión hace tres años, la utilicé por su lado duro pero sobre todo por el tono poético. Es una frase que no gusta a los gitanos como título por lo que implica para ellos, pero aunque mi abuelo fuera yeniche mi cultura es la de los payos, que son los que me han educado y por eso he usado esta frase como título.
También es importante rodar la película entre gitanos, es decir, hacer una película que suceda con protagonistas gitanos pero que sea de género y una ficción, sin ser un documental, igual que hacen los norteamericanos films con personajes afroamericanos o de otras etnias.
– Pero de esta manera, con una historia de ficción y estructura clásica consigues hablar mejor y mostrar de forma más certera y veraz a los gitanos.
J-C. H.: Claro, es como una película de John Ford que trata de indios y cowboys. Pero al final de la película lo importante es cómo ha mostrado una mitología que se reconoce en todo el mundo. Así que ¿porqué los gitanos no pueden comunicar su propio entorno como protagonistas de la película?
– La decisión de situar la historia en el extrarradio de la ciudad, cerca del aeropuerto, en zonas comerciales iguales a las de otras ciudades refuerza esa universalidad.
J-C. H.: Es el mismo paisaje y el mismo problema que tenemos todos. Es la herencia, las mismas cosas, los mismos deseos y también los mismos fantasmas en todas partes. Es un aspecto que me interesa mucho en mis películas y en las que veo como espectador, algo que me gusta también en las de Sam Peckinpah. Además buscar quién soy, si es mi país o es algo que esté a nivel mundial.
– ¿Qué otros cineastas franceses te gustan y qué directores españoles conoces?
J-C. H.: He visto más cine en el pasado, cuando crecí y estudié. Te puedo hablar de directores del pasado, que es cuando más aprendí viendo películas. Me gusta la generación de directores que hablaban del pueblo como Jean Renoir, Jean Vigo, Marcel Carné y ya posterior a estos, también Maurice Pialat. Aquellos directores tenían un lenguaje y una cultura distintiva. Hoy en día tenemos todos la misma cultura, más universal. En Francia ahora se habla de una realidad más burguesa, gente de otra clase más acomodada y no tan popular.
Y en España hay películas que me gustan, aunque creo que hay muchos directores españoles que están trabajando ahora en Hollywood. Por ejemplo en España se rueda una película como REC, de terror y funciona. En Francia creo que esto si lo intentamos no salen bien, pero no sé porqué no funciona lo de intentar hacer películas como los gringos y que no den buen resultado.
– De todas formas en Francia tienen más variedad temática de películas que en España y otros países.
J-C. H.: Sí pero es más difícil plantear películas de género como el negro -el polar-, el western u otros que no sean la comedia. También me gusta el cine antropológico, algo como lo que planteaba Jean Rouch en sus películas.