Junto con la reseña de Oz, un mundo de fantasía, completamos la inauguración de la Muestra SYFY con la magistral Nosferatu, de F.W. Murnau.
“De la semilla de Belial surgió el vampiro Norferatu que, como tal, vive y se alimenta de la sangre de la humanidad. Irredento mora en cuevas terroríficas, cámaras funerarias y ataúdes mientras estén llenos de tierra maldita de los campos de la negra muerte.”
Mientras en la sala 1 se proyectaba Oz, un mundo de fantasía, en la sala 2 disfrutábamos del primer plato fuerte de la Muestra: poder ver Nosferatu de Murnau en pantalla grande y con música en directo. Como su propio nombre original indica (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens) esta obra maestra del cine expresionista alemán es una sinfonía dividida en 5 actos. Se trata de una versión del Drácula de Bram Stoker, pero cambiando los nombres y las localizaciones, ya que en su momento no pudo conseguir los derechos de la novela, pero la historia es prácticamente la misma. Lo que vimos anoche fue la versión restaurada en DVD de Luciano Berriatúa, uno de los mayores expertos en Murnau, una labor titánica, ya que tras ser denunciada por plagio por la viuda de Stoker, el tribunal ordenó destruir todas las copias de la película. Algunas se conservaron, y gracias a ello ha llegado a nuestros días, pero de una manera siempre parcial de lo que fue la original. En este sentido (sólo en este), Nosferatu se resiente, y se notan los años (91, ahí es nada) que han pasado por ella. Pero por lo demás, continúa siendo una de las películas de terror más impresionantes que se han hecho jamás, en gran parte gracias a la presencia de Max Schreck sigue siendo de lo más espeluznante que hemos podido ver en el cine. De la dirección de Murnau, me impresionaron (ya que en una pantalla de cine se disfrutan mucho más) la belleza y la modernidad que siguen teniendo sus planos generales de los escenarios naturales como la ciudad, la montaña o el mar.
Pero lo que hacía diferente a esta proyección en que contaba en directo con la música del grupo Prin La Lá, cuyo trabajo fue estupendo, con unos temas clásicos interpretados con arpa, piano, claves, platillos y voces, que se adaptaban perfectamente a la historia, como es leit motiv de los dos enamorados, contribuyendo a potenciar el romanticismo de la historia, o las disonancias en los momentos más sobrecogedores, que ponían los pelos de punta. Incluso propusieron interactuar al público dando gritos de horror en algunos momentos del acto III, una buena idea ya que se trata del más fragmentado y menos interesante de todos (aunque el final en el barco es absolutamente magistral). Aún así, a la gente no se la vio muy entusiasmada con la iniciativa, y sólo se oyeron algunos gritos muy tibios. Y es que el ambiente en general no fue demasiado distendido para lo que suele ser en la Muestra, imagino que por respeto al grupo y al trabajo que estaban haciendo, algo totalmente lógico por otro lado. Aún así, fue una manera distinta y excelente de empezar la Muestra SyFy de este año, que esperamos que siga dando cosas igual de interesantes.
