Madrid se convierte en la capital del cine documental.
Por décimo año consecutivo se celebra en la capital el festival internacional dedicado exclusivamente al cine documental, Documenta Madrid. Organizado por el Ayuntamiento, el festival, cuya finalidad es la de impulsar este género como máximo representante de la realidad del mundo actual, ha empezado hoy día 5 y se extenderá toda una semana, hasta el próximo domingo 12. Consta de una Sección Oficial de largometrajes, formada por películas inéditas en España que han triunfado en otros festivales y han obtenido premios y reconocimientos en todos el mundo, otra Sección Oficial de cortometrajes, una de Panorama, dedicada al documental realizado en nuestro país, con algunos títulos que han sido premiados en el pasado Festival de Málaga, y una Retrospectiva, que este año tiene por tema “El documental durante la Transición en España”, donde se podrán visionar títulos clave como El desencanto o El asesino de Pedralbes. La Cineteca del Matadero será la sede oficial del Festival, donde se proyectarán las películas de las Secciones Oficiales y de Panorama, así como todas las actividades del festival, tales como encuentros o mesas redondas, mientras que la Retrospectiva tendrá lugar en el Cine Doré. Además, en la Casa de América y en la Casa Árabe habrá ciclos paralelos de dedicados al documental mexicano y árabe respectivamente.
La película que ha inaugurado la Sección Oficial de esta edición es sin duda uno de los platos fuertes: The Gatekeepers, nominada al mejor documental en la pasada edición de los Oscar. El director, guionista y productor israelí Dror Moreh siempre preocupado por los temas que afectan a su país, reúne ante las cámaras, de manera excepcional, a seis antiguos jefes del Shabak, organización responsable de la seguridad interna dentro de la Agencia de Inteligencia de Israel, quienes, tras actuando en las sombras bajo su lema “El defensor/protector invisible”, salen a la luz por primera vez para contar su experiencia de manera directa y personal, tal y como ellos lo vivieron. Es ahí donde reside el éxito de esta película y lo que la hace excepcional: su visión realista y esclaredora sobre un tema que casi siempre ha permanecido oculto.
El documental está dividido en siete partes, a través de las cuales se hace un repaso cronológico a la historia política de Israel desde la Guerra de los Seis Días, cuya conclusión supuestamente victoriosa, ya que aumentó la expansión territorial del país en más de 80.000 kilómetros cuadrados, no hizo otra cosa que acrecentar el conflicto árabe-israelí, especialmente con Palestina por la soberanía de los territorios Cisjordania y la Franja de Gaza, que, como ya sabemos, llega hasta nuestros días. Israel continúa hoy, y parece que así seguirá por mucho tiempo, sin conseguir la paz para un país que parece incapaz de resolver sus conflictos internos y externos. Los mismos entrevistados lo reconocen con frustración: el futuro de Israel es desolador.
Moreh combina las entrevistas con imágenes documentales reales (algunas de ellas inéditas) y algunas (aunque pocas) recreaciones hechas por ordenador, con un montaje que le imprime un ritmo agilísimo y, a pesar de los numerosos temas que enfoca y la intensidad de los mismos, consigue captar y mantener el interés durante todo el metraje. El punto de vista es crítico, pero en absoluto manipulador, ya que lo que aquí interesa en la veracidad, aunque esta sea diferente para cada persona con la que se hable. Así, se despierta una ambigüedad en todos los sentidos sobre quién lleva la razón y quién actúa cómo debe (Moreh no juzga, solo mira, escucha y nos lo enseña para que pensemos nosotros) y se abren numerosos temas a debate sobre cuales son los límites humanitarios para alcanzar la paz.
Y es que los métodos utilizados por el Shabak son más que cuestionables. “En la guerra contra el terrorismo no hay ética”, dice Avraam Shalom, uno de los jefes que tuvo un mandato más polémico, especialmente por el asunto Kav 300, un autobús que secuestraron dos terroristas a los que posteriormente ordenó el asesinar, hecho que hubiese sido encubierto (Shalom así lo dice, sin ningún remordimiento) si no fuera por la foto que realizó un periodista de incógnito. Shalom tuvo que dimitir de su cargo por este motivo. Como él, los seis entrevistados exponen sus métodos para conseguir información de los terroristas y las operaciones que han provocado lo que ellos llaman “daños colaterales”, es decir, la muerte de personas inocentes, con la mayor naturalidad del mundo, aún siendo conscientes (a veces) de que no son el método correcto, aunque lo asumen como lo que hay que hacer. Pero por otro lado, y puede que sea lo más sorprendente, también afirman de manera rotunda estar a favor del diálogo, el cual consideran la única solución para conseguir sacar adelante país.
La sinceridad brutal de The Gatekeepers nos pone ante los ojos una realidad que, si nos lo contaran en una película de ficción, la tacharíamos de exagerada, pero que no sólo es verdad, sino que además está contada por su propios protagonistas. Un documental absolutamente ilustrativo que no se abarca en un sólo visionado, y que trasciende su status para convertirse en un documento histórico, ya que las declaraciones nos revelan certezas de la historia y la situación actual de Israel que sólo sospechábamos, pero que por primera vez quedan demostradas. El cómo ha logrado Dror Moreh esta hazaña, nos lo aclarará en una entrevista que le realizaremos en exclusiva en Cinema ad hoc y que en unos días podréis leer.