20 de abril de 2024

Entrevistas: Dror Moreh

CAH Dror Moreh

Charlamos con el director de The Gatekeepers.

En la terraza de la cantina de la Cineteca tuvimos una interesante charla con el director Dror Moreh, que estuvo en el Festival para presentar The Gatekeepers y nos habló tanto de la película como de los problemas actuales de Israel y de Oriente Medio en general. A continuación podéis lo que dio de sí la conversación.

La película hace un recorrido a toda la historia política de Israel desde la Guerra de los Seis Días en 1967 hasta la actualidad. ¿Cuánto tiempo empleó en llevar a cabo todo el proyecto, incluyendo rodaje, montaje…?

Desde el principio hasta el final… Tres años o tres años y medio desde que empecé con la idea.

Es impresionante que haya logrado reunir a los seis jefes del Shabak para que hablen ante las cámaras. ¿Cómo lo consiguió?

Ellos querían hablar. Todo el mundo me decía que no querrían participar en la película pero yo dije “¡Intentémoslo!”. Y lo hicieron. Ellos sienten que las ventanas de la oportunidad para la solución de dos Estados se están cerrando rápidamente, y a no ser que se haga en los próximos años, no habrá esperanza de obtener esa solución. Y también entendieron la importancia que tienen como grupo. Podría haber hecho una película increíble sobre cada uno de ellos, pero lo más importante es que los seis querían hablar, y al final lo hacen como una sola voz, todos al final dicen “Sí, puede haber una solución de dos Estados. Sí, hay una oportunidad para que haya paz”.

¿Quedaron satisfechos con el proyecto? Porque algunos de ellos parecen un poco desconfiados con algunas de las preguntas y se ponen a la defensiva…

Con preguntas morales y éticas, por supuesto que tenían problemas, pero al final, cuando les mostré la película en el Jewish Film Festival hace casi un año, ninguno se arrepintió de su participación o dijo que no creyera lo que decía la película.

¿Qué opinan en Shabak de eventos recientes como la Primavera Árabe? ¿Lo ven como una esperanza o como una amenaza para Israel?

No me gusta contestar en su nombre, porque cada uno tiene su opinión, pero puedo dar la mía. Oriente Medio está sufriendo cambios “tectónicos”, es como si estuviera en medio de un terremoto, y le llevará años asentarse. Nadie sabe cómo será Oriente Medio después de este movimiento. Con respecto a si es bueno o malo, yo creo que el que la gente luche por su libertad, por sus derechos, diciendo lo que piensan de manera democrática, es bueno, en todas partes. Definitivamente, lo que está pasando en Oriente Medio es bueno, en parte, a pesar de que los israelíes están un poco asustados, porque piensan que mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. Pero por ejemplo, puedo ver lo que está pasando en Egipto, y realmente admiro a esos jóvenes que fueron a la revolución, incluso murieron por ello, y aunque consiguieron que Mubarak abandonara el poder, ahora hay un nuevo régimen de los Hermanos Musulmanes, y ellos siguen luchando porque lo que quieren, es democracia. Es una época de desafíos.

¿Cree usted que hay gente en Israel a la que le interesa mantener el conflicto palestino como excusa para desviar la atención de los problemas internos del país?

Hace preguntas muy complicadas (risas). Definitivamente sí, el hecho de que el conflicto entre Israel y Palestina esté en continuo movimiento, y atrayendo la atención de los israelíes, permite a los grupos sectoriales de la sociedad israelí conseguir más poder del que deberían, como los ultra ortodoxos, porque no hay tiempo para lidiar con lo que hacen estos grupos. Hay asuntos más importantes todo el tiempo. Espero que esto vuelva a cambiar.

Volviendo a la película, ¿cómo se le ocurrió la idea de recrear las escenas de las que no poseía imágenes con animación hecha por ordenador?

Sí, me gusta más hablar de la película que de política (risas). Precisamente porque el Shabak era un servicio secreto, no tenían cámaras que les siguieran en las operaciones que realizaban. Así que sabía desde el principio que necesitaría encontrar una solución artística para contar el aspecto visual de la historia, que por un lado no se apartara de la realidad, porque es un documental, pero que por otro fuera también un reto cinematográfico, lo cual es muy importante para mí. Todo lo que se ve en la película, también lo que está hecho por ordenador, está hecho de manera muy precisa a como era en la realidad. Si por ejemplo, la mujer del terrorista Yahya Ayyash viera la escena que recreamos en la que le explota el móvil mientras habla, reconocería su cuarto, porque es exactamente el cuarto donde él estaba, la recreación está basada en documentos y fotografías reales. Como cineasta, tienes que crear un lenguaje para tu película, y eso es lo que intenté hacer.

¿Cree que su película será considerada con el tiempo un documento histórico o político?

Sí, lo espero. No soy modesto. (Risas)

¿Está trabajando en algún nuevo proyecto?

Sí, pero es secreto.

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