La ópera prima de Juan Carlos Medina se presentó en el Nocturna.
La próxima semana se estrena en los cines Insensibles, el primer largometraje de Juan Carlos Medina que se presentó en el Festival de Sitges del año pasado y se ha podido ver también en el Festival Nocturna que se está celebrando estos días en Madrid. Ayer pudimos asistir a la rueda de prensa de la presentación de la película con su director y parte del elenco masculino de la película, Alex Brendemühl, Juan Diego y Félix Gómez, que nos contaron cuál fue el proceso de la película y las claves para entenderla.
El director Juan Carlos Medina junto con Luiso Berdejo escribió el guión en 2005 y ganaron con él un concurso de guionistas en Francia. A partir de ese momento, y de la precompra de la película por parte de Canal Plus, “estuvimos peleando para conseguir financiación. Conseguimos que se metiera en ello la productora Wild Bunch, pero fue difícil que me confiaran la dirección de la película porque se consideraba muy oscura y arriesgada para un director novel, pero una vez conseguido tuve bastante libertad para hacerla dentro de los límites de financiación y tiempo de que disponía”.
Insensibles es una película que habla sobre una parte muy oscura de la historia de España como son los años de la Guerra Civil y la posguerra, tratado de una forma fantástica, aunque a Medina no le gusta mucho definirla como sobrenatural. “Tengo una sensibilidad especial por el género, pero no me atraen las películas de temas sobrenaturales. Me interesan más las historias de la realidad de la gente y esta lo es. El tratamiento de las cicatrices de la Guerra Civil a través del género es una tradición en nuestro país que empieza con películas como El espíritu de la colmena. En Insensibles hay una mezcla de géneros y se intenta insinuar más que tomar partido. Es una película sobre una parte muy oscura de nuestro pasado, de nuestro imaginario colectivo, y dentro de esa dureza y esa crueldad he querido hacer una película muy hermosa y emocionante, focalizando la historia a través de los ojos de los niños para saber cómo ven ellos el impacto de la guerra y esos años a través de su subjetividad. Hay ciertas cosas que afectan más a la imaginación cuando no se ven, a veces cuando sólo dejas entrever tienes un impacto en el espectador mucho más potente. Creo además que es una de las razones por las que se usa el género para hablar de estos periodos, porque no están en la historia oficial de España. Siempre los que ganan son los que escriben la historia y hay una parte de ella que sólo se transmite a través de las familias y no está en los libros, por eso se habla de ello a través de la imaginación”. Para Alex Brendemühl, el dilema de la película en este sentido es “hasta qué punto el echar una manta por encima y tapar la historia, no acaba saliendo por otro lugar de manera enfermiza”.
Brendemühl es el protagonista de Insensibles, quien da vida a David, un médico que busca en su pasado familiar sus raíces para salvarse de su enfermedad, pero acaba descubriendo una realidad cruel que le cambia completamente la vida. Para Brendemühl el guión de la película “me pareció súper complejo con una trama muy arriesgada y al principio no sabía cómo enfrentarme al personaje porque le pasan muchas cosas y muy intensas. El crear a un personaje que sabe que lo que va a encontrar le puede destruir, es un proceso catártico de rebuscar en el lodo y hacer ese descenso a los infiernos para hacer una purga y llegar a un estado superior, que es ese final de la película poético y luminoso como una metáfora de la herencia que le deja a su propio hijo, que es el haber pasado por todo eso para descubrir quién es”.
Precisamente sobre ese final tan controvertido, se habló mucho en la rueda de prensa. El director y guionista de la película opina que “es muy metafórico y muy catártico. El concepto de mezcla de géneros me encanta y me gustan mucho esas rupturas de tono y de armonía. Es muy oscuro y luminoso a la vez e intenta decir que hay veces que la verdad y la justicia pueden ser más importantes que la vida misma.” Alex Brendemühl cree que “es una liberación espiritual para el personaje condenado en vida”.
Otro de los protagonistas, Juan Diego, va aún más allá y opina que “la última media hora de la película me parece de antología del cine porque es donde confluyen los infiernos y el amor se reconoce en esa mirada entre padre e hijo. Hacía tiempo que no veía un final de película tan valiente.” Juan Diego interpreta en el film al padre de David, un ex policía con un pasado turbio y escondido que sale a la luz trastornando la vida de todos los que le rodean. “Lo primero que sentí al leer el guión fue fascinación y sorpresa. El mal transita dentro de mi personaje, la cuestión es cómo se desata eses animal que todos llevamos dentro y que nos lleva a pensar y a sentir que la maldad pueda ser tan bella, y eso fue lo que me impresionó en la primera lectura más allá del personaje en sí.” Ese mismo papel de joven lo interpreta Félix Gómez, a quien el guión “me dejó tan impresionado como creo que la película puede dejar al público. Mi trabajo ha sido sólo de una semana de rodaje muy intensa en aquel zulo creado para la película, pero un placer y un honor para mí. Siempre he hecho papeles de chico bueno y romántico, y de repente este es un personaje que tiene acciones inmorales absolutamente y me apetecía mucho”.
Otro de los aspectos que toca la película es el de los niños desahuciados, a partir de la anécdota en la que en un pequeño pueblo de Cataluña se descubre un grupo de niños inmune al dolor. Esta inmunidad es también una especie de metáfora para el director, “la insensibilidad física del personaje de Berkano tiene su correspondiente en la insensibilidad emocional de David, y son dos personajes que están a la búsqueda de esa emoción y humanidad cada uno a su manera. Ese era el reto, la emoción deslineada en negativo.” Al hilo de lo mismo, también enlaza la película con el tema tan de actualidad ahora mismo como son los niños robados, “la película cuenta el cómo se intenta asimilar una cosa así, que tu padre no es tu padre y que además descubres que es un monstruo” dice Alex Brendemühl. “Es un personaje muy atractivo que te obliga a ir encajando noticias y experimentando cómo se reciclan. Por alguna razón se ha encerrado en su ciencia y se ha vuelto también insensible al dolor ajeno y a su propia vida.” Medina recalca al respecto que “el personaje de David es un ejemplo de que la herencia te afecta aunque no la conozcas”.
Para terminar, Juan Diego considera que participar en una ópera prima así con compañeros a los que admira tanto como Alex Brendemühl y Félix Gómez, “es una forma de apostar por películas de gente que se la juega. Es una película de la que sentirnos orgullosos”.