Sabéis que soy un crítico de la nostalgia. Critico la nostalgia y no desde la nostalgia. Soy un vanguardista radical y creo en moverse hacia delante haciendo las justas paradas para mirar hacia atrás. A ser posible, ninguna.
Por ello mi recelo ante el concierto de los Pixies en La Riviera el próximo Viernes 8 de noviembre. Que rápidamente agotó entradas lo que propició que Francis Bla— Fat Fran—, ehhhh Frank Black decidiera regalarnos a los españoles otra fecha en el mismo sitio un día antes: el jueves 7 de noviembre. Hombre, seguramente lo decidiría un tipo con traje que fuma puros y es malvado, pero eso no quita que pudiera haber sido él, que queda más intenso.
¿Pertenecen los Pixies al denostado género del dadrock? Esos grupos de los que hace años que no se sabe nada o cuyos miembros están muertos o, peor todavía, rehabilitados… esos a los que se cita como referencia musical de TODOS los grupos…
Sospecho que no, los Pixies se encuadran en esos grupos de los años 90 (década que muchos pobres de nosotros pensamos que ocurrió hace 10 años) que se reúnen y tratan de tocar de nuevo, como los Smashing Pumpkins .
Así que pertenecen al semidesconocido género del olderbrotherrock (semidesconocido porque me lo acabo de inventar). Música transgresora que aún tiene algo de vigencia. Esto quiere decir que de vez en cuando aún se escucha en los bares Here comes your man.
En realidad tengo una unión sentimental fuerte con los Pixies a pesar de que, que yo sepa, a mi hermano mayor no le interesaron particularmente pues estaba ocupado con las bandas sonoras de Kusturica. Tengo la suerte de no ser uno de los pobres hijos de los 80 que los conoció al final de El club de la lucha ni mucho menos en el anuncio de VISA del pasado mundial. Un amigo me los introdujo y solíamos desvariar sobre el misterioso contenido de sus letras, ¿De qué coño trata Wave of mutilation, por qué en las ilustraciones aparecían cangrejos, por qué metíamos el coche en el agua?. Y pasé muchas noches en el Pixies de Alicante porque soy un pobre provinciano que llegó a Madrid con una maleta llena de sueños.
Recelo de los Pixies, del agotamiento masivo de entradas, de que no esté Kim Deal para gritar LLAIGUENTIC, de La Riviera, de que las pocas entradas que queden estén a más de 100€, pero escucho los primeros acordes de Cecilia Ann y me transmiten tal épica, honestidad y búsqueda de la verdad musical, escucho a Fat Frank decir gilipolleces en español y todo esto se me pasa y deseo estar ya allí.
gran post me encanta este post mucho. tan encantador. gracias por compartir ……..