25 de abril de 2024

Conciertos: Pharmakon

pharmakon

El 14 de noviembre noise del bueno en Madrid.

No hace tanto, hubo una perturbación en el inframundo del noise. Quiero decir, más perturbación de la habitual. Esa perturbación llegó a La Scene en 2013, aunque llevaba manifestándose y enviando su mensaje de dolor y abandono desde 2009.

Estoy hablando de Pharmakon. De repente, con su disco Abandon, lanzamiento que ha sido lo mejor de este miserable año, el noise entraba hasta en la puta Pitchfork, con nota.

Pharmakon es Margaret Chardiet en solitario, armada con su desgarrada voz (en ocasiones ni siquiera demasiado distorsionada) y sus sintetizadores nos transmite un dolor orgánico, con latidos, en los que se autodenomina montón de carne, caverna de fluidos. Lejos de las corrientes más chungas del noise (las del harsh noise wall) tiene un sonido… relativamente limpio, todo es diferenciable y hay lugar para los patrones sin dejar de ser ruido, sin dejar de ser extremadamente violento y revulsivo.

Así que le dije a Edu Giradiscos: Edu, vamos a petar Madrid, vamos a crear un NO-MADRID y Edu hizo como que pasaba de mí pero al final la trajo y no me vengáis con eso de que es puta casualidad y que abandone mis delirios de grandeza sobre tener alguna influencia en el mundo musical. El perro de la parte de atrás del coche se ha probado como sala capaz de soportar tralla de este tipo y donde se ha visto gente tan ruidosa e intensa como Vatican Shadow. Aunque veo probable que se derrumbe y que salgamos en las noticias y que Matías Prats (¿Sigue en la TV? ¿La gente sigue viendo la TV?) diga que mucho ruido y pocas nueces, equis de.

¡Son 5 euros! ¡8 en taquilla! Os juro que si me hubieran dado a elegir ver a un artista vivo que no haya visto ya hubiera votado con el corazón y hubiera dicho Margaret Chardieeeet o puede que Wolf Eyes, pero vamos, este amor de ser humano hubiera estado en el top.

Me leí una entrevista a Pharmakon y era una cosa muy chunga, la tipa cagándose en los social mierda y todo eso y que estamos todos agilipollados perdidos y que ella en los conciertos se baja del estrado y mira a la gente fijamente y a veces hasta la toca. Yo estoy francamente acojonado y creo que me voy a desmayar.

Os diría que vinierais si no fuerais unos blandengues incapaces de aguantar la música de vuestro tiempo, refugiados como ratas en el rock de los 80 y cosas peores.

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