27 de abril de 2024

MUCES 2013: Día 3

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Última crónica de la muestra de cine europeo de Segovia.

Último día en la ciudad del acueducto en el que no hemos querido dejar pasar la ocasión de exprimir al máximo la Muestra de Cine Europeo de Segovia, viendo otras tres películas bastante interesantes de las que os hablamos a continuación.

Después de ganar el premio FIPRESCI al mejor guión en el festival de San Sebastián, en la muestra MUCES hemos podido disfrutar de la nueva película del cineasta Bertrand Tavernier. Quai d’Orsay es una comedia disparatada en la que arremete contra la clase política, vista a través de los ojos de un periodista a quien el Ministro de Exteriores contrata para que le redacte un discurso para leer en las Naciones Unidas. Pronto el protagonista descubre que el ministerio es una casa de locos burocrática, empezando por el propio ministro, un ser desquiciante, auto convencido de entender de todo e híper meticuloso que cambia de opinión a la velocidad de la luz y que le hace reescribir el discurso una y mil veces. El humor verborreico de Quai d’Orsay aporta un ritmo frenético que por desgracia cae cuando, en los momentos que se presumen finales, Tavernier continúa con la película introduciendo una nueva trama que supone un alargamiento innecesario, llegando incluso a resultar aburrida. Quai d’Orsay es una película de diálogos y de actores, en la que todos y cada uno de ellos aporta a la cinta una personalidad única sin que ninguno de ellos sea prescindible. Pero por encima de todos destaca el irrefrenable Thierry Lhermitte con una actuación que sobrepasa los límites de la hilaridad. Una muy divertida película que peca de querer rizar el rizo hacia el final, estropeando la buena sensación que durante casi 90 minutos había conseguido provocarnos.

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Desde Suecia nos llega la ganadora del año pasado en el festival de Sevilla, Come. Duerme. Muere., una película que aborda, como tantas otras en estos tiempos, el tema de la crisis económica mundial, en esta ocasión desde la perspectiva del desempleo en un país tan solvente a simple vista como Suecia. La acción transcurre en un pequeño pueblo que subsiste gracias a la fábrica de conservas vegetales que da trabajo a la mayor parte de la población. Una de ellas es Raša, una adolescente de los suburbios que además de trabajar cuida de su padre que se encuentra impedido para ello. Cuando la crisis toca de lleno a la fábrica, Raša se queda sin trabajo y con ayuda de los servicios de empleo y de su capacidad de lucha, trata de salir adelante como puede. Come. Duerme. Muere. aborda el desempleo como el drama que es para quien lo sufre pero sin caer en excesos melodramáticos, con un gran componente realista que sobre todo su protagonista Nermina Lukac logra transmitir en todo momento. No faltan alusiones a la xenofobia fruto de la desesperación por la situación que se está viviendo en Europa, y que hace que inmigrantes llegados a Suecia en épocas de bonanza económica sean capaces de acusar a los recién llegados de quitarles el pan. De las películas que nos ha dado tiempo a ver en esta Muestra de Cine Europeo de Segovia, Come. Duerme. Muere. es la más redonda y coherente con el discurso que intenta transmitir.

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Y hablando de coherencia, ésta es la que brilla por su ausencia en The Arbiter, una producción estona dirigida por Kadri Kõussaar. The Arbiter es una película extrañamente perversa y perturbadora que utiliza una atmósfera de misterio en todo lo que acontece y que consigue fascinar en cada plano y en cada secuencia que, por sí solas logran captar todo nuestro interés. La cuestión es que entre ellas no existe esa coherencia argumental de la que hablaba. El guión deja muchísimas más preguntas que respuestas, hasta el punto de no llegar a entender ni siquiera los motivos que llevan al protagonista a actuar como una especie de nuevo Hitler dispuesto a borrar de la tierra a cualquier “deshecho” humano, ya sea por su escaso nivel intelectual o por considerar que su papel en la sociedad no es relevante para poder seguir viviendo. Kõussaar abusa demasiado de las elipsis narrativas, dejando lagunas importantes para poder seguir mínimamente el desarrollo de la historia. Por extraño que parezca, a pesar de tantas irregularidades, The Arbiter es una película capaz de enganchar y deslumbrar al más escéptico, gracias a entre otras cosas un gran trabajo de su protagonista el británico Lee Ingleby.

Termina nuestro pequeño periplo por la muestra MUCES de este año en la que, a pesar del poco tiempo del que disponíamos, hemos podido ver largometrajes inéditos en España muy apetecibles. Aun siendo una muestra poco conocida fuera de Segovia, la calidad de las películas proyectadas hace que sea una cita a tener en cuenta para cualquier cinéfilo que se precie. Esperamos que dure muchos años y que podamos volver a contároslo.

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