Metro Manila triunfa en los premios BIFA.
La película británica fue la preferida por los críticos del país, que anoche celebraron los logros de su cine en el año que ya acaba. Otros títulos que recordarán lo mejor del 2013 serán Locke, premio al guión, Starred Up, Filth y Le Week-end, estas últimas con menciones a sus actores.
El público de Sundance ya se decantó por Metro Manila a la hora de otorgar su premio, una cinta que cuenta las miserias de una familia que emigra del campo a la capital filipina. Ahí experimenta la condena de ser pobre y la imposibilidad del cambio. La fortuna se cruzará en el camino de Oscar Ramirez –brillantemente interpretado por Jake Macapagal– cuando conoce a un tipo que le ofrece todo cuanto había soñado por ser su sombra mientras ambos trabajan en una empresa de seguridad. El drama social va añadiendo toques de acción y thriller cuando las intenciones de este superior no son tan buenas como apuntaban, lo que dará un interesante giro narrativo. “Es un país emergente, claro que la línea que divide a ricos y pobres es enorme, pero la película no trata esto, no es una película política, sino sobre un hombre y su familia. El único motivo de rodar en Filipinas fue que la historia nació ahí y que en términos de producción tuvimos muchas ventajas”, explicó el director.
La película triunfó como mejor película, mejor logro de producción y mejor director. Sean Ellis ya consiguió cierta relevancia con su primero corto y luego largo, Cashback. Nueve años después, ni la historia ni la narrativa tienen nada que ver con ese relato onírico de un chico que no podía dormir. Sin embargo, Ellis reconoce que nunca podría rodar una historia que no le enamorara, ya que “dar dos o tres años de tu vida a algo que no te apasiona, no tiene sentido”. La personal obsesión del director fue fruto de una discusión que presenció en Manila entre dos guardias de seguridad. “Pensé que eso acabaría con algún disparo, pero no, se dieron una patada, se metieron en el camión y se fueron”, recordó Ellis sobre la escena que abre el clímax de la película.
Además, ver Metro Manila es ser testigo del auténtico viaje que hizo Ellis para sacar adelante su tercer largometraje: “Hipotequé parte de mi casa, pero ya hemos recuperado la inversión. Al principio necesitaba 250.000 libras, pero fue imposible. Me preguntaban: ‘¿Puedes hacerla en inglés? ¿Puedes poner a un actor americano?’ Bajé el presupuesto al mínimo, y la gran suerte fue el apoyo que nos dio mucha gente que quería que la película saliera adelante. Una aerolínea asiática nos prestó un avión gratuitamente a cambio de que el hijo del propietario pudiera ser el piloto. Una empresa de seguridad nos dejó los uniformes y camiones, e incluso nos cedieron a los empleados siempre y cuando trabajáramos en sábado y domingo. Tuvimos muchas ayudas de producción, simplemente tuvimos que ser inteligentes con los horarios y ajustarlo. Y al final lo hicimos por menos dinero del previsto”.
El director reconoció además la importancia de confiar en los actores, ya que pese a dominar su inglés natal, rodaron en tagalo, del que Ellis no conoce literalmente nada. “La comunicación es algo muy primitivo, el lenguaje corporal, lo que la gente no dice, es increíble verlo cuando no estás pendiente de las palabras, te permite concentrarte en la actuación y sabes cuándo no es honesto. En todo momento sabía en qué punto emocional estaban”, aseveró frente a sus actores principales, quienes compartían su entusiasmo. “Mi ánimo está por todas partes, porque voy de la euforia a la depresión. ¿Qué voy a hacer ahora?”, bromeó.
Tanto John Arcilla como Jake Macapagal acompañaron a Ellis toda la noche como si de una tríada de directores se tratara, en parte debido a que ninguno de los dos vio su nominación convertida en premio. Mientras el primero se lo cedió a Ben Mendelson, mejor actor de reparto por Starred Up, Macapagal lo hizo con Chloe Pirrie, la nueva promesa oficial del cine británico por su interpretación de Shell en la película homónima. “No fue difícil ponerme en la piel de una chica de 17 años –contó la escocesa–, porque supongo que no es una época tan lejana para mí, o por lo identificada que me sentía con ella. Cuando acabamos de rodar estaba tan cansada, que sencillamente me quedé dormida. No desconecté y dos semanas después todavía tenía el personaje dentro de mí, no pude volver a mi vida habitual hasta pasado cierto tiempo”.
Por su parte, la categoría de mejor actriz principal estuvo iluminada por una sonriente Lindsay Duncan, que encandiló en Le Week-end con su tierna interpretación de una mujer de edad recuperando la chispa de la vida y del amor, en un paseo por París con su admirado Jim Broadbent. Ambos se pusieron en las manos de Roger Michell, artífice de Notting Hill, que tras unir a Diane Keaton y Harrison Ford en Morning Glory ha seguido explorando las edades maduras con dos de los actores británicos más prolíficos. “Es maravilloso formar parte de la generación que fue joven en los 60. Nosotros lo reinventamos todo: el sexo, la política, las drogas, la música. La edad nunca tenía que ser un problema, pero lo es… aunque es muy humano ver cómo uno se hace mayor”, comentó Duncan.
Ésta era la primera ocasión que los BIFA nominaban a una de sus grandes del teatro, aunque el cine siempre le guarda un sitio desde hace cuatro décadas, en las que dice no haberse preocupado mucho de los grandes premios. “Me encanta estar aquí, esto tiene sustancia. Estoy encantada con la película, con la nominación, no podía estar más contenta. Los Óscars… Esto es cine independiente, ¡aquí es donde quiero estar! Esto siempre es un reto. Todo lo que vale la pena es un reto, requiere un esfuerzo, hace que nunca des nada por sentado”, aseguró tras haber batido a la gran Judi Dench, a quien muchos auguran precisamente una nominación a los Óscar por su Philomena.
Aunque también era su primera nominación, Imogen Poots es ya un rostro muy conocido dada la cantidad de papeles que ha atesorado en los últimos años. Encarnar a la hija del magnate inglés Paul Raymond en la comedia The Look of Love le valió su primer BIFA, sin dar opciones a Mia Wasikowska, Shirley Henderson o incluso Kristin Scott Thomas.
También fueron unos ciertos aires de magnate histriónico los que le dieron a James McAvoy su primer BIFA, que recogió emocionado como muestra de su “respeto” por estos premios, que valoran el cine hecho por y para británicos. Sin embargo, no siempre consideró igual el arte de su país: “Cuando era pequeño pensaba: ‘¿Una película británica? Será una mierda, no voy a verla’”. Su soberbia interpretación de las luces y las sombras de un policía corrupto y drogadicto en Filth no sólo será una referencia en el cine de su país, sino en la propia carrera del actor. “Estoy muy orgulloso del personaje y muy triste por no poder volver a interpretarlo. Es el único personaje que echaré de menos, junto con MacBeth. Ha sido un trabajo único, creo que traducir a Irving Welsh al cine es algo muy difícil y también bonito, indecente e hilarante, raro; hay que hacerlo bien y entretenido, aunque sea a veces ofensivo para el público”, señaló el escocés sobre el autor de Trainspotting.
La película se convirtió pocas semanas después de su estreno en uno de los mayores éxitos del año, llegando a recaudar cuatro millones de libras en taquilla. “Cuando la tuvimos hecha –contó el actor sobre Filth–, nos dijeron que iría bien si hacíamos dos millones en taquilla, y recaudamos casi el doble del presupuesto. No es que el dinero sea todo, no me importa especialmente, pero es un indicador de que las películas independientes pueden hacer buena taquilla. Las películas británicas pueden hacerlo, con nosotros, para nosotros, desde nosotros… ¡Solos, independientes! Podemos sacar beneficios y hacer más cine, sin siquiera venderlo a otros países. A veces olvidamos nuestras propias necesidades culturales, hacer algo nosotros para nosotros. Es difícil conseguir que los productores se motiven, lo único que ven es ‘qué puedes hacer tú que me dé dinero a mí’. Es difícil conseguir que los productores sean valientes. Puedes hacer una película por cinco libras, pero si la anuncias con 20 millones, harás que la gente vaya a verla, aunque luego se enfrenta a la competencia de las películas que han sido hechas con 100 millones. Pero sin duda la cuestión es conseguir el dinero para anunciarlas bien y para que puedan competir. Quizá el VOD [Video On Demand] vaya a cambiar el sistema, porque quizá los estudios dejarán de ser tan importantes. Pero Filth ha llegado donde ha llegado gracias a esa promoción y a unos productores que se han arriesgado, también motivados por la controversia creada, a veces chocante, a propósito, a veces vulgar, también a propósito, no sólo porque queríamos que se hablara de ella, sino porque el argumento ya lo fomenta”, reflexionaba McAvoy sin soltar su premio.
Como apuntaba el intérprete, el gran debate de la noche giró en torno a qué hace independiente una película. Contar con pocos medios es un reto, pero cuando además se es un neonato en la industria, esto puede convertirse en un hito, algo que busca subrayar el premio Raindance, nombre de la organización fundadora de los BIFA y del Festival homónimo de cine independiente. El premio recayó este año en The Machine, la cinta que cuenta la historia de amor entre dos informáticos mientras crean un poderoso robot. “La película ha tenido un recorrido excelente en festivales –contó su director, Caradog W. James, ha vendido todas las entradas en general, ojalá que también pase cuando se estrene en salas comerciales. Hemos estado en muchos festivales fantásticos o de ciencia-ficción, recuerdo especialmente el Festival de Sitges, porque ahí la gente está volcada con el género, es una experiencia maravillosa”.
Por otro lado, mientras la brillante The Imposter se alzaba con la mención al mejor documental hace sólo un año, Pussy Riot: A Punk Prayer tomaba su relevo anoche. “¿Quién no querría hacer una película con ellas? –se preguntaron su productor y director–. Fuimos a Rusia, nos hicimos amigos y seguimos su historia. La mayoría de rusos cree que tienen lo que se merecen, porque muchos están en contra de lo que hicieron en la catedral. Pero desde que están en la cárcel han motivado un debate sobre las condiciones en la cárcel y sobre los motivos por los que mucha gente es encarcelada. Y con esto creo que se han ganado un respeto en Rusia que antes no tenían”, expresaron los directores Mike Lerner, Maxim Pozdorovkin. Aclamado en todos los festivales por los que ha pasado, este documental tiene opciones de citarse con los premios de la Academia, cuya gala arrancará el mismo día y a la misma hora en la que una de las dos activistas que sigue en prisión será liberada.
Un titular algo diferente sobre las artistas rusas es que anoche dejaron sin premio a Ken Loach, nominado por el que en principio es su último largometraje, el documental, The Spirit of 45. En cierto modo como homenaje, su equipo de productores recibió el premio especial del jurado. “Juntos sumamos más de 100 años de experiencia en la industria cinematográfica. No somos un equipo que trabaja sólo en una película, sino que traspasa la frontera de lo que es el cine. Es muy triste que ésta sea su última película, todos intentamos convencerlo de que haga más, sólo es un jovencito de 77 años. Siempre buscamos ‘la siguiente película de Ken Loach’”, señalaron los miembros de Sixteen Films & Friends, que, al igual que las películas del irlandés, su historia es la de una comunidad con un objetivo común.
Y de su propia comunidad es de la que quiso hablar Paul Greengrass al recibir su premio Variety por contribuir a exportar la cultura británica. El director de Capitán Phillips se unió a la lista que el año pasado engrosaba Jude Law como si el premio hubiera sido creado específicamente para él. Y es que Greengrass monologó y casi dialogó consigo mismo sobre el significado del galardón y la importancia de los BIFA tanto dentro como fuera de tierras británicas. “La independencia es lo que de verdad mueve”, profetizó, antes de dar a entender que ser cineasta británico hoy es lo mejor que le puede pasar a uno: “En 2001 yo entré en esta industria, y todo tuvo un impacto muy grande en mí, me sentí parte de una comunidad de cineastas envuelto en un proyecto compartido. Miras las películas de esta noche, y es impresionante la diversidad, el rango de contenido, de inventiva, y cómo todo es tan distintivamente británico. Los cineastas británicos están en demanda globalmente. La gente sabe que hacemos buenas películas, nos demandan. Es un tiempo muy rico y fértil. Sé que es un debate eterno, pero no soy de los que se queja. Se ha avanzado muchísimo en los últimos 25 años, y no minimizo el problema del acceso a la financiación, pero lo que tenemos ahora es único”.
Además, Greengrass aprovechó para restarle importancia a una noticia que recientemente señalaba que sólo el 7% de las películas producidas entre 2003 y 2007 en suelo británico han conseguido beneficios, “algo que sucede en cualquier parte del mundo”. “Ésta no es la manera en que juzgar la industria del cine. Basta pensar en Slumdog Millionaire, El discurso del rey, Philomena este año o Skyfall, una de las franquicias más grandes de todos los tiempos, hecha en Reino Unido, con equipo autóctono y un éxito enorme. Ésta, la nuestra, es una historia de éxitos y con ellos vienen las opciones y la necesidad de construir crecimiento y sostenibilidad. Ni de lejos estamos de donde estábamos en los 80, haciendo películas que nadie quería ver. Creo que podríamos hacer más para que las películas británicas llegaran a las salas, para que llegaran a la televisión y para que se vendieran fuera”, remató, augurando un futuro muy próspero para el audiovisual en su país y moviendo cantidades de dinero “colosales”.
Por su parte, el apartado internacional anunció lo que estaba cantado y gemido por las chicas que han robado la cartelera de 2013. Y es que Blue is the warmest color, como recordarán los británicos a La Vida de Adèle, cuenta ya con un (enésimo) galardón más. La película batió en el apartado internacional a un título también azulón, Blue Jasmine, dirigida por un Woody Allen que bien podría ser el responsable de otra de las nominadas, Frances Ha, una refrescante película que sigue a una ingenua veinteañera perdida en Nueva York, La cinta de Abdellatif Kechiche también dejó sin premio a la apoteósica La gran belleza y a Wadjda, la película producida entre Alemania y Arabia Saudí.
La magnética voz de Natascha McElhone convirtió a Metro Manila en la mejor película de 2013 y en el éxito de los BIFA. Sin embargo, su escenario representó abanico del que hablaba Greengrass, mostrando una diversidad de películas muy dispares, donde se echaron en falta dos de los títulos del año: The Selfish Giant, la cinta de Clio Barnard que sólo se hizo con el mejor logro técnico por su labor de casting, y Philomena, que no ganó en ninguna de sus cuatro nominaciones. Aunque ambas parecían tener grandes opciones de hacerse con el mejor guion, éste finalmente recayó en Locke, una cinta con aires de Buried (Rodrigo Cortés), en la que un solitario Tom Hardy conduce desde Birmingham a Londres manteniendo diferentes conversaciones por teléfono. “En realidad no fue uno de los trabajos más difíciles –explicó Hardy–, fue diferente, pero en realidad era como estar en la radio, tenía la cámara delante y ya está, locutaba mis líneas”.
Aunque su actuación ha recibido grandes elogios a su paso por festivales, no superó los elegantes excesos de la actuación de McAvoy. “Los premios no están mal. Es genial tener trabajos, acabarlos, que te paguen, y también los premios, claro. Pero creo que es como con los tatuajes: si te haces demasiados, luego te sobran”, comentaba el actor antes de confirmar que no será éste el año de su BIFA.
Pese a irse a casa sin premio, Hardy fue una de las estrellas más esperadas sobre la brillante alfombra roja, que un año más demostraba que el cine más arriesgado que llega a los cines británicos también puede vestirse de glamour y photocall. El jurado compuesto por Julien Temple, Roland Gift o Ate de Jong cerró la edición número 16, presentada de nuevo por James Nesbitt, en una noche de diversidad y talento, que pasará a la historia en tagalo antes que en inglés.
Palmarés de los British Independent Film Awards 2013
Mejor Película Británica
- Metro Manila
- Philomena
- The Selfish Giant
- Starred Up
- Le Week-end
Mejor Director
- Jon S Baird – Filth
- Clio Barnard – The Selfish Giant
- Sean Ellis – Metro Manila
- Jonathan Glazer – Under the Skin
- David Mackenzie – Starred Up
Mejor Dirección Novel
- Charlie Cattrall – Titus
- Tina Gharavi – I Am Nasrine
- Jeremy Lovering – In Fear
- Omid Nooshin – Last Passenger
- Paul Wright – For Those in Peril
Mejor Guion
- Jonathan Asser – Starred Up
- Clio Barnard – The Selfish Giant
- Steven Knight – Locke
- Hanif Kureishi – Le Week-end
- Jeff Pope, Steve Coogan – Philomena
Mejor Actriz
- Judi Dench – Philomena
- Lindsay Duncan – Le Week-end
- Scarlett Johansson – Under the Skin
- Felicity Jones – The Invisible Woman
- Saoirse Ronan – How I Live Now
Mejor Actor
- Jim Broadbent – Le Week-end
- Steve Coogan – Philomena
- Tom Hardy – Locke
- Jack O’Connell – Starred Up
- James McAvoy – Filth
Mejor Actriz de Reparto
- Siobhan Finneran – The Selfish Giant
- Shirley Henderson – Filth
- Imogen Poots – The Look of Love
- Kristin Scott Thomas – The Invisible Woman
- Mia Wasikowska – The Double
Mejor Actor de Reparto
- John Arcilla – Metro Manila
- Rupert Friend – Starred Up
- Jeff Goldblum – Le Week-end
- Eddie Marsan – Filth
- Ben Mendelsohn – Starred Up
Nueva Promesa
- Harley Bird – How I Live Now
- Conner Chapman / Shaun Thomas – The Selfish Giant
- Caity Lotz – The Machine
- Jake Macapagal – Metro Manila
- Chloe Pirrie – Shell
Mejor Logro en Producción
- A Field in England
- Filth
- Metro Manila
- The Selfish Giant
- Starred Up
Mejor Logro Técnico
- Shaheen Baig – Casting – Starred Up
- Johnnie Burn – Sound Design – Under the Skin
- Amy Hubbard – Casting – The Selfish Giant
- Mica Levi – Music – Under the Skin
- Justine Wright – Editing – Locke
Mejor Documental
- Pussy Riot – A Punk Prayer
- The Great Hip Hop Hoax
- The Moo Man
- The Spirit of ‘45
- The Stone Roses: Made of Stone
Mejor Corto Británico
- L’Assenza
- Dr Easy
- Dylan’s Room
- Jonah
- Z1
Mejor Película Independiente Internacional
- Blue Is the Warmest Color
- Blue Jasmine
- Frances Ha
- The Great Beauty
- Wadjda
Premio Raindance
- Everyone’s Going to Die
- The Machine
- The Patrol
- Sleeping Dogs
- Titus
Premio Richard Harris Award
- Julie Walters
Premio Variety
- Paul Greengrass
Premio Especial del Jurado
- Sixteen Films & Friends