Las apariencias engañan.
Dennis Lehane, uno de los mejores escritores estadounidenses de novela negra, puede presumir de su buena suerte en el mundo del cine y la televisión. Mystic River, una de sus obras más reconocidas, fue llevada a la gran pantalla con mano maestra por el gran Clint Eastwood. Otro de sus libros, Adiós, pequeña, adiós, sirvió de base a Ben Affleck en su notable ópera prima como realizador. Por si fuera poco, Martin Scorsese logró un más que entretenido thriller con la adaptación de Shutter Island, versión de la novela homónima del popular autor. El cineasta italoamericano y el escritor volverían otra vez a formar equipo en la prestigiosa serie de televisión Boardwalk Empire, donde Lehane asumió labores de productor y guionista. En la pequeña pantalla, además, el novelista también dejó su impronta en algunos libretos de The Wire (Bajo escucha), todo un hito del medio en el siglo XXI.
La buena racha de Lehane con el mundo audiovisual prosigue con La entrega, donde escribe un guión basado en uno de sus relatos, Animal Rescue. El encargado de dirigirlo es Michael R. Roskam, el responsable de la interesante Bullhead.
Curiosamente, la trama que ha ideado el popular novelista guarda algunas similitudes con aquella cinta belga, que se desarrollaba en el mundo del contrabando de hormonas para ganado. Nos encontramos de nuevo con un protagonista con muchas sombras, un antiguo secreto que acabará provocando imprevisibles consecuencias y un entorno mafioso.
La película sigue los pasos de un camarero que verá cómo su tranquila vida da un vuelco cuando el bar donde trabaja, que regenta su primo y pertenece al hampa, sufra un robo. Las investigaciones del suceso removerán un hecho del pasado. Al mismo tiempo, el personaje se enamorará de una joven cuando intenta salvar a un perro maltratado.
Conviene no saber mucho más de una trama que guarda bastantes sorpresas. No obstante, La entrega está lejos de ser un mero whodunit donde lo único importante sea adivinar quién es el culpable. Como en la mayoría de las adaptaciones de Lehane, el paisaje y el paisanaje se imponen a la mera intriga. En este caso, el guión nos traslada a un barrio obrero como Brooklyn, donde se mueven unos personajes tristes acostumbrados a perder.
Un espléndido Tom Hardy, que ya sorprendió con su papel en Locke, da vida a un camarero solitario repleto de luces y sombras, mientras que James Gandolfini, en su último papel antes de su inesperado fallecimiento, aporta humanidad a su tío, un tipo frustrado por haber perdido un bar que antes era de su propiedad y ahora se encarga de regentar. Por último, Noomi Rapace encarna con sensibilidad a una mujer que encuentra en el personaje de Hardy a un hombre que le ayuda a huir de un pasado donde fue víctima de la violencia doméstica.
No obstante, la cinta es ante todo un espléndido análisis sobre las falsas apariencias que demuestra que hay mucho lobo con piel de cordero.
