26 de abril de 2024

Críticas: Messi

M e s s i.

Messi - Cinema ad hoc

En determinado momento de la reciente The Second Game (Ai doilea joc, Corneliu Porumboiu, 2014), uno de los personajes apela a la capacidad del espectáculo deportivo para autoconsumirse y agotarse en sí mismo, aportando para ello el argumento de que nadie estaría interesado en ver una película sobre las hazañas de Leo Messi dentro de unos años. Sin embargo, los aficionados a la narrativa del deporte somos plenamente conscientes de que incluso la historia del personaje en apariencia más aborrecible se desarrolla en un contexto con posibilidades de extraer matices.

No hace falta conocer mucho acerca del proyecto de Messi para saber que sus intenciones son diametralmente opuestas a las de la obra de Porumboiu y otras tantas que miman el contenido, pero sus huecas hechuras parecen otorgar la razón a aquellos que todavía contemplan los relatos deportivos como el vacío más absoluto. El hecho de estar dirigida por Álex de la Iglesia y escrita por Jorge Valdano podía incluso hacer presagiar un producto sumamente chanante, pero el primero se limita a llevárselo fresco –suponemos– y el segundo a aportar una visión maniquea que nos retrotrae a un discurso ya caduco e implacablemente aplastado por los acontecimientos, en el que el buen fútbol procedente de Barcelona se imponía con holgura sobre la malvada rigidez de la capital. No, no existe el más mínimo claroscuro en esta suerte de reunión de antiguos alumnos que propone el documental: la única dicotomía presente es la que sugiere el enfoque del propio personaje, al que se otorga la condición de santo en vida a pesar de subrayar constantemente que se trata de un tipo normal, amigo de sus amigos y enamorado de la misma mujer desde un día que jugaba a la Play mientras merendaba con sus amigos de Rosario.

También hay superación, claro. Las declaraciones elogiosas de los compañeros, profesores o periodistas que se reúnen en distintas mesas del mismo restaurante –lo más grave que se puede escuchar de su boca es que “no le interesaban los estudios, tenía otras prioridades”– se alternan con una reconstrucción de cartón-piedra de la infancia de Leo en la que se transita de aquel chaval que no podía jugar con los mayores y sufría acoso por su estatura al drama del coste que suponía el tratamiento hormonal para una familia humilde. No hace falta ser muy avispado para adivinar qué club se ofreció a sufragar los gastos del mismo, no sin antes atravesar unos acalorados debates internos en la directiva que también son recreados con detalle. Además de inane, esta parte resulta tremendamente obvia: no es necesario estar mínimamente interesado en el personaje para haber escuchado la epicidad del relato de boca de tu cuñado ebrio o al haber quedado atrapado de repente en cualquier fuego cruzado de barra de bar. Por instantes parecemos volver a los tiempos de Real: La película (2005), cuando las horas deportivamente más bajas del club blanco requerían (?) de una propaganda cinematográfica a la altura, pero sin alcanzar ni una milésima parte del carisma mesiánico de aquella.

Así, sin llegar a aportar nada realmente novedoso sobre el personaje, Messi se ocupa de espantar con simulada sutileza la posible sombra de cualquier escándalo sobre la figura del que, indiscutiblemente, es uno de los dos mejores futbolistas de la actualidad. Leo dedica cada gol a su abuela fallecida, se siente “más argentino que el dulce de leche” y mantiene el contacto con sus amigos de la infancia; ahora no nos queda ninguna duda. Pero el reclamo de ver una película de Álex de la Iglesia sin Carolina Bang no es suficiente para compensar la desangelada hagiografía de un supuesto santo de 27 años que conserva la capacidad de reivindicarse sobre el césped, sin tan siquiera un clímax épico –como podía haber sido la conquista del Mundial– que justifique toda la parafernalia desplegada. Todo resulta innecesario y terriblemente inoportuno, incluso podría afirmarse que un dulce regalo para sus detractores de no ser por una planicie cinematográfica que hace difícil extraer algún jugo del asunto.

Bonus track:

Messi - Cinema ad hoc

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