20 de abril de 2024

Críticas: The Interview

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James Franco y Seth Rogen contra Kim Jong-Un.

Esta es la película por la cual Sony Pictures recibió ciberataques y amenazas (incluso directamente a la vida de los trabajadores) que obligaron a cancelar su estreno. No es de extrañar que ante semejante respuesta por parte del gobierno de Corea del Norte la expectación haya sido creciente. Gracias a que varias personalidades (incluido Barack Obama) se pronunciaron a favor del estreno de la película, éste finalmente sí se llevó a cabo. Dicho esto, y en relación a los sucesos de Charlie Hebdo a los que el propio James Franco ha hecho referencia, no hay lugar a dar más vueltas al hecho de que censuraran esta película. Es absurdo y todos lo sabemos. Claro que después de verla se entiende un poco más. Es comprensible que tacharan a la película de “animar un ataque terrorista” porque cualquiera querría matar a Kim Jong-Un, que es lo que hacen, precisamente. No sin antes humillarle, claro.

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En The Interview vuelven a unirse Seth Rogen y Evan Goldberg en la dirección, repitiendo tras la gran aceptación de This is the end. En esta ocasión, Dave Skylark, James Franco, amanerado presentador de un conocido programa de entrevistas a personajes de la farándula, y su “productor” o lo que en nuestro país llamaríamos Realizador, término inexistente en la industria americana,  Aaron Rapaport, Seth Rogen, consiguen una entrevista exclusiva con Kim Jong-Un, dictador de Corea del Norte. Hasta aquí la parte más divertida de la película. Pero divertida de verdad. La primera escena de la película marca un poco de qué nos vamos a reír (y tanto que nos reímos). De los disparates que los personajes suelten por la boca. El primer escenario, la productora donde ambos son compañeros hace una crítica al modelo de televisión americana presentando a Skylark como una especie de extravagante Willy Wonka / Mario Vaquerizo de gestos exagerados que rozan la pantomima delante de las cámaras y que sin embargo hace muy bien su trabajo, y detrás de ellas un tío simplón, un animal party fiel amigo de sus amigos. Sin embargo el programa (de gran audiencia eso sí) nutre sus contenidos con cotilleos tipo quién es calvo en Hollywood, quién es gay, a quién se le ha visto qué o quién se ha tirado a una cabra. Hasta aquí la crítica a la televisión. Independientemente de eso, The Interview es una historia de colegas. Como Pineapple Express, en las que ambos pasan por peripecias por ayudarse el uno al otro, en la que Franco, irreflexivo, toma las decisiones por los dos y Rogen tiene que pagar las consecuencias.

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Me cuesta calificar una comedia, es obvio que si me ha hecho reír, al menos conmigo ha cumplido su cometido, pero ¿quién soy yo para juzgar qué es gracioso? Sin embargo sé varias cosas. Que es arriesgada (a los hechos me remito), que los personajes tienen sentido, que encajan el uno con el otro como han hecho siempre, que la química es indiscutible, palpable, que son amigos de verdad, que el vínculo que los unió en Freaks and Geeks les sigue uniendo hoy, que hay una clara actitud crítica hacia la citada Corea y su estado de gobierno (¿Cómo ridiculizar a un dictador? Usemos lo que sabemos, que parezca afeminado, que tenga conflictos por ser una nenaza para papá, y que sea un manipulador, putero y snob con poder), que también hay una flagrante crítica a los contenidos de la televisión americana “les damos mierda, ellos quieren mierda y nosotros se la damos” dice Skylark a Rapaport. Como por ejemplo Joseph Gordon-Levitt acariciando cachorritos. Sin embargo podía haber sido una tremenda chorrada, y en parte lo es porque es su intención, pero también es una historia de amistad en un viaje en el que al final lo que se pretende es que el mundo, y lo que es más importante: la ciega población del país, vea la verdad sobre su dictadura. ¿Acaso no es motivo suficiente para elevarla? Y corre sangre para conseguirlo, oh sí, pero aun así, ni en los momentos más sangrientos se renuncia al chiste. ¿Cómo? Con la banda sonora. Tiene un protagonismo especial en las secuencias de montaje tal que nos saca una sonrisa solo con el contrapunto que consigue. Resumiendo: Si te gustó Pineapple Express, te tiene que gustar.

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