11 de diciembre de 2024

Críticas: Pos eso

fotograma 06 la virgen

Cuestión de género.

Damián es el hijo del gran torero Gregorio, fallecido en dramáticas circunstancias. Y de Trini, bailaora flamenca de fama universal, retirada de los escenarios tras la muerte de su esposo. El niño da muestras de tener un carácter casi diabólico, tanto que deben pedir ayuda profesional para exorcizar al pequeño. El padre Lenin tratará de salvarlo.

La animación fotograma a fotograma con muñecos de plastilina y decorados construidos a escala, apoyados por efectos digitales continúa su evolución con Pos eso, primer largometraje dirigido por Sam (Samuel Ortí Martí), profesional muy curtido como animador de cine, televisión y realizador de cortometrajes producidos también con la técnica del stop motion, como Vicenta, nominado al Goya en 2011. La factura técnica resulta impecable y la narración casi siempre se muestra dinámica, salvo en alguna secuencia que ralentiza o desentona en el desarrollo. Por curiosidad, merece ser resaltado que uno de los implicados dentro del equipo técnico es Pablo Llorens, otro profesional de la animación en décadas anteriores, con trabajos similares como las premiadas Gastropotens II y Caracol col col, a los que además se homenajea directa o indirectamente, tanto en la temática como en el aspecto visual de Pos eso.

fotograma 04 Damian

Por supuesto hay que mencionar el gran trabajo del departamento sonoro, en cualquiera de sus apartados. Tanto el doblaje de los actores Alex Angulo, Mariví Bilbao, Concha Goyanes y Anabel Alonso, que potencian la humanidad de sus personajes. Como en el uso de efectos, ambiente sonoro y una partitura musical que acompañan perfectamente las imágenes.

Resultará un poco pesado hacer una lista de films a los que se homenajea, pero el juego narrativo del film implica enumerar una sucesión de referencias obvias a taquillazos como El exorcista, Poltergeist, Posesión infernal, La profecía y otros títulos de terror. Aunque quizás resulta más interesante en cuanto a las referencias de películas menos recordadas como Las cosas del querer, Constantine y, por el duelo final, incluso a Cruce de caminos de Walter Hill. Además de varios guiños a la comedia cinematográfica española en general. Y los casos de Pedro Almodóvar y Álex de la Iglesia en particular. Lo mejor es que dichas referencias están integradas en el guión con mayor o menor fortuna, pero tratando siempre de mantener una unidad dramática y no separando unos gags de otros, aunque en algunas ocasiones no se consiga del todo ese desarrollo unitario. La secuencia de apertura remite a las aventura de Indiana Jones, en este caso vestido de sacerdote e imitado por el padre Lenin, un religioso encargado de hallar tesoros antiguos y sagrados con la misión de recuperarlos para la Iglesia. Un inicio que resulta ser una buena sorpresa después de haber visto el material promocional de la película, teaser y trailer, empeñados en mostrarnos al muñeco que satiriza a Belén Esteban, un aliciente comercial para atraer espectadores que no irían de otra manera a las salas de cine. Aclaremos que en cuanto a promoción, Pos eso juega esa misma baza que los trailers y anuncios de televisión de los años setenta y ochenta en los que se echaba toda la carne en el asador directamente, como si fuera un papel de celofán envolviendo lo más impactante del film. Un método publicitario que por una parte genera expectativas y por otra puede causar rechazos de un público más interesado en el cine fantástico.

fotograma 10 C. Jesus

Este juego a dos bandas se fractura demasiado en la elección del tono, porque en algunos momentos Pos eso se presenta como un largometraje de terror puro y duro, con un estilo visual y un tratamiento dramático como el de la masacre familiar o la visita a la gitana, que descolocan respecto a la comedia negra y la sátira plasmadas en el resto del film. Tal vez si se hubiera elegido como género solo el terrorífico, Pos eso sería una propuesta muy interesante. Al menos tan interesante como otro largo de animación del año 2012, O apóstolo que, sin ser redonda del todo, sí apostaba más por el fantástico y el terror, acompañada de cierta retranca humorística. Pero el tratamiento actual es más propio de un film en el que no desentonaría un cartel con la cabecera del semanario El jueves, que presentara Pos eso.

De todas maneras resulta una producción muy bien acabada técnicamente, con críticas afiladas -y muy acertadas- dirigidas contra los programas y prensa del cotilleo, así como el mundo del toreo y el negocio de la iglesia católica. Si también hubiera arremetido contra el fútbol y la política, podría ser considerada como todo un film antisistema.

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