19 de marzo de 2024

Entrevistas: Patrice Leconte

Patrice Leconte

Un veterano vuelve a los cines

La penúltima película estrenada en salas comerciales en España fue Mi mejor amigo (2006) Después de nueve años en los que sus largometrajes han sido presentados en festivales de cine o estrenados en dvd, llega No molestar, la nueva película dirigida por Patrice Leconte. Un director francés que fue encumbrado por la prensa especializada al podio de los realizadores imprescindibles, a finales de los años ochenta y principios de los noventa, con dos largometrajes evocadores como fueron Monsieur Hire y El marido de la peluquera. Leconte suele intervenir como coguionista o adaptador de las obras que han dado lugar a su filmografía. También ha trabajado como operador de cámara en la mayoría de sus films desde Tandem, producido en el año 1987. Quizás lo justo sea referirnos a Patrice Leconte como un autor implicado en el proceso total de sus películas, más recordado y galardonado por sus dramas y películas de suspense que por sus comedias, género en el que demuestra muy buen oficio. Un autor que además ha dirigido documental y cine de animación, además de varios cortometrajes y segmentos para films colectivos. Charlamos con él durante la promoción de su nuevo film, conscientes de que hacer comedia debe ser bueno para la salud, viendo el buen aspecto que demuestra un cineasta casi septuagenario.

– ¿No molestar surge como un trabajo de encargo o como un proyecto propio?

Patrice Leconte: Es una obra de teatro que se representó con gran éxito en París. El productor me recomendó que acudiera a verla y me dijo que se podría hacer una buena película con ella. Fue una sugerencia que aceptamos porque se podía realizar una buena comedia cinematográfica, no teatro filmado sino algo más enfocado al ritmo del cine. Sí, aunque empezó siendo un encargo, pero a menudo necesito que me sugieran ideas. No cae todo del cielo.

– ¿Porqué no mantuvo a ningún actor o actriz del elenco original de la obra de teatro en la película?

P.L.: En el teatro el papel de Michel lo interpretaba Fabrice Luchini y él me dijo que no quería interpretarlo en el cine porque ya lo había hecho durante demasiadas representaciones en escena. Para mí fue la oportunidad de trabajar con Christian Clavier porque llevaba mucho tiempo queriendo trabajar con él. Era muy importante que no estuviera solo Clavier en la película y el resto de actores del reparto no fueran tan conocidos como él. Por eso no pudimos elegir a los actores de la obra de teatro ya que no eran tan conocidos como los que seleccionamos para el casting del film. Y además tenía ganas de hacer algo totalmente nuevo, distinto a la obra teatral.

No molestar
No molestar

– ¿Es la primera vez que rueda casi toda la película con la misma duración de tiempo tanto de la historia como del guión y metraje, a tiempo real?

P.L.: Sí. El decorado único, el piso, todo el complejo con el descansillo, las escaleras y todo el escenario nos permitía, a grosso modo, rodar de manera cronológica. Resulta muy agradable porque no es la manera en que se puede rodar habitualmente. El rodaje era rápido. Me gusta cuando las cosas van rápidas porque hay energía, ritmo, tempo. Para los actores y para el equipo de iluminación era lo mismo. Esto nunca pasa, poder rodar de forma cronológica, pero en esta ocasión pudimos hacerlo.

– ¿Rodó con una cámara, planificación en cine estricto? ¿O uso varias cámaras a la vez, un sistema similar a una grabación de televisión?

P.L.: En la película soy yo mismo el operador de cámara, yo la manejo. Nunca me gusta rodar con varias cámaras al mismo tiempo porque me gusta ser yo el único. Había decidido rodar cámara al hombro para ser más dinámico y más rápido dentro del plató, de las instalaciones. Hay un momento en el que teníamos dos cámaras, cuando se cargan la cañería. Eso iba a ser un horror hacerlo dos veces, así que usamos dos cámaras para rodarlo en una sola toma.

– ¿Tiene influencias de otros cineastas o artistas? ¿También se ha inspirado en la en Molière y otros dramaturgos como Feydeau?

P.L.: Soy múltiple, soy multicolor porque voy mucho al cine, voy mucho al teatro y también leo mucho. No tengo maestros pero hay muchos cineastas y películas que me encantan. Es verdad que en una película como esta hay una tradición que pasa por Molière y Feydeau. Sobre todo porque Molière era único para señalar los defectos de la sociedad. El avaro, El enfermo imaginario, el egoísta también podía ser una obra de ese autor y también de Feydeau, de la tradición. Con la comedia francesa, la comedia de enredo. Con personajes que abren una puerta, se encuentran a otros personajes y dicen “qué hace este aquí”. Es cine con un gusto por el teatro.

No molestar
No molestar

– Al ser un trabajo que se apoya tanto en los actores, sobre todo en cuanto a los diálogos ¿hubo variaciones o utilizó un guión férreo?

P.L.: El guión estaba muy escrito, muy cerrado. Me gusta cuando puedes respetar el texto y consigues el ritmo. Cuando cambias situaciones, transformas ese ritmo. Por eso fuimos fieles al guión. Si acaso hay un momento de improvisación es cuando Rossy (de Palma) murmura en español, farfulla en la cocina. Yo no era capaz de escribir sus diálogos en español porque ni siquiera sé lo que dice. Eso sí fue improvisado.

– ¿Es consciente de haber influido en directores franceses actuales como Oliver Nakache y Eric Toledano. O bien Ruben Alves, François Ozon o Jean Pierre Ameris?

P.L.: Bueno, eso es algo que habría que preguntarles a ellos. Me halaga mucho pero yo no me doy cuenta. Yo tengo la sensación de continuar trabajando como yo y que ellos no me siguen.

– La pregunta era también para saber su opinión sobre esos cineastas más jóvenes.

P.L.: Hay un montón de jóvenes cineastas con mucho talento. François Ozon, que lo has mencionado, hace un cine interesante. Me encanta muchísimo Jean Pierre-Jeunet, que tiene su propio universo. Y en otro género me gusta lo que hace Luc Besson. Cuando te gusta el cine, te gustan los cines.

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