Entrevistamos al director de A primera vista.
Con el premio al mejor largometraje en el festival FICARQ de Oviedo recién otorgado esta misma mañana, la primera película del director Brasileño Daniel Ribeiro, A primera vista, acumula casi la veintena de premios en los distintos festivales a los que ha acudido, incluyendo el Teddy y el premio FIPRESCI que consiguió en el Festival de Berlín de 2014. La historia de un adolescente ciego que descubre su homosexualidad tras la llegada de un chico nuevo a su instituto, se estrena la semana que viene en las salas españolas y su director ha pasado estos días por nuestro país para presentarla y charlar con nosotros sobre ella.
– La película está basada en el cortometraje del mismo nombre que hiciste en 2010, ¿cuál es el origen de la historia?
Daniel Ribeiro: La primera idea que me surgió fue la de crear un personaje ciego que se revelaba gay. Quería contar esa historia y pensé que un personaje así funcionaría en un largometraje, pero como no tenía mucha experiencia pensé que empezar por hacer un corto sería una buena forma de hacer una especie de “piloto” para conseguir financiación para un largo. También era una forma de explorar el personaje, conseguir a un actor joven que interpretara a un ciego, y como director era una buena experiencia para mí realizar el corto para, con esa experiencia, poder hacer luego el largo.
– ¿Tenías entonces ya la historia del largo definida antes de hacer el corto o introdujiste nuevos elementos después?
D. R.: Lo hice de manera independiente. Cuando hice el corto me concentré en él y en contar esa historia, y cuando empecé a pensar en el largo empecé de cero y comencé a escribir más cosas como si estuviera reescribiendo la historia desde el principio. Fui entonces colocando más elementos, más personajes, porque el corto se concentra en los tres personajes protagonistas (Leo, Giovanna y Gabriel). En el largo ya se introduce la familia, la escuela, la madre…el universo que les rodea se expande.
– Da la impresión de que, aunque el protagonista sea gay, no has querido centrar el conflicto en su condición sexual, entiendo que precisamente para normalizar este hecho.
D. R.: Sí, podría haber sido un chico enamorado de una chica y los conflictos serían parecidos. Precisamente porque mi idea era la de mostrar cómo un amor gay es igual a un amor heterosexual. Mi objetivo era mostrar la universalidad de las historias de amor, y que, aunque sea un personaje gay y ciego, cualquiera que vea la película se pueda identificar con lo que le pasa.
– Tampoco parece que quieras incidir en el tema de la marginación por el hecho de que Leo sea ciego ni porque sea homosexual, sino en que cualquiera puede ser el blanco de los abusones.
D. R.: Exacto, yo quería que el bullying no fuera por algo específico, no porque el chico que lo hace fuera homófobo ni nada parecido sino porque es un chico que quiere llamar la atención. Él no piensa que Leo sea gay cuando le dice que Gabriel es su nuevo novio, sólo está provocando.
– Quería que me hablaras del uso que haces de la música en la película. Es curiosa la playlist en la que se mezcla la música clásica con clásicos modernos como Bowie y con cosas más contemporáneas como Belle & Sebastian.
D. R.: Quería que cuando Gabriel entrase en la vida de Leo introdujese muchas cosas nuevas. Por ejemplo le lleva al cine, le lleva a “ver” un eclipse…y quería que la música fuese también un elemento novedoso y de cambio para él. La música clásica a Leo le llega a través de su abuela y la música pop a través de Gabriel, es esa novedad que trae a su vida. Por un lado esa música forma parte del guión, como cuando hablan de Belle & Sebastian, y otras veces forma parte de la propia película como cuando va en el coche con la madre y suenan The National. En general la música de la banda sonora forma parte de la transición de Leo.
– Háblame de los protagonistas. Porque sobre todo Ghilherme Lobo (Leo) y Tess Amorim (Gio) desprenden una gran naturalidad al actuar.
D. R: Es la primera película de Ghiherme pero tenía ya mucha experiencia porque es bailarín y ha actuado en varios musicales en Brasil como Sonrisas y lágrimas o La bella y la bestia. Desde pequeño ha tenido esa vena artística y fue muy natural para él. Tess es cantante y dobladora desde pequeña también, ha doblado dibujos animados y toda esa experiencia anterior ayudó mucho.
– Hace un par de semanas hablaba con la directora de Una segunda madre, Anna Muylaert, y salió el tema de la producción cinematográfica en Brasil. Ella no era muy optimista en cuanto a la calidad y la exportabilidad del cine brasileño, ¿tú cómo lo ves?
D. R: Yo sí soy optimista (risas). Se están produciendo muchas películas en Brasil, el año pasado se produjeron unas 130, y cuantos más films se produzcan más buenos films saldrán, más que se puedan ver en festivales. La cantidad de producción es esencial para tener películas relevantes. Si miramos en años anteriores, por ejemplo El lobo detrás de la puerta o Sonidos del barrio fueron muy bien.
– Ese tipo de películas precisamente son muy duras, hacen mucha crítica social, y la tuya es muy luminosa, muy positiva y muy fresca, ¿quieres alejarte de ese cine tan social?
D. R.: En Brasil siempre ha habido un cine con una temática muy social, pero por otro lado también otro menos comprometido que es más difícil que se vea fuera de Brasil. Parece que interesa más ver los conflictos sociales que hay en Brasil que ver una comedia o una película de amor que pueda ser más parecida a las que se hacen en el resto de países. Creo que mi película tiene una mezcla de las dos cosas, por un lado unos conflictos sociales como puedan ser la homosexualidad, la marginación y la ceguera, pero está contada de una forma más alegre.