26 de abril de 2024

Especial Halloween: 10 recomendaciones

I am a ghost

Diez recomendaciones (no tan conocidas) para Halloween.

Un año más se acerca Halloween, fecha en la que podemos disfrutar sin límites de ese extraño pero adictivo placer que uno experimenta al pasar miedo. Para todos los que piensen que no hay mejor forma de celebrarlo que con una maratón de películas de terror, pero estén cansados de las películas habituales, aquí van diez recomendaciones de todas las épocas y para todos los gustos no tan conocidas entre el gran público.

La isla de las almas perdidas (Erle C. Kenton, 1932): una isla remota, un mad doctor y una serie de experimentos que ponen el pelo de punta son los ingredientes de este entretenidísimo clásico de los inicios del cine sonoro. La primera adaptación de la célebre novela de H. G. Wells, caracterizada por una excelente ambientación y una cuidadísima puesta en escena, nos transporta a un mundo donde lo más terrorífico es comprobar los límites de depravación que puede alcanzar el ser humano.

La isla de las almas perdidas
La isla de las almas perdidas

La noche del demonio (Jacques Tourneur, 1957): años después de su ciclo de terror poético bajo la producción de Val Lewton, Tourneur retomó el género y entregó una de las más sugerentes aproximaciones al tema de las sectas, la superstición y la demonología que se han hecho hasta el momento. El inevitable envejecimiento de algunas escenas demasiado explícitas no empaña el resultado final: una película de indudable elegancia, magníficamente escrita y con un Dana Andrews en estado de gracia.

Historia de fantasmas de Yotsuya (Nobuo Nakagawa, 1959): antes de que Masaki Kobayashi sentara cátedra con su obra maestra El más allá, y por supuesto mucho antes de que el Kaidan Eiga se pusiera de moda en todo el mundo a raíz del éxito de The ring, apareció esta siniestra película japonesa de fantasmas, de escaso presupuesto y gran poder evocador, que relata una historia de ambición y venganza en la que se dan cita todos los elementos que hicieron grande al género.

El carnaval de las almas (Herk Harvey, 1962): recordada por contener algunas de las imágenes más escalofriantes que se han visto en una pantalla, el visionado de esta inolvidable película es lo más parecido a zambullirse en una pesadilla de poderosa y absorbente atmósfera de la que no se puede escapar. Obra fundacional del moderno cine de fantasmas, y fuerte influencia en la estética zombie que más tarde fijaría George A. Romero en La noche de los muertos vivientes, sorprenderá a todos aquellos que hace unos años disfrutaron con películas como El sexto sentido.

El carnaval de las almas
El carnaval de las almas

Dr. Jekyll y su hermana Hyde (Roy Ward Baker, 1971): la adaptación más bastarda de la breve novela de Stevenson resultó ser, pese a su premisa puramente exploitation, la más arriesgada, la más transgresora y la más fiel al espíritu (que no a la letra) del original. Su desbordante sexualidad, su indagación en la eterna pugna entre lo pulsional y lo racional y su desprejuiciado cuestionamiento de los cánones sociales y morales terminan de redondear esta extravagante, compleja y perversa intriga de terror.

Cromosoma 3 (David Cronenberg, 1979): tras una serie de interesantes películas de iniciación en las que fue depurando su particular estilo, pero mucho antes de abandonar el puro cine de género, el prestigioso director canadiense nos ofreció una buena ración de emociones fuertes, salpicadas de sangre y morbosidad, en esta inquietante película de marcado carácter freudiano que va derivando desde el drama psicológico al horror más visceral.

Cromosoma 3
Cromosoma 3

Muertos y enterrados (Gary Sherman, 1981): única en su género, incomparable con el resto de producciones de su época, esta película, del mismo guionista de Alien, mantiene intacta su enorme capacidad de atracción y provocación al espectador. La única forma de descubrir los oscuros secretos que esconde el pueblo de Potters Bluff es adentrarse con su protagonista en una truculenta investigación que te atrapará desde su primera escena hasta su sorprendente y macabro desenlace.

Fear(s) of the dark (Charles Burns & Otros, 2007): obra de animación que engarza diversos cuentos de horror físico y sobrenatural, todos ellos firmados por distintos autores que llevan a cabo propuestas estéticas personalísimas y diferentes. Con la oscuridad como leitmotiv de sus historias, esta auténtica delicia visual de corte lovecraftiano lleva al límite la representación de nuestros miedos más profundos, dejando siempre espacio al poder desasosegante de nuestra imaginación.

Fear(s) of the Dark
Fear(s) of the Dark

I am a ghost (H.P. Mendoza, 2012): esta original propuesta, que pondrá a prueba la paciencia de más de uno por su naturaleza narrativa basada en la repetición con ligeras y sucesivas variaciones, supone la aportación del minimalismo cinematográfico al género de casas encantadas. A través de una historia que relata el exorcismo de una casa desde el punto de vista del fantasma que la habita contra su voluntad, iremos conociendo los terroríficos motivos por los que éste quedó anclado en ese indeseable espacio entre dos mundos.

The dead room (Jason Stutter, 2015): de entre todas las películas que se proyectaron en el último festival de Sitges, lo fácil habría sido recomendar el extraordinario relato demoníaco La bruja o la divertida comedia zombie I am a hero, pero conviene destacar esta discreta película de fantasmas que, aunque pasó desapercibida para el gran público, cautivó a todos los que la vieron con su impecable ejecución, su honesto desarrollo y su potente y perturbador final. Un auténtico crescendo para la última vuelta de tuerca de un género inagotable.

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